Suben los impuestos, merman los servicios
¿A dónde va nuestro dinero?
No voy a hablar de Bárcenas, ya ubicado en el lugar que le corresponde, ni en la escandalosa corrupción que habita el meollo y entornos del PP, tampoco mencionaré la escasa indignación ciudadana ante tan indecentes sucesos.
Hoy quiero centrar mi reflexión, una vez más y nunca es suficiente, en la merma de las atenciones sanitarias cuyos efectos destructivos no vemos en el día a día, pero que serán demoledores para nuestra sociedad en muy pocos años. Expertos en salud pública aseguran que “en tan solo 7 años nuestra esperanza de vida puede perder 10 años, incluso entre 20 y 30 para los sectores más vulnerables”, aparte del incremento de suicidios, enfermedades mentales, coronarias, alimentarias y psicosomáticas debidas al estrés producido por la falta de recursos y la incertidumbre cotidiana.
La cuestión radica en que este gobierno cada viernes “negro” nos sube las cargas y/o nos reduce los servicios públicos básicos. Repagamos la sanidad con nuestros impuestos directos e indirectos, en el IRPF, con el exorbitado IVA, en todo lo que consumimos para la supervivencia, pan, agua, luz, gas, alimentos, etc. Cada día más enfermos se privan de medicamentos esenciales para poder continuar con sus vidas dignamente.
Lo más doloroso es el error de cálculo bastante frecuente en nuestros gobernantes, ya se sabe “errores, errores, errores”, pero es que hay errores que matan, porque con las salvajes restricciones sanitarias no se va a obtener ni de lejos el ahorro «calculado».
El Tribunal de cuentas ya manifestó que no son los inmigrantes quienes han provocado el desfase económico sino la pésima gestión administrativa “al no reclamar a los países de origen el pago de facturas generadas por ciudadanos europeos en España (principalmente de Francia, Portugal y Reino Unido) y los 120.000 ciudadanos del UE empadronados en España”
La disculpa del coste sanitario de los inmigrantes, hoy expulsados del sistema después de haber trabajado y seguir pagando sus impuestos en España, pretende encubrir la pretensión descarada de un cambio en el modelo sanitario hacia la privatización de lo público. Y si no cómo se explica que determinados colectivos económicamente bien pudientes (abogados, arquitectos,…) hayan sido incluidos en el sistema sanitario público sin que tengan que cotizar porque pagan cuotas a sus mutualidades profesionales privadas, no he visto eco en la prensa sobre ésta ignominiosa cuestión. www.elisadocio.com
· Ver documental “Cuánto ganamos, cuánto perdimos” de Médicos del Mundo. (Pincha en la imagen).