¡Y ahora llega Mariano con las Rebajas!

La senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años

           El poder desgasta, indiscutible, también ejercer de madre, de padre, de jefe o de “cofrade mayor”, pero lo más importante es saber dejarse llevar por la intuición del momento de dejar de “ejercer” para ir retirándose a tiempo antes de hacer el ridículo y estrellar la tarta después de cocinada.

            Interesante reflexión encontramos en el New York Time, sobre la senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años. Recuerda el rotativo que Adolfo Suarez lo dejó a los 48 años, Felipe González a los 40, José María Aznar a los 43 y José Luis Rodríguez Zapatero a los 51, y ahora nos vemos en la tesitura de tener que votar entre alrededor de sesentones. Concluye, pues, el mencionado analista que la edad de los candidatos es un síntoma de que nuestros partidos no han sabido envejecer bien.

            Al aspecto de abuelo gallego de D. Mariano se le suma una larga trayectoria política resumida en el eslogan: “Donde digo: Digo, quiero decir: Diego”, un conservadurismo presente en su elegancia y comedimiento de antiguo patriarca, pero la excesiva experiencia suele atraer la suerte del trineo, que a base de repetir camino sobre la nieve ya no puede desviarse para conocer otros mundos. Y el mundo se mueve muy deprisa, los trenes, los aviones, las nanotecnologías, el pensamiento y la juventud, no tenemos tiempo para tanta parsimonia ni tanto mirar atrás a riesgo de convertirnos en estatuas de sal.

          Mientras D. Mariano compone una frase, mientras su pensamiento corre prudente de dendrita en dendrita en la sinapsis de sus neuronas hasta que su lengua pronuncia el vocablo adecuado, han recorrido la red en inconmensurables millones de yottabites en forma de mensajes juveniles, operaciones financieras, avances en investigación, etc..

                 Y nosotros sentados contemplando como reflexiona un Sr. antiguo acosado por sus más que antiguos, atrasados compadres amenazándole con que si llega al poder le dan 100 días para derogar las leyes del aborto y de los matrimonios gay (Vidal-Cuadras) o “imprescindibles recortes sociales, un adelgazamiento de la Administración pública, una racionalización del gasto sanitario, educativo y del transporte público, “que es muy barato”, así como impulsar la colaboración de lo público privado.” , según anuncia la CEOE, por poner algunos ejemplos.

La rebaja está servida. Las colas en los servicios a la sociedad serán más largas que las históricas de Harrod´s.

«Diario Palentino, 6 de noviembre de 2011.»

Rajoy no necesita programa

“La Derecha es la Derecha, es la misma de siempre no necesita explicar su programa, todos sabemos cuál es”

A pesar de que los comentarios sobre la crítica situación que vivimos están en cada esquina, aún muchos ciudadanos no analizan lo que esconde cada discurso político de los candidatos a las lecciones del 20-N, la enjundia, lo que de verdad pretenden, lo que en puridad será.

            El Presidente en funciones del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, agriamente despedido de su cargo  e inculpado de la crisis hasta por los propios compañeros de partido, será rehabilitado y compensado en la historia, la que se escriba con la perspectiva de los acontecimientos asentada, la que dará todo su valor a un completo listado de logros para nuestro país, nuestras libertades,  y por encima de todo para nosotras las mujeres, de quienes jamás la derecha se ocupó sino fuera, junto con la Iglesia Católica, para mandarnos a parir y fregar. Cuando salgamos de la paranoia y el miedo, las aguas turbulentas se clarificarán, podremos ver el fondo.

            Lo mejor que nos podría pasar después del 20-N es que no tengamos que rendirnos a aquello de –otro vendrá que bueno me hará-. Mucho debate abierto sobre el programa electoral de Rajoy, casi un juego de acertijos o adivinanzas, ese programa para crear empleo que Rajoy lleva escrito en un papel diminuto que despliega y ni tan siquiera sabe lo que pone porque “es que no entiendo mi letra”.

