Le digo a Vd., caballero

   Sí, a Vd., al que mira para otro lado. Imagine conmigo. Estaba Vd. en segundo de bachiller, recuerde como era entonces, su aspecto físico semiadolescente, sus emociones, su inseguridad. Un día fue de fiesta y bebió un poco de más. En una calle solitaria se le acercaron cinco individuos como armarios, le metieron en un portal, se plantaron en la puerta de salida, le sujetaron, le mandaron callar con la mano amenazante, sacaron sus pollas y se las fueron metiendo simultáneamente por el culo y por la boca repetidamente, una y otra vez. Vd. Tenía 18 años, no podía hacer nada más que obedecer, estaba aterrado, en manos de cinco tíos pasados de soberbia que le eyaculaban sus miserias por todos lados. ¿Por qué no se defendió? 

      Qué empuja a unos individuos de un país civilizado a mostrarse sus penes y demostrar su hombría violando colectivamente a una joven indefensa en un portal. Qué enormes complejos de inferioridad les llevan a medir así su valentía, en grupo, intimidando a un ser vulnerable. Es lo que enseña el machismo, si lo quieres cógelo, tienes derecho, y luego lo cuentas y te jactas, porque se ve que no vales para mucho más y tu calidad humana deja mucho que desear. Todos los hombres de orden debieran avergonzarse de estos hechos de sus congéneres, o es que en su sombra más perturbadora sueñan también con ser protagonistas de una escena similar, eso le debe haber pasado al juez del voto disidente, el que aprecia los hechos como “jolgorio”. Y a otros muchos opinantes macho que consideran la pena de nueve años excesiva y no tienen en cuenta que la vida de la muchacha no se acaba en ese tiempo, que quedará marcada por ese día hasta su último suspiro. Pero a los psicópatas narcisistas, eso les da igual, son mierda social.  

«Diario Palentino, 29 de abril de 2018»

Los hombres me explican cosas

        Ante la deplorable conducta del defensor de tres individuos de La manada es preciso, a mi juicio, que se abra un expediente por atentar contra el código de Deontología profesional de la abogacía, porque una cosa es que hasta el más grande y temible de los asesinos merezca una defensa y un juicio justos, y otra muy diferente acudir a indecentes argumentos y verterlos al público para figurar como abogado estrella. Ha sido él solito quien más ha llamado la atención sobre la  depravada conducta de sus representados y quien con sus constantes declaraciones en la prensa ha creado un maremoto social forzando a las mujeres a salir de nuevo en tromba para exigir un trato justo y un respeto. Ha quedado clara la lasitud del sistema cuando permite que un solo hombre vilipendie, pública y reiterativamente, a la víctima de un grupo de depredadores sexuales. Ha impartido con maestría una machoexplicación (mansplaining). El machoexplicador nos ha dado lecciones de cómo debe defenderse una muy joven mujer con uñas, dientes y arriesgando su integridad física, ante el ataque de unos salvajes expertos, porque si no ellos deben entender que presta su consentimiento y además goza. Después de la agresión tendrá que estar enclaustrada y con la vida hundida, es lo que procede.  Vomitivo.

            Estamos rodeadas de machoexplicadores que ufanos nos explican cosas, a veces de temas en los que somos más expertas que ellos. Otras veces hacen el ridículo con su tono condescendiente, porque de antemano nos presuponen dificultades de entendimiento. Qué paciencia tenemos, cuanto patético circulando. La periodista Rebecca Solnit, escribió un libro titulado “Los hombres me explican cosas” que muchos debieran leer para evitar caer en la necedad más irrisoria.

«Diario Palentino, 03/12/2017»        

Supongamos que… (la condena a La Manada)

        Supongamos que la Audiencia Provincial de Navarra tiene claro que los miembros de La Manada merecen una condena ajustada a los graves delitos de los que se les acusa, y que el castigo sirva de aviso a navegantes de que esas aberrantes agresiones pagan su precio a cuenta de la libertad. Supongamos que los tres magistrados quieren que el proceso se cumpla con garantías para que los abogados defensores de los presuntos violadores no puedan alegar indefensión o encontrar argumentos con los que ganar un recurso en el Tribunal Supremo después de la dura sentencia que caerá a sus clientes. Solo de esta manera se pueden explicar determinadas concesiones que han enfurecido a las personas con sentimientos humanos. Tal es el caso de la admisión a prueba de un vídeo espía sobre la vida de la víctima hasta en la propia piscina de su casa o comiendo con su familia, una agresión a la intimidad en toda regla para justificar que no se pasa la vida llorando, arruinada y deprimida. Quien haya encomendado este seguimiento y quien lo utilice en su defensa intentando mancillar a la víctima es cruel e ignorante, porque nadie con un mínimo de decencia es capaz de intentar hundir más a quién ya han destrozado la vida. Si no es con este propósito tampoco se explicaría la negativa de la sala a admitir las conversaciones de wasap de La Manada en las que hablan de drogas y preparativos para las violaciones grupales. Eso unido a los deplorables programas de vomitivo regodeo que emiten algunas cadenas*, todos sabemos cuáles, nos dejan una imagen muy amarga de este país. El fiscal pide para cada “presunto” 22 años de prisión, siendo 18 por delito continuado de agresión sexual; 2 años y 10 meses por delito contra la intimidad al difundir los vídeos de la violación grupal, y 2 años por delito de robo con intimidación. Quienes somos gente de bien esperamos que la sentencia no se mueva ni un ápice de la petición del defensor público de la legalidad.

