Ajustes de cuentas y “recortes” de libertades (derechos)

El PP ha tomado el gobierno pisando fuerte y bajo el lema de -lo que quieras hacer, hazlo pronto-, para que sus efectos se hayan asumido y olvidado cerca de las nuevas elecciones.

         En pleno siglo XXI, desde la Derecha más conservadora, desde la Iglesia Católica de las púrpuras y sus adeptos, desde un sector social de intransigencia esclavizante, aún se sigue mirando aviesamente a las madres solteras, o a los hijos de parejas estables pero que “no han firmado papeles”, se criminaliza a los homosexuales y se desconfía de los inmigrantes laborales, se intenta dirigir las conductas y las opiniones mirando con recelo todo aquello que escapa al dominio de la “auctoritas” de la clase dominante, clasista y católica vaticana que camufla y aminora sus tropelías y corrupciones.

               Las medidas de recortes, que en apenas sesenta días viene poniendo en marcha el nuevo gobierno ostentado por el Partido Popular, no solo estrujan económicamente a colectivos de personas que viven de su trabajo: educadores, sanitarios y demás  trabajadores, sino que además huelen a revanchismo, a ajustes de cuentas modificando y retrotrayendo disposiciones adoptadas por el gobierno anterior y que suponían la aparición y defensa de nuevos derechos y libertades en los ámbitos público y privado de las personas.

               En tan poco tiempo parece que ha pasado una eternidad. Cada mañana desayunamos con un nuevo retroceso: Inseguridad en el empleo (el que lo tenga o consiga), explotación de los jóvenes, revisión de la libertad de las mujeres sobre su propia maternidad, promesa de hacer desaparecer el matrimonio entre homosexuales, dejar sin atención a las víctimas de la violencia de género y proteger al maltratador, reducir la enseñanza obligatoria, menoscabar la sanidad y la enseñanza públicas, atracar las nóminas de los trabajadores, abandonar a los enfermos crónicos, aprobar y reforzar la ley antidescargas, proteger y camuflar a los corruptos, comprometer y poner en tela de juicio a la judicatura, crear ochocientos mil desempleados más en el presente año, etc. ¿Cómo se puede hacer tanto daño en tan poco tiempo?

               Han entrado en el gobierno pisando fuerte y bajo el lema de -lo que quieras hacer, hazlo pronto-, para que sus efectos se hayan asumido y olvidado en fechas más avanzadas y cercanas a las nuevas elecciones.

Por otro lado, su proceder se asemeja mucho a como se comportaría un gobierno secuestrado. Secuestrado por los sectores sociales más radicalizados que han prestado (con intereses leoninos) su apoyo al Partido Popular y que ahora comienzan a hacer cuentas de los débitos acumulados, de ahí la confusión de sus ministros y portavoces, desmintiéndose continuamente con cada nueva medida como una orquesta de díscolos desafinando.

Esta legislatura nos va a dar tanto juego como desazones. Si no fuera por lo dramático de las consecuencias parecería un sainete.

*CARRIÓN, 2ª quincena, febrero 2012

Apenas 60 días de PP y… siglos atrás

Rajoy aventura unos 800.000 parados más para finales de año. ¡Enhorabuena por la coherencia!

                En apenas dos meses de gobierno, el Partido Popular ha logrado retrocedernos a un par de siglos atrás en cuanto a conquista de derechos. Nuestros gobernantes de la Derecha han tomado su poder con autoridad y utilizan el Estado y las instituciones como autócratas terratenientes, estableciendo una relación de mando-obediencia a la que los ciudadanos nos vemos sometidos.

                En tan poco tiempo han conseguido movilizar amplios sectores de colectivos sociales, dentro de los que ya hay un importante número de arrepentidos de haber votado a esta Derecha, que es la de siempre, con la única diferencia que ahora se camufla bajo un discurso populista y dice en campaña lo que los oídos de los ciudadanos quieren escuchar.

                De los millones de puestos de trabajo que iban a crear durante los dos primeros años de legislatura hemos pasado a un anuncio, en propia boca del presidente Rajoy, que aventura unos 800.000 parados más para finales de año. ¡Enhorabuena por la coherencia!

                La utilización instrumental de los métodos propagandísticos siempre ha sido patrimonio connatural de quienes pretenden gobernar a capricho haciendo ver que lo que se pretende hacer es otra cosa. Para prueba, ahí está la increíble reforma laboral (¿que por Decreto-Ley modifica la Ley Orgánica que aprueba el Estatuto de los Trabajadores?), denominada por el propio Ministro De Guindos, como “reforma agresiva” otorgando todo el poder a la patronal y arrancando de raíz los derechos de los trabajadores tan duramente conseguidos durante varios cientos de años de sacrificios personales, familiares y sociales.

                Pero en su populista lenguaje comunicativo el Gobierno asegura que estas medidas sirven para crear empleo. Y nos preguntamos, ¿Es que realmente las empresas quieren contratar trabajadores? ¿Para qué querrían trabajadores si los estocajes producidos se amontonan en los almacenes porque no hay compradores? ¿Puede haber consumo cuando las familias no tienen ingresos? ¿Puede pagar impuestos quién no obtiene rentas del trabajo?

                Y como la culpa siempre fue soltera, derivan las miradas hacia órdenes de la UE y del FMI. ¡Qué cómodo! ¡Y qué falso! ¡Ojo! Los organismos internaciones en los que estamos insertos no nos dicen de donde hay que hacer recortes, solamente indican que tenemos que reducir el déficit. La decisión sobre dónde recortar la adoptan los gobiernos.

           El nuestro ha decidido minorar el plato de la mesa familiar de trabajadores, y de rebote de autónomos y PYMES (si nadie demanda servicios ni compra no hay facturación ni producción), y crear situaciones de pánico que es donde se mueven bien los conservadores. «Diario Palentino, 12/02/2012»