Cumplir años

Se atribuye a Jhon Lennon una sabia reflexión: “La vida es lo que te va sucediendo mientras vas haciendo tus planes”. Las frases sabrosas flotan en el aire, los autores quedarán en el olvido y lo dicho será patrimonio común, pudiéndose utilizar por tanto sin temor a la SGAE.

Y lo que con normalidad repetimos a la ligera, en un momento determinado de nuestra vida nos cala como una daga la verdad que contiene el aserto. Hoy cumplo un año más de la mía. Un aniversario que, durante muchos meses, el 2009 me ha hecho dudar que llegaría a tiempo de vivirlo. Mi familia, mis amigos y yo, a coro volvemos a llorar hoy por la emoción de poder estar celebrando mi cumpleaños, virtualmente aún, pero conmigo en vida.

Bajo este frío mesetario y su crueldad invernal siempre pensé que todo el montaje festivo y bullicioso de fin de año, además de ser gratamente interesante a los fines comerciales, suponía un arrastre afuera de las melancolías, poniendo luces de colores a la oscuridad de las noches prematuras, sonidos melódicos a la tristeza de los relojes que marcan las cinco de la tarde cuando el sol está ya  totalmente caído hasta que el nuevo y escueto día suceda.

En la historia se habla de años buenos o malos según la economía, las victorias, la demografía, la producción, los descubrimientos y avances. En los vinos se habla de añadas, en el campo de cosechas, en la vida de las personas los peores años son los luctuosos, los mejores responden a golpes de suerte, logros, naceres y renaceres.

Con mi traspiés del 2009 yo he salido ganando, al menos tres fechas de aniversario para celebrar cada año. Tal día como hoy en el que me alumbró mi madre, el día que nació mi hermano, generoso donante de mi nueva médula ósea y causante de mi recién estrenado grupo sanguíneo, y el día en que el exitoso trasplante me renació un poco charra, además de palentina por mi primer nacimiento y valdaviesa por razón de casta.

Pero no solo he ganado eso, que es muchísimo, también que al sentirme tan querida, arropada y mimada por tantísimas personas, considero mi victoria ante la muerte un logro compartido de todo un ejército enviándome al unísono su recuerdo y sus buenos deseos. En ningún momento me he sentido triste ni sola. Gracias, gracias, gracias, os quiero a todos. Feliz 2010. «Diario Palentino, 3 de enero de 2009»

Cumplir años

Se atribuye a Jhon Lennon una sabia reflexión: “La vida es lo que te va sucediendo mientras vas haciendo tus planes”. Las frases sabrosas flotan en el aire, los autores quedarán en el olvido y lo dicho será patrimonio común, pudiéndose utilizar por tanto sin temor a la SGAE.

Y lo que con normalidad repetimos a la ligera, en un momento determinado de nuestra vida nos cala como una daga la verdad que contiene el aserto. Hoy cumplo un año más de la mía. Un aniversario que, durante muchos meses, el 2009 me ha hecho dudar que llegaría a tiempo de vivirlo. Mi familia, mis amigos y yo, a coro volvemos a llorar hoy por la emoción de poder estar celebrando mi cumpleaños, virtualmente aún, pero conmigo en vida.

Bajo este frío mesetario y su crueldad invernal siempre pensé que todo el montaje festivo y bullicioso de fin de año, además de ser gratamente interesante a los fines comerciales, suponía un arrastre afuera de las melancolías, poniendo luces de colores a la oscuridad de las noches prematuras, sonidos melódicos a la tristeza de los relojes que marcan las cinco de la tarde cuando el sol está ya  totalmente caído hasta que el nuevo y escueto día suceda.

En la historia se habla de años buenos o malos según la economía, las victorias, la demografía, la producción, los descubrimientos y avances. En los vinos se habla de añadas, en el campo de cosechas, en la vida de las personas los peores años son los luctuosos, los mejores responden a golpes de suerte, logros, naceres y renaceres.

Con mi traspiés del 2009 yo he salido ganando, al menos tres fechas de aniversario para celebrar cada año. Tal día como hoy en el que me alumbró mi madre, el día que nació mi hermano, generoso donante de mi nueva médula ósea y causante de mi recién estrenado grupo sanguíneo, y el día en que el exitoso trasplante me renació un poco charra, además de palentina por mi primer nacimiento y valdaviesa por razón de casta.

Pero no solo he ganado eso, que es muchísimo, también que al sentirme tan querida, arropada y mimada por tantísimas personas, considero mi victoria ante la muerte un logro compartido de todo un ejército enviándome al unísono su recuerdo y sus buenos deseos. En ningún momento me he sentido triste ni sola. Gracias, gracias, gracias, os quiero a todos. Feliz 2010. «Diario Palentino, 3 de enero de 2009»