Ahora Andalucía demostrará que se pueden hacer recortes sin desmontar el estado de bienestar
Las formas en que se puede manifestar la discriminación son inusitadas, pero hay determinadas facetas de la organización humana en las que las diferencias no debieran existir en ninguna parte del mundo como son Educación, Sanidad y Servicios Sociales. Utopía, ya lo se, pero hay que caminar. Los tres son conceptos inalterables, imprescriptibles, inembargables porque son la clave de la justicia equitativa en toda sociedad evolucionada.
Hoy, más modestamente nos ceñiremos a un país, el nuestro. Un reciente estudio de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, habla alto, claro y con cifras sobre lo que las distintas comunidades autónomas gastan en Servicios sociales por habitante y año: “desde 773 hasta 120 euros-, y las comunidades más endeudadas no tienen mejores prestaciones” Valencia, Canarias y Madrid, las peores. País Vasco, La Rioja y Castilla y León, las mejores. Pero en conjunto toda España dedica el 21% del PIB, alrededor de cuatro puntos por debajo de la media europea.
¿En qué se traduce esta información? Pues muy fácil en la distinción por razón del territorio en el que se reside, porque a la diferente fiscalidad que afrontamos los habitantes de las distintas comunidades, provincias e incluso municipios colindantes, se añaden los diferentes niveles de prestaciones que podemos disfrutar. Eso también es discriminación.
En principio podríamos pensar que las comunidades autónomas más endeudadas son las que mejores servicios prestan a su grupo humano. ¡Pues no! Lo más sorprendente es que una Comunidad como la Valenciana, la más endeudada de España, es la última en la cola en prestación de estos servicios (129 euros por habitante y año frente a 773 euros que invierte el País Vasco). ¡Eureka! Se acabó la demagogia.
La conclusión a la que tenemos que llegar es muy sencilla: la cobertura de servicios a la ciudadanía no depende tanto de la riqueza de los territorios como de las decisiones políticas sobre dónde aplicar los dineros públicos. En Valencia se lo gastan en florituras, llamativos espectáculos de todo tipo y corrupción, mientras en el País Vasco lo convierten en Sanidad y Bienestar para sus ciudadanos.
De ahí la importancia de distinguir y no caer en el tópico de “todos son iguales”, referido a los políticos. Ahora Andalucía, que no ha dejado caer el poder en manos de la Derecha, podrá demostrar que se pueden hacer recortes y adoptar importantes medidas de equilibrio sin desmontar el estado de bienestar de los andaluces.
A resultas de las recientes elecciones la menos plenipotenciaria Derecha tendrá que atarse los machos y frenar el desmantelamiento generalizado de la justicia social. Ahora hay elementos de comparación, Rajoy va a estar muy ocupado en “centrarse” y concentrase para no dispararse en los recortes de imposible explicación.
«Periódico CARRIÓN, 1ª quincena abril 2012»