  • En la de los obispos, TV13, el tratamiento fué vergonzoso, hiriente, insultante y obsceno. Tendrían que arrodillarse y pedir perdón a la víctima y a todas las mujeres.

«Diario Palentino, 19/11/2017»

 

 

Estudiantes franceses/estudiantes españoles

            Pasan los años y persiste la diferencia abismal de pensamiento entre la nación de las libertades y la que se mantiene como “reserva espiritual de occidente”. Ante el aumento de actos de acoso, agresiones y otras formas de violencia contra las mujeres, las reacciones han retratado las mentalidades opuestas de dos países vecinos: Francia y España. En el primero, los sindicatos estudiantiles han acordado instaurar el ‘Día de la falda’ en los institutos de enseñanza media con la pretensión de generar conciencia de la desigualdad y denunciar el sexismo que victimiza a las mujeres en todos los ámbitos de la vida desde el hogar hasta la calle pasando por el medio educativo y el laboral. Los jóvenes convocantes alegan que la edad de los estudiantes es el momento de forjarse una opinión adecuada sobre la igualdad y proponen acudir a clase con falda un día al año, o para los más cortados ponerse una pegatina de solidaridad en las piernas.

             En el otro extremo, los estudiantes españoles protagonizan sucesivamente polémicas con los mensajes que muestran su forma de ver la relación con la mujer. En la macrofiesta universitaria valenciana, que reunió a 25.000 jóvenes, la colección de camisetas que vestían los varones es preocupante: «Hoy follo, mañana juicio», «Fisio por vocación porque me gusta la palpación», «Si te pillo te cepillo», «Dame una señal y te lo como todo», «Si quieres trabajo, cómeme lo de abajo», «En tu ojete, mi cohete», “Curso rápido de diseño, agáchate y te enseño”. Pero no es un caso aislado. En La Rioja la fiesta universitaria de Barras ha tenido que retirar el cartel debido a las denuncias recibidas por su alto contenido sexista como reclamo. Lo mismo ha ocurrido con la Fiesta Erasmus de Granada o la capea de medicina en Murcia. Todo esto con la imagen de fondo de la repugnante y brutal conducta de los jóvenes de la Manada, para quien el fiscal pide  22 años por cabeza. Se ve que los chicos franceses gozan de sana autoestima y no necesitan humillar a las mujeres para sentirse más hombres.Juzguen ustedes.

«Diario Palentino, 21/05/2017»

De tal palo tal astilla

cr-npwbxyaelmm0Los menores violentos dicen todo sobre sus padres incívicos

            Violencia en las aulas, violencia en el deporte, violencia contra las niñas y contra las mujeres, es la noticia-desayuno más desagradable de todas las mañanas. Pero lo más vomitivo es la respuesta de sus adultos, padres de los agresores que para defender a su prole empiezan y acaban señalando a la víctima como causante de la situación, porque, dicen, provoca o difama. Así se van criando pequeñas bestias que pueden llegar a convertirse en elementos de “La Manada”, bravucones machotes que irán haciendo valer sus supremacía en todos los ámbitos de la vida, si no es con artimañas será por la fuerza.

            Un niño se suicida por no soportar el acoso cruel de sus compañeros. Padres histéricos gritan insultos racistas a un pequeño jugador de color del equipo contrario porque es mejor que sus hijos. Profesores y directores de colegio, amparados por los políticos de turno, faltaría más, cobijan y diluyen lo que por su oficio debieran perseguir. Padres que obvian las trastadas de sus hijos en casa ajena, que ríen si les multan por orinar en monumentos nacionales, que alientan a ser más y más, por encima de todo y de todos. Padres que exudan agresividad como forma habitual de comportarse. Así, la sociedad se va adaptando. Ya muchos hoteles avisan: Solo adultos. Un recepcionista explica que a quien no había que admitir era a los padres, porque los niños pequeños cuando están solos se comportan mucho mejor.

            Lo más repugnante de los últimos aconteceres violentos gira sobre la violación en los sanfermines y la respuesta de familias de los agresores cebándose en la víctima. Recordemos eran cinco machotes salidos violando a una chica de 18 años en un portal de Pamplona, y otra en Córdoba; entre ellos, tres con antecedentes penales, otros dos son guardia civil y militar, de esos que han jurado defendernos. Las conversaciones previas de su chat dan para montar todo un culebrón macabro, cloroformo, reinoiles, cuerdas, luego queremos violar todos, follándonos a una entre los cinco, soy cinturón negro comiendo coños…  etc., Y después, como se esperaba, llega el cinismo: ella miente para salir del paso, no se sabe de qué paso necesita salir salvo del horror de la violenta y agresiva humillación que nunca olvidará. Ves los hijos, imagina los padres. La violencia sobre las mujeres, todo tipo de violencia, siempre tiene origen en la propia familia. 

«Diario Palentino, 20/11/2016»