Primeras mujeres fotógrafas

Ellas cambiaron la mirada sobre el mundo circundante


Una vez más se pone de manifiesto que el mundo del arte es de tardío y de difícil acceso para las mujeres.

Hasta que la primera mujer se puso detrás de un objetivo con calidad e intención artística, los hombres fotografiaban sus hazañas, sus retratos de pater familias, corporativos, héroes, egocéntricos y dominantes del entorno. Las mujeres eran para ellos un objeto de imagen útil como en los demás aspectos de la vida. Madres, amantes, figurines comerciales,…

Pero las primeras mujeres fotógrafas, aunque tardíamente incorporadas y mucho más tardíamente reconocidas artísticamente, cambian el rumbo de la imagen. Nos ponen delante de los ojos otra versión del mundo y comienzan con fuerza a mostrar marginales, fenómenos, enfermos, la pobreza en todas sus caras, los campos de internamiento, los efectos de la Gran Depresión. “Quiero producir temor y vergüenza en el espectador”, decía Diane Arbus (1923-1971).

En manos de ellas, la imagen de la mujer es rescatada de ser el objeto de deseo, comercial, mercantil, ideológico para ser tratada como persona, mujer relacionada con su mundo rural o urbano, en sus relaciones personales, profesionales, familiares. Se arranca a la mujer de los dulces falsos hogares y se las incrusta en una vida cotidiana real donde nada es lo que se pretende que parezca en las imágenes anteriores. Ellas incorporan a la fotografía una función social alejada de la instrumentalización del ojo masculino dominante. Cindy Sherman echa una mirada crítica al “estereotipo de mujer utilizado en los medios de comunicación”, aunque algo confusa y variable.

Tal vez la primera y pionera fotógrafa artística fuera Julia Margaret Camerón (1815-1897), tía abuela de Virginia Wolf, pero aún su perspectiva de género no estaba madura. Helen Levitt (1913-2009) se centró en documentar zonas populares de New York y colaboró con Luis Buñuel en los “cortos” que apoyaban a los norteamericanos en la II Guerra Mundial.

Pero la más llamativa, comprometida y por tanto reconocida fue Dorotea Lange (1895-1965); los dramas sociales, las situaciones límite, la fotografía denuncia en todo su contexto, no cuadros para colgar en el salón ni rimbombantes manifestaciones de poder y autoridad. La crueldad cotidiana, el dolor, las guerras, la otra cara que no gusta contemplar.

Aún el acceso de la mujer al mundo de la fotografía sea artística, periodística o documental es ardua tarea. En la Agencia de Fotoperiodismo Magnun, la más internacional, con casi un centenar de fotógrafos de plantilla, menos de diez son mujeres. La primera fue la austriaca Inge Morath, que nos dejó un legado fantástico de los años cincuenta bajo el franquismo en España, verdadero acervo para rescatar nuestra Memoria Histórica.

Hoy, tal vez la más representativa documentalista gráfica sea la, aún en activo, fotógrafa de “El País” desde 1976, Marisa Flórez, española. En su haber cuenta la transición y la formación de la democracia en los difíciles comienzos de la libertad de expresión y los cambios políticos.  También Queca Campillo comenzó con la transición cuando el número de mujeres fotógrafas de prensa era muy escaso. Actualmente trabaja para la revista “Tiempo”.

Periódico CARRIÓN, 2ª Quincena enero 2011.

* Dedicado a mi amiga Merche de la Fuente, fotógrafa palentina por excelencia.

Mujeres y Cajas de Ahorro

El Gobernador del Banco de España acaba de dar un «rapapolvo» a las Cajas de Ahorro por su pésima gestión financiera.
Estas gozan de un caracter semipúblico y privilegios exhorbitados, pero carecen sin embargo de mujeres en sus órganos de decisión. Debieran regularse dos aspectos:

1º.- Paridad en los Consejos de Administración.
2º.- Asignación de remuneraciones preestablecidas para todos los cargos de gestión y representación.

La presencia de las mujeres redundaría en beneficio sobre todo de la Obra Social que es su razón fundamental y fundacional y se nutre de los intereses y beneficios que no reparten a sus impositores para atender fundamentalmente a servicios económicos y sociales.

