El gato en la ratonera. Caso Cifuentes

           El gato encontró la hura y una manada de ratones sale en estampida para alejarse del escándalo provocado por el asunto Cifuentes. Un rector dubitativo, una profesora que denuncia el robo de su ordenador con las pruebas después de saltar la noticia, otra que no reconoce su firma en el certificado y otra que tiene grabadas las presiones para que firme. A lo que hay que añadir la PPenosa respuesta de su partido, el de los corruptos, y la de ella misma que se sacude las pulgas y remite a un delito de falsedad en documento público a quienes se obligó a firmar. Olé, olé. Un circo, que al margen de la repercusión mediática y política, ha puesto en el punto de mira a la universidad como otro posible centro de corrupción; al plan Bolonia como un negocio empresarial que mueve mucho dinero público en desorbitadas retribuciones; la inutilidad de los masters a la hora de encontrar trabajos adecuados a la formación; la denuncia de un profesor sobre cómo se manipula el proceso de creación y selección para nuevas plazas, hasta el punto de que el candidato “preferido” elije a los miembros de la comisión que ha de valorar los méritos de todos los aspirantes, lo que garantiza que los mediocres lleguen a docentes y degraden la enseñanza. El rector quiere garantizarse seguir siéndolo y para ello necesita los votos de ese corralito que va creando.

            Los estudiantes y las familias se han indignado al descubrir semejantes indecencias. Pagan un dineral, se empeñan con los bancos, los jóvenes no pueden simultanear un trabajo completo porque se les exige asistencia y además tienen que dar la talla con una memoria de fin de curso. Mátate a estudiar para acabar de camarero en un macdonals mientras los señoritos se ríen en tus narices. 

«Diario Palentino, 22 de abril de 2018»