De libro y sofá

     Como no hay mal que no venga bien, la pandemia nos ha recluido durante más horas en casita. Para quienes tenemos la suerte de tener casa, electricidad y comodidades ha sido una oportunidad para hacer limpieza profunda y organizar armarios y almarios. Pero hecho esto se hace largo vivir con tantas limitaciones. Ya nos contaron que habían aumentado las ventas de bicicletas estáticas y bebidas alcohólicas al mismo ritmo que bajaban las de ropa y calzado; sin contar la ruina de la hostelería. Por supuesto, crecieron las ventas por internet y sobre todo, como dice una amiga, alimentando al monstruo, léase Amazon. Después de casi un año, que hará en marzo, ya vivimos entre el hastío y la conformidad buscando nuevos recursos de distracción que nos ilusionen. Por cierto, también se han disparado las prescripciones de antidepresivos y ansiolíticos, sobre todo desde que el médico de familia desde su casa llama y aunque no conozca de nada al paciente le receta lo que le pidan; cuando termine esta movida les va a caer fatal tener que volver a sentarse frente a los pacientes reales no virtuales, con sus rostros de dolor y preocupación en primer plano. Pero, eso es tema para otro día. Una de las ventajas a destacar es que la venta de libros va en aumento, libros en papel y libros en formato electrónico. Cuanta falta nos hace abrir la mente a otros mundos para salir de nuestro enclaustramiento mental, el monotema y las manías que giran como un disco rayado. Ojalá los políticos leyeran más, nos dirían menos tonterías sin ninguna gracia. Leer como entretenimiento es una forma de meditación que enriquece, al ensimismarnos en lo que ocurre en las páginas podemos vivir entre líneas otras vidas, otras ideas, otras reflexiones, es como pasar un tiempo en otras cabezas que viven, sienten y piensan de forma diferente.

Diario Palentino, 24 de enero de 2020

 

Mujeres lectoras

mujerleyendo«Las mujeres reales,
no las de la literatura,
no podían ser escritoras, científicas o sobresalir de alguna manera, porque a las mujeres se les encerraba con llave,
les pegaban, les elegían el marido y las zarandeaban… apenas sabían leer,
apenas escribir y eran propiedad de su marido.
La libertad intelectual depende de cosas materiales, la poesía depende de la libertad intelectual; las mujeres siempre han sido pobres desde el principio de los tiempos.
Por lo que hay que tener 500 libras al año, una habitación propia con cerradura y acceso a una biblioteca para arribar al mundo y no permanecer sola en casa y ser zarandeada.

La lectura de libros parece curiosamente, operar nuestros sentidos en cataratas; después de leerlos vemos con más intensidad; el mundo aparenta haberse despejado del velo que lo cubría y haber cobrado una vida más intensa.»
Virginia Woolf.

[DESCARGAR] Lectura, mujeres, historia y arte

DEBATE en EL MACASAR, «Una habitación propia»

Mujeres lectoras

mujerleyendo«Las mujeres reales,
no las de la literatura,
no podían ser escritoras, científicas o sobresalir de alguna manera, porque a las mujeres se les encerraba con llave,
les pegaban, les elegían el marido y las zarandeaban… apenas sabían leer,
apenas escribir y eran propiedad de su marido.
La libertad intelectual depende de cosas materiales, la poesía depende de la libertad intelectual; las mujeres siempre han sido pobres desde el principio de los tiempos.
Por lo que hay que tener 500 libras al año, una habitación propia con cerradura y acceso a una biblioteca para arribar al mundo y no permanecer sola en casa y ser zarandeada.

La lectura de libros parece curiosamente, operar nuestros sentidos en cataratas; después de leerlos vemos con más intensidad; el mundo aparenta haberse despejado del velo que lo cubría y haber cobrado una vida más intensa.»
Virginia Woolf.

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