            La situación es terrible a escala mundial, pero aquí elegimos el 20N solo a nuestros gobernantes. No seamos ilusos. Basta con analizar que si el idealista Zapatero se ha tenido que rendir y comerse su ideario social como lo ha hecho ¡qué no hará la derecha! que carece en absoluto de preocupación alguna por los más desfavorecidos. Que le preocupan los parados, de quienes piensa que son vagos o inmigrantes delincuentes desestabilizadores. Que, en caso de duda la razón la tiene el empresario dueño del tablero y de sus peones, que coquetea con un catolicismo cada vez más alejado de su misión, etc.

            La Derecha es la Derecha, es la misma de siempre no necesita explicar su programa, todos sabemos cuál es: el nacional-catolicismo, la beneficencia en vez de la justicia social, el que más pueda que más tire, la veneración de los repentinamente enriquecidos porque el fin justifica los medios, la producción para el beneficio propio, las mujeres para que vistan modelos de diseño y salgan en las revistas de la –gente guapa-, los VIP.

Esa es la derecha, ese es su programa, nunca cambió, nunca cambiará. «Diario Palentino, 25 de septiembre de 2011»

¿Un país de tontos?

Llega un momento en que ya es difícil distinguir si es que somos un país de tontos o hacemos dejación de la inestimable función humana de pensar.

Los ciudadanos esperamos una campaña electoral limpia en la que los portavoces de las diferentes tendencias nos expliquen sus programas y soluciones ante las graves circunstancias que estamos viviendo, a cambio solo oímos descalificaciones, improperios y acusaciones cuando no vergonzosos olvidos o delictivas imputaciones.

En los últimos días hemos asistido a declaraciones del principal líder de la oposición, D. Mariano Rajoy, que luego se han vuelto y revuelto en penosos desdecires. Así, ante la protesta “organizada” por los hosteleros frente a la Ley del Tabaco, D. Mariano, no sabemos si ya un poco por debilidad senil, agotamiento mental o premeditación y alevosía, aseguró que su grupo se había abstenido en la votación, lo que obligó a todas las cadenas televisivas a enmendarle la plana con la foto del hemiciclo votando a favor. Un día antes tuvo que retractarse de otra paranoia, la de que 1.200 jóvenes españoles emigraban a Argentina en busca de trabajo.

Por su lado, la Sra. Cospedal, negando con sus gestos corporales lo que dice por su boca, acusa de ser espiada por los socialistas manchegos, pero como siempre no aporta pruebas, porque el PP por sistema aplica la máxima de “difama que algo queda”. Supongo que será la malquerida de todos a los que ha cubierto de sombras imaginarias, incluidos jueces, policías, funcionarios, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal e instituciones del Estado en general.

Sacar a pasear al viejo presidente, Sr. Aznar, para provocar es ya un truco que quita más que pone. Y ¡vuelta la burra al trigo! con el 11-M y el terrorismo de ETA, ignorando totalmente a la Justicia que ya se pronunció sobre ello. Al Sr. Arenas le tocó esta vez soltar la píldora, mera chispa para dar cuartelillo y que ardan los comentarios en sus cadenas adeptas y prensa adscrita de todo el mundo consabidas.

¿Pero que esconde este tupido velo? Mucha corrupción. La lista de presuntos corruptos en las filas de los políticos del PP aumenta por días, las pruebas crecen. A cambio los líderes del partido los jalean, festejan y apoyan sus candidaturas para que puedan repetir en sus actividades. Aparecen sonrientes, casi burlones, algunos incluso jactándose de su buena suerte para eludir la justicia y salir ilesos. «Diario Palentino, 30 de enero de 2011»

¿Un país de tontos?

Llega un momento en que ya es difícil distinguir si es que somos un país de tontos o hacemos dejación de la inestimable función humana de pensar.

Los ciudadanos esperamos una campaña electoral limpia en la que los portavoces de las diferentes tendencias nos expliquen sus programas y soluciones ante las graves circunstancias que estamos viviendo, a cambio solo oímos descalificaciones, improperios y acusaciones cuando no vergonzosos olvidos o delictivas imputaciones.

