¡Callad niños, que viene Wert!

tijeras_publica “Temblores y sudores atribulan a los jóvenes padres que no saben qué pecado han cometido para merecer tanto castigo”

             Lo de “que viene el Coco” ya no funciona, ningún niño sabe quién es el “Coco” ni a qué se dedica. Tampoco funciona la amenaza que hacían algunos maestros en la postguerra – Si no os calláis vienen Azaña y La Pasionaria-  porque tampoco han oído hablar de ellos, y si algo supieran no les asustaría. Lo que si hace temblar la tierra bajo los pies de madres y padres demócratas es oír hablar de Wert. Cada vez que los noticieros avisan: “Wert ha dicho…”, temblores y sudores atribulan a los jóvenes padres que no saben qué pecado han cometido para merecer tanto castigo como les inflige el Ministro de Educación y Cultura, sus diatribas, esperpénticas declaraciones y peores hechos.

            Después de incrementar el precio de las matrículas, de consentir y no cortar el desorden de las editoriales con los libros de texto, ni de los comedores escolares que cobran hasta por no comer, de querer “españolizar” todo lo que se menee y de insultar a quienes con toda razón y derecho reclaman, Wert dice que los que se escandalizan tienen «un problema de categorías mentales» y que además no “me afectan lo más mínimo” las pitadas ni protestas por la ppenosa gestión.

            Y debe ser cierto que este señor, por decirlo de alguna manera, tiene un corazón de madera. Porque en sentido contrario le montan el pollo sus correligionarios, los consejeros autonómicos del ramo, como recientemente ocurrió en la sede del PP de Madrid, léase calle Génova.

            Veamos, por si no fuera suficiente haber desmontado los recursos de la enseñanza pública igualitaria para todos los españoles, el haber impuesto dogmas y credos del nacional-catolicismo y demás desafueros, los consejeros de las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular, le reclamaron por no cumplir con sus expectativas sobre la excelencia en la enseñanza, por no haber suprimido totalmente la asignatura de Educación para la Ciudadanía, por no permitir a los padres la elección de centro escolar, por dejar pasar de curso con tres suspensos o permitir tiempo de reunión para los estudiantes. Ninguna de las autonomías aplaude el texto y Wert tendrá que dar explicaciones también a los suyos.

            Pero la dimisión de un ministro malo para sustituirlo por otro de igual catadura no tiene sentido, lo único que hace es añadir un subsidiado más con privilegios especiales. Si Wert cayera, el próximo sería más del agrado de su partido y más duro con la enseñanza pública. La ideología que trasluce el PP no tiene enmienda y el destrozo de la democracia y de la igualdad de oportunidades ha emprendido un camino de largo retorno. El sector público adelgaza en servicios y el privado engorda a costa del erario público.  «Periódico CARRIÓN,  1ª quincena de noviembre de 2012»