Al firmar la petición estarás enviando esta carta

Destinatario:

El Gobierno de España y los Gobiernos autonómicos

Estimados gobernantes, además del constante ninguneo al constitucional Derecho de Igualdad y presencia de las mujeres en los ámbitos públicos y privados, consabido es que el subdesarrollo social de España proviene de la escasa presencia femenina en los círculos de poder y decisión sobre la distribución de la renta, lo que tradicionalmente nos ha descolgado de otros países europeos y nos sigue manteniendo a la cola del Estado de Bienestar.
Teniendo en cuenta que las Cajas se rigen por una regulación estatal y autonómica privilegiada con respecto a las entidades privadas y que su objetivo y fundamento es atender a las necesidades de la sociedad mediante la figura denominada Obra Social, parece un contrasentido que no se aplique la Ley de Paridad establecida para todos los órganos e instituciones públicos.
Demostrado está y así consta en un sin fin de estudios sociológicos, económicos y geopolíticos que el aporte del punto de vista de las mujeres atiende fundamentalmente al aseguramiento de la «despensa» para conseguir o mantener el bienestar el grupo humano al que pertenecen con una visión de futuro más organizada y a más largo plazo.
No se trata tanto de reclamar un Derecho exigible en el marco de la Igualdad y la Paridad, como de entender que en cualquier momento y especialmente en el de crisis que nos afecta, la aportación del trabajo femenino en el campo de las finanzas puede ser un revulsivo importante, como está quedando demostrado en los cargos políticos públicos y en la entidades financieras privadas.
A la espera de sus gratas noticias.

Vuelve el hombre · ELPAÍS.com

La izquierda no oculta su entusiasmo por tener un Gobierno con menos ‘bibianas’ y más ‘rubalcabas’

FERNANDO VALLESPÍN 29/10/2010

Nos creímos que nuestro machismo atávico ya era parte del pasado con tanta ministra, una vicepresidenta primera y rompedoras políticas de igualdad. Han bastado un par de cambios en el Gobierno, el cese de la vicepresidenta De la Vega y la eliminación de dos ministras para que volvieran las esencias patrias.

La superestructura tan bien intencionadamente construida por Zapatero se ha acabado desvelando como tal, como un acto de quijotismo en un país de sanchopanzas machistas… Era la señal que la horda masculina de nuestro país, siempre dominante, por supuesto, estaba esperando para volver a lo de siempre. Y no piensen que me estoy refiriendo solo a la derecha, que nunca disimuló su antipatía por las «ministras del Vogue»; me refiero también a la izquierda, que no esconde su entusiasmo por tener al fin un Gobierno «con más rubalcabas y menos bibianas«.

La seriedad, señores, va asociada al poder masculino. Solo él nos puede sacar del fango de la crisis económica y puede proyectar la imagen adecuada para tiempos en los que hay que zafarse de «debilidades» y abordar la lucha final de la legislatura en condiciones agónicas.

Ahora hay que «comunicar» que se es fuerte, hay que echarle un par. ¿Y quién mejor para ello que quienes están dotados por la naturaleza para hacerlo? La política, esto es lo que se destila subrepticiamente de la recepción de la noticia del cambio de Gobierno, exige concentrarse en lo esencial cuando las cosas vienen mal dadas. Lo prioritario ahora es pasar al cuerpo a cuerpo, a una batalla de bayonetas y con toda la caballería; desprenderse de lo superfluo, de lo que adorna pero no suma, como el Ministerio de Igualdad.

No cabe duda de que hemos avanzado enormemente a este respecto, de que la mujer está hoy en España muy por encima del varón en algunas variables importantes, como titulaciones universitarias y presencia en algunos de los cuerpos de élite de la Administración, aunque encalle en los altos cargos directivos de las empresas y siga chocando contra el casi inevitable techo de cristal. Pero lo que no se ha logrado hasta ahora es exorcizar al macho irredimible de nuestro inconsciente colectivo. Ahí sigue, agazapado, esperando la menor ocasión para hacerse presente. Y esa ocasión al fin ha llegado después de tan larga represión. Leer más…

Contratiempo para el PP

Se dice que a D. Mariano Rajoy le habían aconsejado, quienes bien le querían, que se metiera en la cama y no saliera hasta las elecciones. Aparte del dolor de huesos, el consejo dicho así tiene lecturas varias, pero todas ellas han cambiado de pronto con la remodelación de Gobierno de Zapatero.

No ha estado mal que las cámaras captasen esa primera impresión de Cospedal y Arenas con evidente cara de preocupación ante la mejoría de la proyección pública que portaban consigo algunos de los nuevos miembros, aunque Arenas en un episodio más de volver sobre sus pasos y  variar su alocución, dice que donde dijo “Digo…”, quiso decir “Diego”.

