Una sentencia coherente

358754627_8be96e0270“Mujer florero. El patriarcado se ha dado un tiro en el pie”

         ”Parece más fácil endurecer el Código Penal para pobres, humildes y miserables que contra los poderosos», dice un fiscal de delitos económicos. Y el presidente del Tribunal Supremo: “La Ley está pensada «para el robagallinas» y no para el gran defraudador, con independencia de quien gobierne. Lo que es alarmante novedad en pleno siglo XXI es que una sentencia dictada por tres magistradas otorgue carta de inocencia a una “señora de…por haber cumplido con el papel que a las mujeres nos adjudica el patriarcado, en esencia velar por el bienestar cotidiano de la familia, obedecer al esposo y no hacer preguntas incómodas. Luego, ahora no cabe echarse las manos a la cabeza porque se hayan respetado las enseñanzas grabadas a sangre y fuego en nuestras mentes infantiles, las de las niñas para obedecer y las de los niños para exigir. Despensa y cazador, ¿les suena?

         Quienes hoy tanto se alarman que recuerden los mensajes que recibieron en su casa, colegio, pandilla, confesonario, que se miren por dentro y a su alrededor. La sentencia absolutoria representa la coherencia absoluta con nuestra civilización. Al público varón le ha sentado fatal que sus esposas se puedan zafar de acompañarles al banquillo, aunque no hayan tenido ocasión de opinar ni tengan toda la información de sus actividades. Así las cosas, la Justicia ha hecho justicia eximiendo a la mujer florero que nuestra sociedad sigue induciendo, porque los negocios son cosa de hombres, aunque no se diga con voz. Lo bueno sería que este tratamiento también se diera a las víctimas de coacciones y chantajes emocionales, utilizadas por sus machos como mulas, como administradoras de empresas fraudulentas, como manos inducidas para delinquir, que también son mujeres florero, sin embargo consideradas por la justicia de otra categoría. Aquí es dónde la justicia olvida que es igual para todas. Cristina Borbón, Ana Mato, y las que se vendrán después, recibían los lujos y opulencia por derecho propio, porque lo merecían. Las condenadas y apresadas por delitos menores, lo hicieron y lo hacen para salvar a sus hijos o su propia supervivencia, porque no encuentran otra salida. Y, es que también en cuanto a floreros hay categorías, no es lo mismo un jarrón de porcelana china con rosas Julieta que un jarroncillo de los chinos con un matojo de amapolas de cuneta.

«Diario Palentino, 26/02/2017»

 

Vuelve el hombre · ELPAÍS.com

La izquierda no oculta su entusiasmo por tener un Gobierno con menos ‘bibianas’ y más ‘rubalcabas’

FERNANDO VALLESPÍN 29/10/2010

Nos creímos que nuestro machismo atávico ya era parte del pasado con tanta ministra, una vicepresidenta primera y rompedoras políticas de igualdad. Han bastado un par de cambios en el Gobierno, el cese de la vicepresidenta De la Vega y la eliminación de dos ministras para que volvieran las esencias patrias.

La superestructura tan bien intencionadamente construida por Zapatero se ha acabado desvelando como tal, como un acto de quijotismo en un país de sanchopanzas machistas… Era la señal que la horda masculina de nuestro país, siempre dominante, por supuesto, estaba esperando para volver a lo de siempre. Y no piensen que me estoy refiriendo solo a la derecha, que nunca disimuló su antipatía por las «ministras del Vogue»; me refiero también a la izquierda, que no esconde su entusiasmo por tener al fin un Gobierno «con más rubalcabas y menos bibianas«.

La seriedad, señores, va asociada al poder masculino. Solo él nos puede sacar del fango de la crisis económica y puede proyectar la imagen adecuada para tiempos en los que hay que zafarse de «debilidades» y abordar la lucha final de la legislatura en condiciones agónicas.

Ahora hay que «comunicar» que se es fuerte, hay que echarle un par. ¿Y quién mejor para ello que quienes están dotados por la naturaleza para hacerlo? La política, esto es lo que se destila subrepticiamente de la recepción de la noticia del cambio de Gobierno, exige concentrarse en lo esencial cuando las cosas vienen mal dadas. Lo prioritario ahora es pasar al cuerpo a cuerpo, a una batalla de bayonetas y con toda la caballería; desprenderse de lo superfluo, de lo que adorna pero no suma, como el Ministerio de Igualdad.

No cabe duda de que hemos avanzado enormemente a este respecto, de que la mujer está hoy en España muy por encima del varón en algunas variables importantes, como titulaciones universitarias y presencia en algunos de los cuerpos de élite de la Administración, aunque encalle en los altos cargos directivos de las empresas y siga chocando contra el casi inevitable techo de cristal. Pero lo que no se ha logrado hasta ahora es exorcizar al macho irredimible de nuestro inconsciente colectivo. Ahí sigue, agazapado, esperando la menor ocasión para hacerse presente. Y esa ocasión al fin ha llegado después de tan larga represión. Leer más…