Somos un estorbo para el Gobierno, opinamos, nos manifestamos y ¡pensamos!
Lo nunca visto en una Democracia nos está ocurriendo hoy en España. Se fustiga, critica y criminaliza los actos de homenaje y festejo a los asesinos etarras, mientras tanto, paralelamente, se ensalza, jalea y ovaciona a supervivientes o fallecidos activistas franquistas mediante una fundación (FAES), financiada con dinero de todos los españoles, para hacer santo al mayor asesino de Estado de nuestra Historia, y con cena de gala incluida. Lo oportuno y razonable para cualquier mente por obtusa que fuera, sería meter a todos en el mismo saco, el de la criminalidad. Pero…, esto sería Democracia y quienes nos desgobiernan no están interesados.
Son al tiempo víctimas y verdugos, manejan el sable cortaderechos con destreza de samurái, pero seguidamente se quejan de incomprensión por parte de la ciudadanía. Si es que somos unos ingratos, no valoramos su quehacer absolutista, pretenden librarnos de la preocupación por los temas que nos conciernen y nosotros les increpamos y protestamos como hijos malcriados, no nos dejamos defender de los pobres senegaleses que vienen a correr con sus sacas delante de la policía azuzada por el comercio injusto, exigimos que eliminen las cuchillas asesinas y nos dan respuestas para tontos, se enfadan muchísimo si manifestamos públicamente nuestro descontento, sin tardanza impondrán el toque de queda en las calles que ya han tomado en razón de la obediencia debida (el sueldo) de las fuerzas de orden, a las que instigan y dan permiso para ensañarse con cualquier viandante, anciano o niño, que tenga la mala fortuna de estar en el sitio equivocado y en el momento inoportuno.
“El Estado soy yo”, dijo Luis XIV, “La calle es mía” dicen desde el Ministerio de Interior. En puridad nos han suprimido los derechos de reunión, concentración y manifestación. Indirectamente, con la imposición del casco eliminan la circulación urbana en bicicleta, se incrementa la velocidad permitida para que los “carromeros” circulen libremente atentando contra la vida de las familias que van tranquilamente por su carril. Vía libre a algunos audis, mercedes y bmw conducidos por prepotentes de todas las edades que no dejan tarjeta cuándo, aparcando, quepa o no, rozan utilitarios de “mindundis proletarios”.
¿De verdad estamos gobernados por seres humanos? ¡Hasta el Papa clama frente a la actuación de estos seres abducidos por indolentes máquinas de destrucción!
Diario Palentino, 01/12/2013