Primarias (¡Que viene el Coco!)

“Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar”. La participación mediante voto directo y secreto de los afiliados  es la permanente aspiración de todo asociado a un partido político.

Lo de designar candidatos pronto y por aclamación esconde siempre un descontento incontable y una rabia tardía cuando ya no hay remedio.

Se trata de una costumbre consistente en dar un golpe de mano cuando aún no se ha revuelto el gallinero, dar por sentado un consenso cuando aún no han entrado en el cuerpo de los adeptos los calores preelectorales. Es una jugada maestra. Por principio y con carácter obligatorio no debieran existir los llamados candidatos oficiales, pues este sistema tiende a perpetuar en los cargos a las mismas personas, puesto que los comités y las comisiones que los proponen son los meticulosamente designados por ellos mismos al comienzo de cada mandato orgánico.

Las llamadas “primarias” que no es otra cosa que la democracia más directa y pura, tiene la ventaja de permitir la regeneración democrática y el cambio de rostros y nombres en los cargos. Con el tiempo, y en base a diversos argumentos cuidadosamente preparados y esgrimidos con mayor o menor maestría, los dirigentes aducen, como siempre lo hicieran los dictadores y liberales decimonónicos, que las masas son manejables y frecuentemente se equivocan porque no siempre el más simpático es el más efectivo ni laborioso.

Las “primarias” son un anhelo impertérrito para las bases y el coco para quienes temen ser destronados. Suele ser en la izquierda donde más se reclama una mayor participación en las decisiones importantes y donde mayor crítica interna se deja traslucir.

La derecha está más acostumbrada a aceptar las decisiones de las cúpulas y acatar con disciplina lo que se resuelve hacer en nombre de todos. Por eso el PP tarda tanto en mostrar sus candidatos, además de que estratégicamente un candidato expuesto prematuramente a las críticas llega a los comicios con su figura en entredicho, los jefes saben que su propuesta se tragará entera por sus bases, con o sin azúcar, no hay nada que temer ¡quien manda, manda!

«Diario Palentino, 10 de octubre de 2010»

En la tensión – Diario Palentino Digital

En el otro lado de la tensión interna intrapartidos está siempre el debate sobre si el candidato principal o secretario general o presidente, tiene derecho y hasta donde de elegir a quienes, en su caso le acompañarán en el equipo de gobierno o de oposición, porque a fin de cuentas a quien van a partir la cara es a él, que deberá responder políticamente por todos los de su comparsa.

En la tensión

Comprar bien, a pesar de las apariencias, es para entendidos. Pero… ¿Quién es mejor vendedor? ¿El que oferta a la vista un atractivo escaparate con productos de mediana o baja calidad o el que ofrece muy buen género pero descuida su presentación?
Los expertos en mercado aseguran que se vende mejor una mierda bien envuelta que oro molido en un saquete indecente, de ahí que haya embalajes más costosos que el contenido que esconden.
Es lo que sucede en el seno de los partidos políticos cuando se empiezan a mover los aparatos para presentar candidatos que ganen elecciones. Hay que fabricar las figuras que los electores esperan, que el mercado demanda, como en Operación Triunfo, rostros sonrientes contra viento y marea, curriculum meticulosamente preparados en aumentativo, una buena presentación, mejores padrinos y generosa campaña. Pero cada vez más la eficacia, eficiencia, méritos y capacidades de optimizada gestión y buen gobierno de otros aspirantes quedan circunscritos a una premeditada presentación en saquete indecente cuyo aspecto externo frene el deseo de conocer para no oscurecer el lustro artificioso de la figura principal. En el cuerpo de afiliados siempre hay obedientes corredores que van implantando soto vocce, poco a poco pero en erosión constante, los créditos y descréditos de cada uno que intente descollar. Nada sucede por casualidad.

Los ciudadanos del bienestar estamos acostumbrados a que nos vendan de todo, somos adquirentes compulsivos e irreflexivos, no miramos a fondo lo que nos llevamos, nos vale que nos guste el spot publicitario porque nos van cociendo el cerebro poco a poco a medida que calientan el agua de un presunto baño relajante (“spa”) que nos ofrecieron al comienzo de la función. Somos votantes ciegos porque las siglas nos arrastran o somos volubles ciudadanos que llevados por las conversaciones de esquina nos enrabietamos con lo que se cuenta que les está pasando a desconocidos con esta crisis.
En el otro lado de la tensión interna intrapartidos está siempre el debate sobre si el candidato principal o secretario general o presidente, tiene derecho y hasta donde de elegir a quienes, en su caso le acompañarán en el equipo de gobierno o de oposición, porque a fin de cuentas a quien van a partir la cara es a él, que deberá responder políticamente por todos los de su comparsa.

Comenzamos ya las precampañas, las ofertas, las sonrisas de oreja a oreja, las contradicciones y las ceremonias de confusión. Pero los ciudadanos-electores tenemos una responsabilidad, la de mirar que hay debajo de cada envoltorio. Y si no luego no nos quejemos de lo que nos dan.

En la tensión – Diario Palentino Digital. 15 de agosto de 2010

Poder y deber

debate-politico-marvillas

“¡Más… es tan tentador mirar desde arriba y dar órdenes!”

La mayor heroicidad es el atributo de las personas que marcan día tras día en su trabajo o en su vivir una pauta ideológica en la que creen. Quien cree en la paz y pone en sus pequeños conflictos un punto de armonía, Sigue leyendo

Poder y deber

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“¡Más… es tan tentador mirar desde arriba y dar órdenes!”

La mayor heroicidad es el atributo de las personas que marcan día tras día en su trabajo o en su vivir una pauta ideológica en la que creen. Quien cree en la paz y pone en sus pequeños conflictos un punto de armonía, Sigue leyendo