Más elecciones=más desencanto

000088549“Pobres políticos, qué pueblo más chungo les ha caído, son unos incomprendidos”

            Ellos se matan con la razón, se esfuerzan, sudan la camiseta, como les gusta decir, y luego a la hora de las calificaciones esta ciudadanía ingrata no solo no reconoce su denodado trabajo sino que les califica mal, todos suspenden, no aprueba ni uno, Garzón el mejor, Rajoy el peor. Y a pesar de que todos batallan por acaparar el centro electoral los españoles no lo entendemos y consideramos al PP como extrema derecha, y a Podemos como extrema izquierda, más allá de Izquierda Unida, incluso de Bildu. El centro, centro es para PSOE y Ciudadanos, dice el CIS.

     ¡Ay que ver! Tanto machacante discurso, tanto mensaje, tanta tertulia, y no les hemos comprendido, pero que obtusos somos, no nos dejamos convencer. Y ahora llega otra vez el momento en que nos preguntan y ya estamos hartos de todos, de sus cuitas internas y de sus chalaneos, por no hablar de las alarmantes corrupciones y sonrisas de hiena del partido en el gobierno.  Hechos son amores y no buenas razones. Y los hechos cantan por sí solos, cuatro millones de parados, el veinte por ciento de la población activa, uno de cuatro trabajadores en busca activa de empleo. Según el INE, el 22,1% de la población está en riesgo de pobreza y vive con menos de 8.011 euros al año o uno de cada cinco hogares españoles es pobre, igual a uno de cada tres niños. Hay familias que no disponen de lavadora, teléfono o televisor. Los niños van al colegio sin libros, cuentan los profesores de primera línea de sufrimiento en colegios públicos de áreas deprimidas, con frío y hambre. Cuando hay exposición en la infancia a privaciones materiales hay peores resultados en salud a corto, medio y largo plazo, vienen alertando doce asociaciones científicas y médicas españolas. Y debemos añadir la pobreza extrema en que sobreviven miles de mujeres con cargas familiares y trabajos mal pagados.

     Este es el maravilloso paisaje nacional que nos deja el Partido Popular, esto es lo que nos cuenta en su campaña venezolana a ritmo de merengue. La izquierda tiene en este país una obligación imperiosa de llegar a acuerdos sin narcisismos y dejar de obstaculizar la salida del actual gobierno, de tomar el relevo y acabar con los corruptos y aspirantes a serlo. De volver, bien poco se pide, nada más que volver a cuando todo funcionaba para todos con alto grado de justicia y equidad.

«Diario Palentino, 12/06/2016»