¿De verdad necesitamos una guerra?

decapitacion-estado-islmico1“Esto se ha ido de las manos, la III Guerra Mundial está en marcha”

            Para quien sea consciente del devenir de la historia, estamos en un hito similar al de hace 70 años. No queremos hablar de guerra mundial porque suena a mal presagio, pero el tiempo de los cuentos ya pasó, todo conflicto tiene su momento para resolver las diferencias alrededor de una mesa con intención y disposición a ceder y ganar a partes iguales. La entrada de China en el escenario sirio ha marcado la pauta definitiva.

            Ya no hay tiempo. En el hervidero bélico de Oriente Medio no caben componendas, «solo acciones militares», dicen observadores y analistas expertos con acceso a medios de difusión masivos para contarnos lo que quieren las grandes potencias. El caldo de cultivo de lo que ahora sentimos como pánico bajo la piel, ha sido urdido con cuidadosa estrategia durante varios años. Detrás están los beneficios de la industria armamentística, los intereses comerciales y geopolíticos, la eterna lucha entre poderes y alianzas, la puesta a prueba de las tecnologías agresivas más avanzadas, e incluso el ego superlativo de algunos. La suma de pocos muchos intereses construyó y arrojó la bomba atómica. Por ver qué pasaba, simplemente.

            El hombre es de naturaleza belicosa y destructiva, avara y dominante, pero sobre todo es corto de vista, porque pudiendo vivir en el paraíso que la madre tierra nos ofrece gusta de convertir el entorno en un infierno. Matar o morir, el absurdo y estúpido lema castrense que inunda tanta debilidad cerebral.

            La OTAN dice estar preocupada por el despliegue militar ruso en defensa de Bashar al-Asad, pero todos se están armando hasta los dientes. Los países satélites de Arabia Saudí rellenan sus bodegas de bombas de alta precisión, EEUU anima a la ocupación por fuerzas terrestres,  mientras tanto, la UE zozobra en la indecisión, desconcertada y presionada por la imparable belicosidad de Francia y los países del limes oriental, ahora desbordados por  los refugiados. La mítica Al Qaeda, azuzada por no se sabe quién, se suma contra  ISIS en una insólita guerra familiar. Y China…, el último puntazo lo ha dado China que no consentirá el apoyo de ISIS a insurgentes contra Pekín.i_estado_islamico_decapita_nin

            ¿Quo vadis mundo? En esta vorágine guerrera, dónde quedan los derechos humanos, la tolerancia, la libertad, y, sobre todo, dónde se perdió la inteligencia y habilidades humanas para resolver cuestiones difíciles sin llegar a las manos.

«Diario Palentino, 06/12/2015»

Una guerra de ida y vuelta (Sobre el terrorismo de ISIS)

isisisiliraqmn905_optExtraño juego: unos venden las armas a quienes les van a atacar con ellas

                Las insidias de EEUU se acaban sabiendo mediante filtraciones o descriptivos documentales que llaman la atención un rato y luego se archivan. Nadie juzga a los insidiosos, a pesar de que las consecuencias hayan sido terroríficas para buena parte de la humanidad.

                El terrorismo yihadista es el resultado de decenas de años de artimañas y conspiraciones de EEUU, Gran Bretaña, Israel y Arabia Saudí, entre otros. Al-Qaeda fue patrocinada con todo lujo de recursos para intervenir camufladamente en la guerra que mantuvo Afganistán contra la Unión Soviética en tiempos de Ronald Reagan. La CIA creaba campos de entrenamiento en Pakistán, el mismo Osama Bin Laden fue reclutado y entrenado como guerrillero. Años más tarde, y vista la eficacia de la estrategia, aparece el Estado Islámico o ISIS, creado como una rama de Al-Qaeda bajo los auspicios de la CIA, el Mossad israelí, el M16 británico  y los servicios inteligencia de Pakistán y Arabia Saudí, para luchar junto a los rebeldes sirios con el propósito de derrocar el gobierno de Bashar al Assad y la aviesa intención de causar los mayores estragos en Siria e Irak. Hasta “Las brutales decapitaciones realizadas por los terroristas de ISIS, forman parte de los programas de entrenamiento patrocinados por la CIA en campos de Arabia Saudita y Qatar y cuyo objetivo es causar pavor y conmoción”, señala el profesor y economista canadiense, Michel Chossudovsky. Extraño juego; incitan, arman, reclutan, entrenan y dirigen grupos terroristas que luego se desmarcan atacando fuera de su contexto. O, acaso, también eso estará premeditado para justificar un acercamiento veloz hacia un estado policial de ámbito mundial.

