Los debates ideológicos nunca se cierran, de ahí su evolución, oscilando a mejor o a peor resultado según coyunturas.
La cara B de estos cambios en los últimos tiempos es que son tan inesperados y oportunistas que cogen a la militancia y a la ciudadanía desprevenidas, creando un grado de desconcierto tal que a menudo desemboca en deserciones y trágalas o al menos en desconfianza.
La explicación pública e interna de estos rápidos movimientos en el juego político suele llegar tarde y de forma confusa.
He capturado en le red esta muestra panorámica por si algún navegante quiere destinar un tiempo para ilustrarse, a saber:
Veinte años después la izquierda en su conjunto sigue sin encontrar el equilibrio ideal entre igualdad y libertad.
Fue un socialista español, Fernando de los Ríos, quien en un viaje de exploración a la Unión Soviética en 1920 le planteó a Lenin, el líder de la Revolución de Octubre, la pregunta clave. ¿Y la libertad? La respuesta de Lenin pasó a la historia: «¿Libertad para qué?» Leer más…