Una Derecha “antisistema”

El gobierno contra los ciudadanos,  el fin de las libertades públicas”

          A la Derecha española le preocupan mucho las libertades públicas. Junto a la deriva de los recortes económicos desarrolla un plan para desmontar el actual sistema democrático, tan molesto e inoportuno. ¿Quién dijo que Rajoy no tenía programa?

               El plan de la Derecha no necesita revisión cada vez que hay elecciones, es siempre el mismo, -quién más pueda que más tire-, aunque se envuelva en seda electoralista, y si no que pregunten a los autónomos. La competitividad en desmesura está reñida con la solidaridad y la justicia social, y el liberalismo económico a ultranza solo sirve para beneficiar al capital. Dinero llama a dinero, pero es lo mucho a lo poco, decía mi abuela.

                Las pruebas nos las dan cada día. En sus comunidades autónomas reducen el número de diputados-procuradores regionales para engañosamente hacernos creer que recortan gastos, cuando lo que en verdad reducen es representación política y social. Si quieren mermar gastos innecesarios que despidan a esos miles de puestos de confianza que dan cobijo y buen sustento para sus enchufados.

       A los ciudadanos se nos criminaliza por ejercer los derechos constitucionales de libertad de expresión, reunión, asociación y manifestación. Se nos denomina antisistema, violentos, sediciosos, se nos quiere sacar los ojos y cosernos la boca para que no veamos, ni difundamos, ni opinemos en relación con la barbarie que obligan a perpetrar a esos ciudadanos que les ha caído la desgracia de ser policías bajo un peligroso mando ultraderechista.

       A raíz de aquél conato policial de ponerse del lado de los ciudadanos concentrados quitándose los cascos en son de paz, las amenazas de ser imputados y juzgados por desobediencia, los han convertido en nuestros enemigos. Su función de defensa de la sociedad se ha cambiado por órdenes de atacarnos y considerarnos delincuentes mientras no se demuestre lo contrario.

           Un gobierno atacando a sus conciudadanos, las porras contra las manos vacías, la manipulación delictiva de informes para incriminar delitos inexistentes, el fin de los derechos y libertades públicas, además del trabajo, de la sanidad, de la educación, de la vivienda, de la cultura, y de todo aquello que ose poner en la palestra tanto fracaso y desgobierno.

               Quieren atemorizarnos con las viejas armas de otros tiempos, pero las redes sociales como los pensamientos no tienen fronteras, ahora son los aspirantes a dictadores quienes nos han de tener miedo.  Nada escapa al ojo de la red del mundo globalizado. «Diario Palentino, 21/10/2012»