El NEOMACHISMO POSTMODERNO envía mensajes discriminatorios con la complicidad de la Iglesia
El empobrecimiento económico, moral, social y personal de las españolas camina a pasos de gigante al son de los presuntos recortes económicos “necesarios” que camuflan una auténtica embestida contra derechos humanos y personales. El maltrato que entre la Iglesia Católica y nuestra Derecha gobernante nos están infringiendo se ve por doquier.
La Salud empeora por las deficiencias sanitarias relativas al complejo aparato reproductor femenino, la alimentación, el frío, el hacinamiento, el incremento de cargas familiares y dependientes, el estrés ante la escasez de dinero y de tiempo, la pobreza en las mayores de 65 años, separadas con cargas familiares y víctimas de desahucios conllevará a una menor esperanza de vida además de una merma en la dignidad y la autoestima.
En Educación, la separación por sexos y la pérdida de valores sobre la igualdad derivan a un renaciente neomachismo infantil que ve a las mujeres en casa como madres y esposas. En el mundo rural, peor si cabe con el cierre de centros escolares, la merma en los transportes, el aislamiento social y los recortes en actividades colectivas
Con la Reforma Laboral se ha abierto un nuevo ciclo de esclavitud, volvemos a la lucha de clases. Para las mujeres, contratos basura, acoso laboral, cierre de guarderías y centros de abiertos para conciliación familiar, salario 21% inferior al de los hombres,etc.
Los recortes en Dependencia han expulsado de las cotizaciones al 51% de las cuidadoras, se quedarán sin pensión y sin sanidad. No hablemos ya de las discapacitadas. Las Tasas judiciales y la deficiente defensa frente a la violencia machista son carta blanca al maltratador.
El NEOMACHISMO POSTMODERNO quiere a la mujer en casa, alecciona a la infancia, envía mensajes discriminatorios con la complicidad de la Iglesia mediante obstrucción de políticas demográficas, negando el derecho a la mujer sobre su cuerpo y atentando contra las libertades personales de las mujeres, su cuerpo, su vida, su matrimonio, su sexo, su maternidad, etc., pero no paga el IBI y presiona para obtener subvenciones.
Esos recortes de ideología ultraconservadora que privatizan lo público y financian lo privado con el dinero de todos, que favorecen altos niveles de renta y riqueza pero recrean la beneficencia derriban 25 años de políticas proigualdad. La Lucha comienza de nuevo después de siglos para conseguirlo, meses para perderlo. «Diario Palentino, 21 de abril de 2013»