Ese hombre gris…

rajoy-barcenas“Ya no salía agua pero…, seguía dando vueltas a la noria, era lo que sabía hacer”

            En un país no muy lejano había una vez un hombre gris, vestido de gris, con cabello gris y barba gris. Llevaba consigo su vacua oratoria por él mismo escrita en papelitos que luego no sabía leer, atragantándose en su verbo gris. Como a los búhos, se le guiñaba un solo ojo cuando mentía, porque ni tan siquiera tan sencilla y tentadora técnica se le daba bien. En pleno discurso sufría el ataque descontrolado de un duende inconsciente que le negaba los argumentos que pretendía esgrimir. Y cuando decía “No es cierto”, el malvado le hacía pronunciar “salvo alguna cosa, que es lo que han publicado los medios de comunicación…”. Si conseguía recuperar las riendas de sus palabras del insolente intruso, remachaba de nuevo  y guiñando el ojo, repetía “es total y absolutamente falso”.

            El hombre gris quiso darse a valer resaltando en autobombo sus cualidades de imperturbable empollón, sus tempranos méritos académicos conseguidos a base de muchas horas de codos sobre la mesa, culo sobre el asiento y ojos en los libros, muy meritorio esfuerzo, por supuesto, siempre que no quedara solo en eso toda su virtud. Por doquier presto destacaba sus dotes de “fuerza, coraje y determinación”, ciertamente, pero que resultaron ser, en su versión más procaz, tozudez, testarudez, terquedad y carencia total de imaginación, creatividad, planificación,  capacidad de respuesta ante situaciones dificultosas y de gestionar tan ingente tarea como le habían encomendado sus conciudadanos. Y es que resultó un gobernante gris rodeado de “marrones”.

            Como para muchos otros políticos que, a falta de más potentes virtudes, ponen por delante sus muchas horas de dedicación, el burro parecía ser su mejor imagen, animal altamente estimado por su constancia, capacidad de aguante y sacrificio, tan trabajador… que aunque ya no salga agua sigue dando vueltas a la noria, es lo que sabe hacer.

            Espero disfrutar como agua de mayo el ingente número de querellas que contra todo lo que se menea va a interponer la Sra. Cospedal, contra el mundo en general y nadie en particular, tan solo por mencionar el affaire Bárcenas.

            El ridículo internacional no puede ser mayor, tal vez desde aquél asuntillo de La Armada Invencible nunca se hayan reído tanto de nosotros, los sufridos españoles.

            Algo habremos hecho mal para merecer este gobierno. «Diario Palentino, 10/02/2013»