Como pueblo soberano, recordamos que somos los dueños del poder
El termómetro de Burgos nos ha puesto en el mundo otra vez, nos ha rescatado del letargo y ha dado voz a pacientes ciudadanos. La imperiosa necesidad de protestar ha hecho saltar como un resorte la solidaridad y ha devuelto a los políticos a su lugar, el de ser meros mandatarios del pueblo soberano. De nuevo hemos tenido que decirles: memento moris, que iba diciendo un propio al oído de emperadores y generales romanos victoriosos para espantar de su mente la soberbia y la vanidad. “Acuérdate que eres mortal”.
Mujeres maduras y bien arregladas han hecho certero relato de motivos y contundente explicación ante las cámaras. Lo que desde el Gobierno del PP se quiso presentar como una revuelta vandálica, cuasiterrorista, ha resultado ser una protesta ciudadana en toda regla. Fue en Burgos, pero podía haber sido en Ávila, da lo mismo, lo que importa es que un tozudo alcalde y su corte celestial han asumido colleja, y con ello se ha conseguido una buena labor de largo recorrido, porque “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”.
Una región de viejos inserta en un país de viejos alojados en un viejo continente no es panorama para bailar bacala y trasnochar. Si a la edad añadimos el conservadurismo creciente, llamado finamente neoliberalismo, el potingue no puede ser más incomestible. Gráficamente podemos imaginar la vida como una montaña que subimos con ganas hasta los cincuenta años, en la cima miramos atrás y nos felicitamos, o nos frustramos, o nos arrepentimos, o nos alegramos, o de todo un poco, pero lo que es impepinable es que de ahí en adelante la cuesta es hacia abajo, como el trineo, por el carril marcado. Podremos plantar árboles, escribir libros y hacer bricolaje, pero batir marcas olímpicas…
La juventud quiere y debe hacer su futuro mientras está subiendo la cuesta, con el ánimo y la rebeldía enérgica de las pilas nuevas, pero los sesentones que ocupan los escaños no les van a dejar, les persiguen, les detienen, les expulsan del país por inanición. “Juventud, divino tesoro…”, si te vas no vuelvas a esta aldea gobernada por mentes de vejez prematura y hostil. ”Coge tu mula y tu arreo y busca otra luna”
«Diario Palentino, 19/01/2014»