¡Cómo para gobernarnos está el Partido Popular!

Por supuesto que algunas medidas pretendidas por el Gobierno para paliar o ir saliendo de la situación de la crisis que nos aqueja, son discutibles, como siempre lo es el incremento de los impuestos indirectos que afectan a todos los consumidores por igual sin hacer distingos entre poder adquisitivo ni niveles de renta, pero son los más prácticos porque se recaudan mejor y los contribuyentes los padecemos indoloramente de momento, como un martirio chino del gota a gota que solo se nota cuando llega a hacer el socavón

Pero la conducta adoptada por el PP ante esta crisis, en su responsabilidad de encarnar el principal partido de la oposición único con posibilidades de ser alternativa de gobierno, es penosa.

Al oyente de sillón y lector de titulares nos parece que montan un circo en el que cuándo salen unos payasos, cuándo unas marionetas, cuándo se desborda la tigresa, y el domador incapaz de mantener un orden para la representación ante el gran público. Gallardón quiere simbolizar la moderación y la cautela pero tira flechas envenenadas contra Rajoy. Aguirre, en su imagen de díscola descontrolada medio ingenua medio histérica, minuciosamente estudiada, pretende y consigue minar los cimientos del Presidente del partido que por no desdecir a unos ni a otros, por aquello de que se queme la casa y no se vea el humo, es capaz de apencar con las mayores contradicciones, como un padre que en defensa de su hijo drogadicto y ladronzuelo defiende a capa y espada que su vástago no es capaz de hacer esas cosas, y le presta la coartada.

La última puesta en escena de Esperanza, con la llamada a la objeción fiscal frente al IVA, ha hecho a Rajoy apoyarla y contradecirse otra vez porque debiera haber contado con Génova antes de lanzar tal desafuero.

Como aspirantes al gobierno del Estado no pueden estar aprovechando peor la situación que podía serles tan favorable. Para colmo de mal hacer denostan la política antiterrorista del Gobierno que a todas luces está siendo un éxito indiscutible, algo que todos los españoles percibimos con suma claridad. «Diario Palentino, 14 de marzo de 2009»

¡Cómo para gobernarnos está el Partido Popular!

Por supuesto que algunas medidas pretendidas por el Gobierno para paliar o ir saliendo de la situación de la crisis que nos aqueja, son discutibles, como siempre lo es el incremento de los impuestos indirectos que afectan a todos los consumidores por igual sin hacer distingos entre poder adquisitivo ni niveles de renta, pero son los más prácticos porque se recaudan mejor y los contribuyentes los padecemos indoloramente de momento, como un martirio chino del gota a gota que solo se nota cuando llega a hacer el socavón

Pero la conducta adoptada por el PP ante esta crisis, en su responsabilidad de encarnar el principal partido de la oposición único con posibilidades de ser alternativa de gobierno, es penosa.

Al oyente de sillón y lector de titulares nos parece que montan un circo en el que cuándo salen unos payasos, cuándo unas marionetas, cuándo se desborda la tigresa, y el domador incapaz de mantener un orden para la representación ante el gran público. Gallardón quiere simbolizar la moderación y la cautela pero tira flechas envenenadas contra Rajoy. Aguirre, en su imagen de díscola descontrolada medio ingenua medio histérica, minuciosamente estudiada, pretende y consigue minar los cimientos del Presidente del partido que por no desdecir a unos ni a otros, por aquello de que se queme la casa y no se vea el humo, es capaz de apencar con las mayores contradicciones, como un padre que en defensa de su hijo drogadicto y ladronzuelo defiende a capa y espada que su vástago no es capaz de hacer esas cosas, y le presta la coartada.

La última puesta en escena de Esperanza, con la llamada a la objeción fiscal frente al IVA, ha hecho a Rajoy apoyarla y contradecirse otra vez porque debiera haber contado con Génova antes de lanzar tal desafuero.

Como aspirantes al gobierno del Estado no pueden estar aprovechando peor la situación que podía serles tan favorable. Para colmo de mal hacer denostan la política antiterrorista del Gobierno que a todas luces está siendo un éxito indiscutible, algo que todos los españoles percibimos con suma claridad. «Diario Palentino, 14 de marzo de 2009»