¿Un país de tontos?

Llega un momento en que ya es difícil distinguir si es que somos un país de tontos o hacemos dejación de la inestimable función humana de pensar.

Los ciudadanos esperamos una campaña electoral limpia en la que los portavoces de las diferentes tendencias nos expliquen sus programas y soluciones ante las graves circunstancias que estamos viviendo, a cambio solo oímos descalificaciones, improperios y acusaciones cuando no vergonzosos olvidos o delictivas imputaciones.

En los últimos días hemos asistido a declaraciones del principal líder de la oposición, D. Mariano Rajoy, que luego se han vuelto y revuelto en penosos desdecires. Así, ante la protesta “organizada” por los hosteleros frente a la Ley del Tabaco, D. Mariano, no sabemos si ya un poco por debilidad senil, agotamiento mental o premeditación y alevosía, aseguró que su grupo se había abstenido en la votación, lo que obligó a todas las cadenas televisivas a enmendarle la plana con la foto del hemiciclo votando a favor. Un día antes tuvo que retractarse de otra paranoia, la de que 1.200 jóvenes españoles emigraban a Argentina en busca de trabajo.

Por su lado, la Sra. Cospedal, negando con sus gestos corporales lo que dice por su boca, acusa de ser espiada por los socialistas manchegos, pero como siempre no aporta pruebas, porque el PP por sistema aplica la máxima de “difama que algo queda”. Supongo que será la malquerida de todos a los que ha cubierto de sombras imaginarias, incluidos jueces, policías, funcionarios, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal e instituciones del Estado en general.

Sacar a pasear al viejo presidente, Sr. Aznar, para provocar es ya un truco que quita más que pone. Y ¡vuelta la burra al trigo! con el 11-M y el terrorismo de ETA, ignorando totalmente a la Justicia que ya se pronunció sobre ello. Al Sr. Arenas le tocó esta vez soltar la píldora, mera chispa para dar cuartelillo y que ardan los comentarios en sus cadenas adeptas y prensa adscrita de todo el mundo consabidas.

¿Pero que esconde este tupido velo? Mucha corrupción. La lista de presuntos corruptos en las filas de los políticos del PP aumenta por días, las pruebas crecen. A cambio los líderes del partido los jalean, festejan y apoyan sus candidaturas para que puedan repetir en sus actividades. Aparecen sonrientes, casi burlones, algunos incluso jactándose de su buena suerte para eludir la justicia y salir ilesos. «Diario Palentino, 30 de enero de 2011»

Cadáveres políticos

En esta pequeña ciudad, que aún sin querer nos vemos y soportamos, es fácil interpretar o inventar las situaciones. El alegre rostro de D. Carlos Fernández Carriedo de haberse librado una vez más, de medir sus fuerzas con el incombustible D. Helidoro Gallego al surgir un espontáneo entusiasta de tal cometido, lo dice todo.

Tampoco Dña. Ángeles Armisén puede ocultar tras su amplia sonrisa, que si no va para Presidenta de la Diputación, otra cosa habrá que mejore su situación.

Y hablando de la Diputación, Palencia es tan pequeña que todo el mundo sabe que entre el Presidente y el Vicepresidente no hay conversación desde hace meses, hasta el punto de que el primero le ha quitado a su segundo de abordo, por decreto ipso facto, las facultades de contratación “ a capricho” de los importes menores entre los que se enmarca precisamente la publicidad en medios de comunicación, porque dicen, dicen… que si andaba exigiendo salir en la foto de frente y sacar al presidente de perfil e incluso omitirlo, y éste, advertido, ha recuperado para sí tales controles. Ilusos hay por todos lados porque en cualquier caso entre la fielatura del PP palentino ninguno goza de simpatías.

Es momento de mirar los rostros y rictus de los actuales, los presuntos, los aspirantes y los desahuciados. Es el momento de la quiniela de los elegidos y de los que pronto engrosarán esa triste “santa compaña” de cadáveres políticos y almas en pena que ya andan buscando acomodo secundario o subsidiario y rutilarán un tiempo más en torno de los astros a ver si entre las viejas relaciones encuentran un puestito digno para seguir manteniendo un poquito de algo, por aquello de que “Quién tuvo, retuvo” y no marcharse a casa con una mano adelante y otra atrás.

Y así comienza la carrera para la confección de las candidaturas electorales a los comicios municipales y algunos autonómicos. Para los cargos retribuidos económicamente e investidos de poder y “prestigio”, quién no haya hecho carrera interna dentro del partido y tenga su “corralito” formado, ya no llega a tiempo, ahora solo queda fortalecer el puesto de salida y blindar bien el curriculum con ornamentos rimbombantes.

Es la cara negra de la democracia que nos toca vivir. A los ciudadanos electores nos dan las listas enlatadas. No hay nada perfecto, pero los partidos debieran plantearse su proceder interno, auditarse con seriedad, para evitar practicar con denuedo aquello que critican sacrificando la buena voluntad y la fe creyente de sus afiliados y adeptos en aras de intereses más espurios que eficientes y eficaces.

Pero… esto es lo que hay, primero se sirve la mesa principal y después come la tropa, al rancio estilo estalinista o eclesial, pero con la “infalibilidad” de sus líderes disfrazada de tintes y “procedimientos democráticos”. «Diario Palentino, 16 de enero de 2011»

La importancia del número «dos»

Ante la proximidad de las elecciones locales, y en algunas comunidades también las autonómicas, las formaciones políticas afilan sus armas y ¡ojo avizor! acriban entre sus afiliados a la espera de seleccionar los “mejores” candidatos, es decir, los que presuntamente atraigan más votos en las urnas, pero luego la realidad es muy diferente y los entramados internos exhiben su poderío colocando a quienes por las más variopitnas circunstancias alguien quiere promocionar.

Y lo más curioso es que la prensa y los comentaristas de las tertulias se quedan fijos en el número uno de las listas pero muy pocos reparan en la trascendencia del número dos. El número dos es un proyecto, una maqueta con posibilidades de ascender, un candidato que genera, sufre y padece la ansiedad que produce el tocar con la punta de los dedos el “oro”, pero que corre el riesgo de ni tan siquiera subir la pódium con un humilde bronce.

El número dos es un sufridor perpetuo, criador involuntario de aviesos pensamientos. En silencio y sin querer, sueña que el “uno” se pega una piña o le da un yuyo para pasar a ocupar el trono principal. Seguramente luego se arrepiente de no poder controlar esos sueños desquiciados.

En algunos casos, además, el número dos puede ser el resultado transaccional de engorrosas negociaciones con la otra facción más poderosa de las multi-mini-tramas internas que alojan los partidos. ¡Hay que callar tantas voces guerreras tapando bocas!

A veces la jugada está preparada y negociada desde el principio. Se pacta “ab initio” el reparto de la legislatura, dos años para cada uno. Es la forma más fácil y segura de que un candidato de dudosas posibilidades llegue a la primera posición por la vía de la sustitución.

Una lista de candidatos no es nada casual ni tan siquiera lógico. Según el cargo que se trate de ocupar, si es o no codiciado, puede haber muchos voluntarios o hay que buscar pertinazmente quien acepte, como pasa en los cargos “gratuitos” o cuasi. Sin embargo, si hay buen sueldo, en un alto porcentaje los más idóneos no tragan pero muchos discretos mediocres consideran la oferta como que les ha tocado la lotería, de hecho les toca una buena pedrea durante al menos cuatro años, y la posibilidad de perpetuarse o ascender, ya se sabe, en política un mes es una eternidad. «Diario Palentino, a 19 de diciembre de 2010»