La universidad en la diana

    Los sucesivos escándalos de la Universidad Rey Juan Carlos han puesto en la diana todo el sistema universitario. Hace años lo que daba esplendor a un licenciado era un brillante expediente académico, bastaba con esforzarse más o ser más listo, los planes de estudios eran elaborados por expertos académicos que establecían los programas considerados adecuados para una buena formación, entonces ser profesor universitario otorgaba un prestigio y el honor de ser un maestro orgulloso de crear buenos discípulos. Pero como todo lo demás, la universidad se mercantilizó. Ahora son las empresas las que dictan lo que los alumnos deben saber para ser más productivos. El Plan Bolonia instauró la necesidad de un máster para validad el título. Un máster que sacrifica a las familias y ha facilitado la creación en los campus de “empresas” imbuidas de ánimo de lucro, sobre todo de los gestores y profesores, quienes perciben sobresueldos de escándalo para que aprendan los alumnos lo que en la carrera, normalmente, no se les enseñó. La titulitis, el engrosamiento del curriculum con cursos, cursillos, trabajillos, etc. han hecho crecer este tipo de entes públicos y privados de dudosa eficacia, oscuras cuentas y propensión a las corruptelas. Eso unido a la endogamia con cátedras “hereditarias” y la supravaloración de los “papers”, publicaciones en revistas y medios especializados que dan puntos para ascender u obtener condecoraciones, de modo que muchos profesores entregados a engrosar su propio CV, a hacer relaciones políticas y a colarse en los máster, tragan con todo y, además les molesta dar clase, porque es un latazo aguantar alumnos desinteresados en las explicaciones, como si ellos no tuvieran nada que ver en la desmotivación. Quod natura non dat, Salmantica non praestat.

Diario Palentino, 15 de noviembre de 2018

El rector plagiador

plagios-marketing-digital-8La corrupción de los tentáculos del PP llega hasta la universidad

            Hay esferas de la sociedad que todavía merecen un respeto en el imaginario colectivo, y una de las pocas que quedan es la Universidad. Considerada como cuna del saber, de la innovación, de la cúspide de la docencia y de la formación del conocimiento crítico, goza del supremo valor de encabezar todo avance científico y cultural de la organización humana social, pero ha sido tocada, también, por la sombra negra de la corrupción de esta derecha española que engaña y, a quien, sorprendentemente, se la perdona.

            La Universidad Rey Juan Carlos I es pública, se mantiene con dinero de los impuestos ciudadanos y de las carísimas matrículas de los estudiantes, pero se gestiona de aquella manera, por ejemplo contratando a la hermana de Cristina Cifuentes, porque era la que más méritos tenía y lo merecía. Al rector lo elige la Comunidad Universitaria entre sus propios catedráticos, de modo que el ilustre plagiador, Fernando Suarez Bilbao, acaba de decidir aumentar el sueldo y crear un nuevo plus de docencia a un tercio de su plantilla de cara, se supone, a las próximas elecciones al rectorado a celebra celebrar en 2017, es decir, que siete denuncias de plagio que se van sumando hasta ahora, no solo no le hacen enrojecer, sino que con la anuencia de los políticos del Partido Popular con mucho mando en esa universidad, piensa que podrá, porque quiere y puede seguir al frente del rectorado. Es el beneficio de tener fe ciega en los padrinos que lo cobijan y que, vergonzosamente, no lo han presionado para que dimita, como ya viene siendo habitual y véase el reciente caso del alcalde machista, al que la propia presidenta Cifuentes excusa porque ya se ha disculpado.

            Susodicho rector, da grima solo nombrarle con ese título, y presunto delincuente, sigue al frente de la institución universitaria mancillando el nombre del saber y poniendo en duda la calidad y seriedad de todo lo que en ella se imparte. Qué forma de mafia gobierna esa universidad, parece un bunker de opacidad donde ni el resto de profesores ni los propios sindicatos del ramo encabezan una iniciativa para que se aclaren las cosas y devolver el respeto que nos merece la cuna del saber humano, tienen miedo o algo que ocultar, o simplemente les da igual. Llámame perro y tírame pan, es el lema de la España actual donde todo vale porque todo consentimos sin rechistar

«Diario Palentino, 04/12/2016»

Plan Bolonia. Informático 26 días sin comer.

g19p28f21«Encierro en el Edificio de Estudiantes de la Autónoma

Tomás Sayes pasea muy despacio cuando sale a estirar las piernas por el pasillo del Edificio de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona. Ayer cumplió 26 días en huelga de hambre contra el plan Bolonia. «Ya he perdido ocho kilos. Estoy muy cansado y me cuesta hacer las cosas, pero voy aguantando». Sigue leyendo

Educación en España. Una opinión

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Rosa Regás: «La educación en España es una vergüenza»
La ex directora de la Biblioteca Nacional considera que «estamos a la cola» de Europa, entre otras cosas, porque «no sabemos hacer planes de estudio». La reforma de la educación secundaria y el Plan Bolonia no son más que «un parche» para la escritora. Seguir leyendo…

Y además..

-La Universidad española, la peor de 17 países avanzados (elpais.com)

– Nos quitan la Ingeniería en Informática