                Lo cierto es que la forma de actuar de este terrorismo disperso crea tensión y desconfianza, es aleatorio y sorpresivo, no atiende a reglas. Las vacaciones a la vuelta de la esquina y de fondo las imágenes de una playa regada de  turistas muertos tapados con sus toallas. Estremecedor. Cálido ambiente para estar atentos a los unánimes discursos sobre reforzar la vigilancia y, de paso, limitar los derechos cívicos. Es necesario, dicen. La seguridad ciudadana y todo eso. La guerra global contra el terrorismo. Pero no explican por qué dejaron de vigilar al atacante de Charlie Hebdo, o al de Isère, ambos bajo sospecha policial. O acaso ahora, el monstruo creado ha tomado deriva propia y quiere ser un verdadero Estado.

La posguerra de Iraq en 2015

03-06-2015Nimrud_IraqLa humanidad aún paga los efectos de aquella intervención asesina en 2003

             Se nos caen las lágrimas viendo a los miembros del Estado Islámico destruyendo con placer libidinoso las obras insignes de sus antepasados, los tesoros de su moribunda cultura ancestral. Bibliotecas, museos…, todo lo que da consistencia e identidad a un pueblo y coherencia a una nación es quemado, derribado, incluso demolido con arduo esfuerzo y trabajo. Imágenes sobrecogedoras de hombres armados con martillos mecánicos, mazos y picas para convertir en escombros colosales esculturas datadas en siglos anteriores a nuestra era.0108

            Es el colofón de un país en ruinas. Un país que, a pesar del funesto dictador, era en los años noventa del siglo XX cuna de las mejores universidades del occidente asiático para ser hoy líder del analfabetismo. Una sociedad que fue organizada y estructurada, con sus instituciones y una economía bien asentada en la producción petrolífera, se convirtió en la víctima de una destrucción programada por el ánimo imperialista y vengativo de un presidente americano con la complicidad pazguata de los ingleses y el engreimiento de un Sr. Aznar, presidente del gobierno español, apoyado por la unanimidad de su Partido Popular.

            El resultado ha sido de un millón de muertos, cuatro millones de heridos y cinco20130313-lens-war-slide-O530-jumbo de refugiados; la caída del poder en manos de pequeños grupos violentos armados por los mismos imperialistas que dicen combatirlos; la destrucción total de una sociedad con identidad propia, de un país entero que ya no tiene recursos sanitarios, ni instituciones de gobierno, ni orden, ni maestros, ni relaciones exteriores; niños nacidos con malformaciones, sin vacunas y sin escuelas; familias destrozadas; integrismo, anarquía, terrorismo y desestabilización de la región medioriental. Pero…, de las armas de destrucción masiva jamás se supo, aunque en España si sufrimos una el 11M, en venganza.

            El fuego arrasando la biblioteca de Bagdad en 2003 y el saqueo del Museo Arqueológico nos dieron escalofríos, millones de tomos, miles de incunables de contenido irrecuperable, un horror para la cultura mundial. Hoy, el Palacio de Ashurnasirpal en  Nimrud, el daño no es solo para los iraquíes, la civilización mediterránea es la madre de medio mundo. Todos perdemos. Para hacer desaparecer a un pueblo basta con destruir su cultura. Iraq ya no se puede reconstruir, tendría que renacer, si le dejan las injerencias foráneas.