Rajoy, a quien flojean cada día más los ánimos y los discursos a medida que crecen las dudas y merman los apoyos internos sobre su aptitud para ser el próximo candidato, lanza un análisis tan improvisado como incomprensible diciendo que el presidente de Gobierno se ha equivocado de artículo constitucional, como si a los oyentes nos preocupara un examen de derecho constitucional a estas alturas de curso.

Recoger a la izquierda socialista con incorporación de la ex IU, Rosa Aguilar, ganar el apoyo sindical sumando un oponente sindicalista con cintura política XXXL, Valeriano Gómez, y darle al gobierno una musculatura indiscutible con Rubalcaba y Jáuregui, son decisiones maestras, que ya han sido aplaudidas por la generalidad de los analistas políticos.

Más extraño y difícil resulta comprender que la Sra. Jiménez vaya para Exteriores y la controvertida  Sra. Pajín, producto directo y exclusivo del aparato, salga de las esferas internas socialistas para ocupar cargos públicos de tanta cualificación. Sobre todo cuando nos hemos cargado el Ministerio de Igualdad, nuestra bandera y orgullo, y a la jóven ministra, Sra. Aído, que nos ha demostrado lo que se puede hacer por las mujeres con mucho trabajo, mucha fuerza voluntad, pocos medios y sin atosigar ni insultar a los hombres. Porque si hay un quid fundamental en materia de defender la igualdad de género es saberlo hacer sin levantar aversiones ni provocar saturaciones con olor a rancio de esas que estomagan. En políticas de igualdad y mujer, como en tantas otras cosas, la gran maestra ha sido Dña. Teresa Fernández de la Vega.

Para empezar con ellas se va la paridad en los ministerios. Ya veremos como sigue. «Diario Palentino,  de octubre 2010»

Las mujeres y las Cajas de Ahorro

Si en alguna entidad financiera hay discriminación brutal contra las mujeres, es en las Cajas de Ahorro.

Ahora que el Gobierno presenta la Ley de Cajas sería buen momento para establecer la paridad en los Consejos de Administración. La Ministra de Igualdad debiera exigirlo.

A pesar de que buena parte de los impositores sean mujeres viudas y procedentes del mundo rural o pequeñas ciudades, la presencia de la mujeres en los Consejos de las Cajas de Castilla y León brilla por su ausencia, lo que habla de la escasa capacidad de los consejeros, porque es imposible que todas las mujeres de una región o del área de influencia de una Caja sean unas inútiles. La explicación es unívoca: en la elección de los Consejos (del Consejo no de la Asamblea) se practica la  más salvaje ley de la selva, el más fiero se lleva el trofeo o se tapan bocas molestas dentro de los partidos políticos (Léase, P.ej: el Alcalde Valladolid en Caja Duero).

Y esto nos lleva a un segundo aspecto que es urgente regular.

Ahora que tanto se habla de limitar los contratos blindados de los ejecutivos, son precisamente las Cajas, privilegiadas entidades que no reparten beneficios ni pagan un euro por los saldos de las libretas de ahorro y además cobran comisiones de mantenimiento, las que aplican los euros del ahorro familiar de forma ineficaz e ineficiente, porque además de su pésima participación en la burbuja inmobiliaria, del importe destinado a la Obra social se detraen  muy importantes cantidades que van a parar a los bolsillos de  los consejeros del Consejos de Administración por reunirse para «gestionar» los ahorros de los impositores y acordar el reparto  discreccional previo al dictado de los partidos políticos y de la Junta de Castilla y León.

Y llegan a ocupar los puestos de consejeros y cargos relevantes bien remunerados quienes han peleado y conseguido a dentelladas llevarse buenos pellizcos por «estar ahí». Sueldos,  gratificaciones, dietas e indemnizaciones por desplazamientos pueden sumar importes entre los 20.000,00 y 290.000,00 euros anuales (Como lo ha acordado recientemente Caja España para su «segundo» de a bordo, según informa Cadena Ser).

El espectáculo de las fusiones de las Cajas de nuestra región ha sido desmoralizante, no solo para los propios empleados sino por el resultado final, la pasividad de los partidos políticos para poner orden entre sus fieras, el quiero y no quiero de la Junta de Castilla y León, la gestión bicefala en sedes, en cargos, en sobresueldos, los ingentes gastos de negociación durante tantos meses y el incierto resultado final que no dice nada en pro de abrir créditos a las Pymes ni a particulares, ni para activar la economía, más bien su ruinosa gestión llevará a hora la restricción de casi novecientos puestos de trabajo.