La cabalgata vallecana

            El runrún de esta última fiesta de Reyes ha sido la presencia de la LGTBI en el madrileño barrio de Vallecas. En el cartel, sobre la imagen de tres reinas magas, una de ellas transexual rezaba la leyenda: Carroza por la igualdad y la diversidad. Orgullo Vallekana. La chispa del debate tardó en saltar un instante. Apareció en escena una Liga Española Pro Derechos Humanos cuya existencia desconocíamos y que resultó existir desde 1913, refundada por Miguel de Unamuno en 1922 pretendía extender y afirmar los derechos individuales inherentes a la personalidad humana. A ella pertenecieron ilustres españoles: Azorín, Dalí, Falla, Azaña, Ortega y Gasset, Miró, Unamuno, Besteiro, García Lorca, Américo Castro y Sánchez Albornoz (Obsérvese: ninguna mujer). Con una extraña interpretación de este objetivo, la Liga defensora de los derechos individuales solicitó ante el juez una medida cautelarísima para que se prohibiera desfilar a la susodicha carroza, razonando que “perjudica altamente el interés general, a los niños en su ilusión y tradición, además del interés legítimo de la Iglesia Católica…”. Parece que esa Liga requiere una actualización y en vez de poner de escudo la ilusión de los niños en sus tradiciones podía emplearse en enseñarles tolerancia, respeto por el diferente, que todos los sexos requieren igual trato, que las niñas valen tanto como los niños, que en ningún lugar dice que los magos fueran reyes, que la Iglesia Católica es machista y discriminatoria, que muchos políticos confesionales de los que desfilan en las procesiones son corruptos y roban a sus ciudadanos, que a las tradiciones dañinas hay que desterrarlas, que no hay que pisar a los colegas para ascender y que lo que vale es la honestidad.

«Diario Palentino, 07/02/2018»