En los últimos días hemos asistido a declaraciones del principal líder de la oposición, D. Mariano Rajoy, que luego se han vuelto y revuelto en penosos desdecires. Así, ante la protesta “organizada” por los hosteleros frente a la Ley del Tabaco, D. Mariano, no sabemos si ya un poco por debilidad senil, agotamiento mental o premeditación y alevosía, aseguró que su grupo se había abstenido en la votación, lo que obligó a todas las cadenas televisivas a enmendarle la plana con la foto del hemiciclo votando a favor. Un día antes tuvo que retractarse de otra paranoia, la de que 1.200 jóvenes españoles emigraban a Argentina en busca de trabajo.

Por su lado, la Sra. Cospedal, negando con sus gestos corporales lo que dice por su boca, acusa de ser espiada por los socialistas manchegos, pero como siempre no aporta pruebas, porque el PP por sistema aplica la máxima de “difama que algo queda”. Supongo que será la malquerida de todos a los que ha cubierto de sombras imaginarias, incluidos jueces, policías, funcionarios, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal e instituciones del Estado en general.

Sacar a pasear al viejo presidente, Sr. Aznar, para provocar es ya un truco que quita más que pone. Y ¡vuelta la burra al trigo! con el 11-M y el terrorismo de ETA, ignorando totalmente a la Justicia que ya se pronunció sobre ello. Al Sr. Arenas le tocó esta vez soltar la píldora, mera chispa para dar cuartelillo y que ardan los comentarios en sus cadenas adeptas y prensa adscrita de todo el mundo consabidas.

¿Pero que esconde este tupido velo? Mucha corrupción. La lista de presuntos corruptos en las filas de los políticos del PP aumenta por días, las pruebas crecen. A cambio los líderes del partido los jalean, festejan y apoyan sus candidaturas para que puedan repetir en sus actividades. Aparecen sonrientes, casi burlones, algunos incluso jactándose de su buena suerte para eludir la justicia y salir ilesos. «Diario Palentino, 30 de enero de 2011»

¡Cómo para gobernarnos está el Partido Popular!

Por supuesto que algunas medidas pretendidas por el Gobierno para paliar o ir saliendo de la situación de la crisis que nos aqueja, son discutibles, como siempre lo es el incremento de los impuestos indirectos que afectan a todos los consumidores por igual sin hacer distingos entre poder adquisitivo ni niveles de renta, pero son los más prácticos porque se recaudan mejor y los contribuyentes los padecemos indoloramente de momento, como un martirio chino del gota a gota que solo se nota cuando llega a hacer el socavón

Pero la conducta adoptada por el PP ante esta crisis, en su responsabilidad de encarnar el principal partido de la oposición único con posibilidades de ser alternativa de gobierno, es penosa.

Al oyente de sillón y lector de titulares nos parece que montan un circo en el que cuándo salen unos payasos, cuándo unas marionetas, cuándo se desborda la tigresa, y el domador incapaz de mantener un orden para la representación ante el gran público. Gallardón quiere simbolizar la moderación y la cautela pero tira flechas envenenadas contra Rajoy. Aguirre, en su imagen de díscola descontrolada medio ingenua medio histérica, minuciosamente estudiada, pretende y consigue minar los cimientos del Presidente del partido que por no desdecir a unos ni a otros, por aquello de que se queme la casa y no se vea el humo, es capaz de apencar con las mayores contradicciones, como un padre que en defensa de su hijo drogadicto y ladronzuelo defiende a capa y espada que su vástago no es capaz de hacer esas cosas, y le presta la coartada.

La última puesta en escena de Esperanza, con la llamada a la objeción fiscal frente al IVA, ha hecho a Rajoy apoyarla y contradecirse otra vez porque debiera haber contado con Génova antes de lanzar tal desafuero.

Como aspirantes al gobierno del Estado no pueden estar aprovechando peor la situación que podía serles tan favorable. Para colmo de mal hacer denostan la política antiterrorista del Gobierno que a todas luces está siendo un éxito indiscutible, algo que todos los españoles percibimos con suma claridad. «Diario Palentino, 14 de marzo de 2009»