“Algunas Inversiones acaban
pareciendo Malversaciones”
“No perdamos de vista que la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones promovida por el gobierno de Aznar, convirtió España entera en un solar edificable “El Gobierno espera conseguir, con ello, un drástico aumento de la oferta de suelo, lo que, según aseguró el ministro Arias-Salgado, se debería traducir a medio plazo en una reducción del precio del suelo y, por tanto, de la vivienda”. He aquí el comienzo de la burbuja inmobiliaria, promociones disparatadas, la fiebre del ladrillo, agresiones medioambientales, la especulación y la oferta de empleo superlativa para mano de obra no cualificada o especializada en construcción y accesorios. Lo que hoy se traduce en la mayor parte de los millones de parados.
Si al pinchazo de la burbuja añadimos la pésima administración y el derroche de los recursos practicada sistemáticamente por algunos gobernantes en lo que pomposamente denominan –inversiones- nos encontramos… como ahora estamos.
Aeropuerto de Castellón, 151 millones de euros, sin aviones ni viajeros y un coste de mantenimiento de unos 6 millones de euros anuales, adornado con una escultura en bronce de 24 metros y 300.000 euros de coste del ególatra Carlos Fabra.
En medio de la encrucijada económica en que nos encontramos sale a la luz que Renfe suprime el AVE manchego (Toledo-Albacete y Toledo-Cuenca), porque entre los dos transportan 16 (9+7) viajeros de media diaria y tiene un coste de mantenimiento de 18.000 euros al día.
En Castilla y León, ya tenemos aeropuerto en Burgos, León, Salamanca y Valladolid, entre todos suman vuelos a 15 destinos y un total de 138.000 pasajeros entre julio y agosto del pasado año. A esto lo llaman desarrollo de infraestructuras en la Comunidad ¿Cómo salen las cuentas?
Ningún político quiere perder baza ni votos, y bajo la pretensión de lograr lo mejor para sus conciudadanos ignora el interés general, encarga un estudio económico favorable y presiona a quien competa para salirse por la tangente con alguna macroinversión que a la larga resulta tomar el aspecto de malversación. Es decir, destinar fondos públicos a fines ajenos a su función, lo que se encuentra contemplado y penado como delito en el Código Penal español.
Pero… volvemos de nuevo a la capacidad de fiscalización, ¿Quién valora si una inversión es oportuna? Tan solo la decencia, la ética y el buen hacer de un político-gestor íntegro y la inteligencia crítica de un ciudadano informado. «Diario Palentino, 3 de julio de 2011»