El final de los grandes partidos políticos (PP y PSOE)

spanish_nacionalitiesLa pulverización política nos retorna a los Reinos Taifas (banderías)

            Las revoluciones duraderas se producen lentamente. Los análisis estadísticos nos dicen que somos un país de viejos en progreso de mayor envejecimiento. Las encuestas sobre política nos descubren que los partidos nacionalistas crecen vertiginosamente. En los gobiernos regionales cada vez más son necesarios los pactos de gobierno entre distintas formaciones políticas. El nivel de vida, de renta, de atenciones sociales, de empleo y de recursos está llegando a crear una diferencia abismal entre los habitantes de diferentes autonomías. La presión fiscal varía incluso entre dos municipios colindantes. Los nacionalismos ¡Ay, los nacionalismos!, los periféricos y los centralistas, todos responsables por igual.

            Ante el temor, deliberadamente infundido por quienes esperan sacar provecho de la situación, cada tribu mea su pequeño territorio y se agarra con fiereza a su despensa, como en las películas del Oeste americano, durmiendo con el rifle en mano y oteando el horizonte desde la hamaca qué tanto sirve de silla como de cama.

            Por unas u otras razones los grandes partidos nos han defraudado rompiendo los lazos que nos fusionaban ideológicamente. El “Todos a una”, se ha convertido en “Cada uno a lo suyo”. Unos por la pésima gestión interna de autobombo en su fiesta privada en la que todo son aplausos y loas mientras fuera del recinto caen chuzos de punta sobre los ciudadanos. Otros porque mienten más que hablan, no hacen lo que dicen y tratan de disfrazar los ataques a la democracia bajo aquél perverso lema escolar de “Quién bien te quiere te hará llorar”.

            El partido de gobierno, Partido Popular, sigue haciendo gala, uso y abuso de una mayoría que ya no le apoya, lo que unido a su intrínseco ser dominante y autócrata hace que en España la división de los territorios aumente. Para mandar y mandar bien es preciso gozar de auctoritas, algo que el PP perdió a los dos meses de llegar al Gobierno, ahora manda con la fuerza, a base de temor, de multas y sanciones, de criminalizar cualquier acto ciudadano, de cohibir con la exhibición de las fuerzas de orden para atacarnos en vez de defendernos, de radicalizar posturas en vez de negociar lo que es de todos.

            ¿Qué futuro político nos espera? ¿Nos salvará la fe en los minúsculos y nacientes partidos, o nos fagocitará el poder financiero mundial

«Diario Palentino, 24/11/2013»