Una herencia envenenada…

«… para el heredero y para los ciudadanos amantes de la igualdad primordial, la del nacimiento» 

             “Líbrenos, Dios, del día de la alabanzas”. Se dice en castellano porque en el sepelio los dolientes proclaman públicamente nuestras bondades sin paliativos. El Rey, por serlo, ya disfruta en vida de las loas de opinantes “políticamente correctos” que se refieren a él como si hubiera fallecido, y es que…, realmente pasa a mejor vida, si cabe.

            No me alcanza la capacidad de discernimiento para decidir si es ahora o no el mejor momento para afrontar un proceso de advenimiento de la III República pero, está claro que después de “a rey muerto, muerto puesto” mucho tiene que cambiar en la monarquía española.

          Un ejemplo. Se ve que sintiéndose solo en su linajuda y escabrosa genealogía, el Borbón, ha hecho generoso uso del predemocrático privilegio de seguir otorgando a medida títulos nobiliarios que perpetúan un clasismo estamental extemporáneo y nos impone una casta de nobles creada como símbolo del favor real (empresarios, excargos franquistas, celebridades,…). Así, aún teniendo decidido abdicar desde enero, el mes pasado S.M. añadió cuatro más hasta completar un total de cuarenta y siete nuevos duques, condes, marqueses y otras hierbas con olor a rancio que andan por el paisaje español exhibiendo un atentado directo al artículo 14 de nuestra Constitución.

            Y menos mal que el futuro Felipe VI ha renunciado a la oferta de esos otros príncipes de la Iglesia que prestamente han puesto todo su protocolario boato al servicio del entronizado, por si quiere coronarse bajo esos rituales para enaltecimiento mutuo.

            Otra herida es la transparencia, eso sí que nos afecta hasta llagarnos. ¿Por qué cualquier servidor público, por mínimo que sea su ámbito de poder, tiene que hacer su Declaración de Bienes y por el contrario, S.M. que vino de Estoril con las manos en los bolsos no declara el ingente patrimonio cosechado en estos tan sufridos años de dedicación a nuestra causa?

            Como salida práctica, me limitaré a soñar que el tan preparado príncipe no revuelva más la jauría de país que hereda. Y si es inteligente se dará cuenta de que las monarquías están obsoletas y dividen más que suman en el camino a una sociedad laica e igualitaria. Lo malo sería que se tuviera que ir como el bisabuelo Borbón.

«Diario Palentino, 08/05/2014»

Que nos pidan la venia

www.cotilleando.com“No olvidemos que el poder reside en el pueblo español, somos la autoridad”

 El artículo 2 de nuestra vigente Constitución dice literalmente: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, aunque parece que por las alturas se pretende invertir el orden y que nosotros, los españoles, habitantes de este país, ciudadanos de a pie y paganos a todas luces, rindamos pleitesía a tanto “alto cargo” que nos mira por encima del hombro.

La díscola familia real establece en el protocolo de su casa, que los hombres harán inclinación de cabeza y la mujeres además se flexionarán. Deben haber olvidado sus majestades que su poder no procede de más dios que el pueblo, que les consentimos sentarse en su trono, hablar por nosotros, vivir de nuestros impuestos y en edificios propiedad del Patrimonio Nacional, sin contar sus dieciochescos atuendos, diademas, coronas y saraos de película retro, anacronismos que como la propia monarquía están out, atentan contra el principio de Igualdad, verdadero emblema cúspide de todo régimen democrático. Al rey de turno nadie le elige, nos cae del cielo, en versión infantil de antaño, nos le trae la cigüeña.

Y como la ansiedad, el afán de protagonismo y tiranía son contagiosos, el siempre enfadado Rouco, además de casar princesas Divorciadas y abortistas (excomulgadas ipso facto, según el Derecho Canónico) y conversas, quiere negar por todos los medios los derechos y libertades de las mujeres, porque como es costumbre en los ámbitos talibanes, el poder y el honor de los hombres siempre acaba encontrándose entre las piernas de las mujeres.

El ministro Gallardón se obceca en salvar fetos y al mismo tiempo el gobierno del PP al que pertenece camina a toda máquina para someter a la más cruel y despiadada desatención, pobreza y abandono a las personas discapacitadas, obstaculizar el acceso a la educación y a la sanidad de los ya nacidos y vivientes que somos todos los demás. Pretenden retornar a la doble moral burguesa consistente en “Haz lo que digo pero no lo que hago, los privilegios son para mí, exclusivos y excluyentes”

Pero no olvidemos que el poder reside en nuestras manos, nos deben reverenciar, respetar y venerar, nos deben pedir consentimiento y permiso, a fin de cuentas somos la autoridad, y si quieren acogerse a su programa para redimir sus pecados que lo cumplan al completo. «Diario Palentino, 05/05/02013»