Ya nos estamos dando cuenta de que en el mundo del trabajo se está produciendo una revolución no tan silenciosa. Robotics, una empresa cuyos empleados son robots que producen robots para la construcción, ha creado a SAM100 que pone 3000 ladrillos al día con un mínimo de intervención humana. A la automatización de la producción se le llama ahora “economía creativa”, traducible en sustituir mano humana por máquinas, de modo que la falta de oportunidades laborales no dejará de crecer, mientras tanto los gobiernos no adoptan medidas a largo plazo para hacer frente a un grave problema que amenaza a la mayor parte de la población. “El 47% de los empleos pueden considerarse de alto riesgo de ser automatizados en los próximos 10 o 20 años”. Muchas ocupaciones tradicionales dejarán de existir o se reducirán considerablemente en pocos años: zapateros, relojeros, torneros, fresadores, ajustadores, clasificadores de correo y almacenaje, instaladores de sonido en automóviles, administrativos y contables, costureros, empleados de banca, informadores telefónicos, maquetadores y demás empleos de imprenta,etc., salvo lo que en todas estas ramas requiera habilidades cognitivas, creaciones artísticas, inteligencia social o una destreza especial. Sin embargo, crecerán o aparecerán nuevas profesiones relacionadas con los ámbitos tecnológico, digital, marketing y ventas, turismo, ocio, salud y bienestar. Esto unido a las nuevas relaciones laborales basadas en freelance, contratos precarios y bajos salarios, exige nuevos formatos en los programas educativos y sin lugar a dudas, es urgente ya hablar con seriedad de la Renta Básica mensual que garantice la supervivencia de todos los ciudadanos.
«Diario, Palentino, 10/12/2016»