Maltratadas ¿ Y a mí qué ?


PP._Las_leyes_son_como_las_mujeres._Est_n_para_violarlasPara el PP esto tema basura, les molesta hasta mencionarlo

            Desde luego que es un tema feo, por eso lo degradan, minimizan y ocultan, lo esconden debajo de la alfombra para no verlo. ¿Por qué? Porque saben que la causa primera y última de esta violencia es el machismo, bien alimentado por el paternalismo arcaico de la derecha conservadora y que predican los jerarcas, con cara de amargados, desde los pulpitos eclesiásticos.

            Ayer decía el titular de este Diario, que las denuncias por esta violencia crecieron un 32% en un año. En paralelo, la Consejería de Familia de la Junta de CyL anunciaba que privatiza el servicio de Asistencia a la Víctima. El presupuesto se ha rebajado de 250.000 euros de hace dos años a 30.000 si lo llevan los colegios de abogados, o 50.000 para la entidad privada contratada. En respuesta, el Consejo Regional de la Abogacía ha anunciado que lo seguirán llevando sin ayuda y al margen de la Junta, durante 24 horas al día y 365 días al año. Su presidente quiere hacer saber, que en los nueve colegios las mujeres que lo necesiten, “tienen a disposición 600 letrados adscritos al Turno de Oficio de Violencia de Género y con preparación específica a tal fin”. Nadie en el PP se ha dado por aludido. Si Juan Vicente Herrera tuviera un mínimo de dignidad se sonrojaría de vergüenza.

            La crisis económica, política y social que nos atenaza, la merma de derechos y el sermoneo inquisitorial de la Iglesia, componen los ingredientes más propicios para que crezcan las desigualdades de todo tipo. La tensión reinante en el ambiente y las malas noticias que suenan por todos lados siembra el pánico en el seno de las familias. Los hombres, que son menos prácticos y más tendentes a conductas extremas, pierden los papeles y acuden al reducto machista que les hace creerse fuertes y poderosos. La culpa de todos los males siempre la tiene el entorno más vulnerable, mujeres, niños, ancianos padres… Estas reacciones violentas y anormales que no tienen ni los animales más salvajes, solo tienen remedio y prevención con una educación cívica que también nos han robado. Y entre el individualismo y la insolidaridad creciente, la respuesta de la Derecha para todo es: ¿Y, a mí que me importa?

«Diario Palentino, 6 de abril de 2014»

¿Eres una maltratada?

Es frecuentemente que cuando oímos hablar de malos tratos, de cifras terrorismo de género, de machismo violento, etc. miramos hacia otro lado y queremos pensar que esas son cosas que les pasan a otras porque a nosotras no nos han pegado ni nos han matado. Pero la realidad es muy diferente si analizamos despacio en qué consiste el maltrato de los hombres hacia las mujeres y nos damos cuenta de que en algún momento de nuestra vida algún varón ha intentado desvalorizarnos y hacernos sentir mal en su compañía, o seguramente conocemos a más de una mujer de nuestro entorno que lo ha padecido o es víctima aún.

Lo más sibilino del maltratador es su buena imagen pública, siempre cae bien, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, etc. Suele ser un embaucador nato. No suele mostrar su peor cara durante el noviazgo o las primeras citas, hasta que no tiene a su presa bien atrapada emocionalmente en el cepo y su táctica empeora cuando hay niños pequeños porque así la situación es aún más vulnerable y la mujer-madre cederá más para evitar el sacrificio de sus criaturas.

Frecuentemente, cuando se habla de malos tratos se nos viene a la cabeza la imagen de agresiones físicas, pero no siempre es así y el comienzo y preámbulo de la violencia material pasa por un periodo anterior de tortura, dominación y mal trato psicológico.

Mujer que estás leyendo esta reflexión, te propongo un test para tu misma evalúes si estás sufriendo mal trato psicológico y por tanto si eres candidata a peores situaciones.

Pon cruces si te identificas y luego sumas, tú misma sabrás en qué fase te encuentras y después deberás valorar si te compensa mantener esa relación, por mal que preveas tú futuro no puede ser peor que a su lado.

-Si no te presta atención ni te escucha o hace gestos despreciativos cuando hablas.

-Si te abandona emocional y afectivamente.

-Si te degrada delante de otras personas.

-Si te critica, te amenaza o te insulta para que pierdas tu autoestima y te sientas culpable.

-Si te chantajea y amenaza con contar  a tus amistades tus presuntos defectos.

-Si te limita las visitas de tus familiares,  amistades o compañeros/as de trabajo.

-Si te controla constantemente para saber dónde estás, con quién y qué haces.

-Si te habla desde una posición más alta para hacer que te veas más pequeña o más inerme.

-Si no respeta tus espacios, tu armario, tus cajones, tus cosas, tu privacidad.

-Si lloriquea cuando no se sale con la suya para que te sientas culpable.

-Si te sorprendes haciendo lo que no quieres solo para que no se enfade.

-Si te palpita el corazón cuando va a llegar o se acerca a hablarte.

-Si te crea malestar, inseguridad o te hace sentirte mal su presencia.

-Si utiliza a los niños como escudo y les dice que eres una mala madre y una inútil.

-Si te restriega que es él el que trae el dinero a casa y que sin él no serías nada.

Estos y similares pequeños detalles cotidianos son en sí mismos ya malos tratos de dominación machista, y además pueden ser el preludio de un maltrato físico que comenzará con un mero levantamiento amenazante de la mano.

Analizada tu situación, recuerda y ten siempre presente que el maltratador nunca cambia, en todo caso a peor, por mucho que llore y que prometa. Cuando antes salgas de su entorno mejor para tu recuperación personal y la de tu familia. Si no te atreves pide ayuda, ya sabes, no estás sola. «Periódico CARRIÓN, segunda quincena Marzo 2011»