El emperador de azabache y la novelista desconocida

nobel

La respetada y respetable academia sueca ha dado un paso más en cuanto a valentía se refiere al saltarse otra vez lo que se esperaba como académicamente correcto. Las quinielas han fallado y la sorpresa ha vuelto a poner de los nervios a países, autores, editores, patriotas y otros prototipos del espécimen vanidoso al que pertenecemos. Sigue leyendo