USA en solitario

«Nadie puede arrogarse el sobrepoder de adoptar unilateralmente decisiones que afecten al mundo global, ni USA declarando guerras a troche moche ni Irán con su desafío nuclear»

            El desempeño de cargos públicos supone a veces una mordaza, porque la responsabilidad que se adquiere con su aceptación conlleva el deber de sigilo y la disciplina ideológica con la que se adquirió el compromiso.

            Collin Powel, ex secretario de Estado de Bush, que aceptó, tramitó y justificó el conflicto bélico de Irak en la anterior legislatura, se destapa en su nueva libertad y opina sobre lo que no pudo en su momento. Algo así como una operación de desnudo, de estreep tease, de hablar de si y por si.

            De este modo el mentado viene a decir que USA ha quedado sola y aislada del resto del mundo desde que pone en práctica una política internacional totalitaria e imperialista eludiendo escuchar las voces airadas del resto de la humanidad. Y es que ya no se estila tomar decisiones porque sí ni porque me da la gana cuando los derechos humanos están en juego. Las declaraciones de derechos universales fueron el resultado de una concienciación sobre la necesidad de equilibrio, de justicia social, de igualdad ante la diversidad de cualquier ideología, sexo o raza. Todos nos sabemos de memoria esta retahíla.

            Y es un proceso imparable. Hoy la historia del planeta corre hacia un destino conjunto, compartido y de balanza, si en un lugar dejamos abierto el grifo derrochando el agua, simultáneamente en otra parte pasan sed y sequía los seres vivos y las plantas. Nadie puede arrogarse el sobrepoder de adoptar unilateralmente decisiones que afecten al mundo global, ni USA declarando guerras a troche moche ni Irán con su desafío nuclear.

            Bush se empeñó en ser y ejercer de emperador mundial y especialmente quiso dejar clara constancia de su yugo sobre los que denominamos países subdesarrollados o Tercer Mundo, ¡Es tan fácil para el fuerte derrotar al pobre hambriento! Y es que para él fue realmente cómodo gastar millones de millones de dólares en equipamiento armamentístico mientras dos tercios de la población mundial mueren de hambre, miseria, enfermedades elementales e injusticia humana. Lo más irónico del caso es que esos millones de millones de dólares proceden precisamente del expolio de las riquezas primarias de los territorios de esos postreros muertos de hambre que hoy se matan entre sí gracias a la provocación del todo poderoso señor del bien y del mal, de la vida y de la muerte de sus vasallos que somos todos los demás. Y de cara a ellos, que no entienden de votos particulares ni de quórum de acuerdos, a nosotros, a todos los habitantes de éste país como Estado,  no nos importó si aquella guerra era justa o no, si eran desarraigados y estaban ya doloridos por el maltrato de su propio dictador y del orden mundial.

            Fuimos a matarlos y nos devolvieron la pelota, y la pelota sigue rodando de tejado en tejado y nadie la quiere, y no se posa porque bota y bota. Y queriendo organizar un orden donde nadie nos llamó se sembró un desorden de carácter singular, una guerra civil provocada. Hermanos contra hermanos, hijos contra padres, familiares, amigos y vecinos. De guerra civil sabemos mucho en este país. Todavía nos dolemos de ella, aún rugen los ecos de tristes desgarros familiares. Eso fue lo que incitamos. Ya hemos purgado sobradamente con el infausto 11-M, pero seguiremos penando mientras ojos escocidos sigan vertiendo ácidos sus efluvios del recuerdo.

            Y dice el «ex Powel» que ahora USA ha quedado sola y aislada del resto del mundo. Suele ser el premio anunciado, la soledad del autócrata. Otros hubo antes que Bush que también la padecieron, nadie se compadecerá de él. «Periódico Carrión. 2ª quincena/junio 2006».