“Vivimos entre dos líneas de actuación tan simples como hacer/deshacer y oponerse”
Interesante el informe elaborado por el Consejo de la Juventud sobre intereses y preocupaciones de nuestra juventud española. Dando unas lecciones a sus mayores les preocupa más la familia, el trabajo y la salud antes que la riqueza, el éxito y el sexo, aunque parecen desfondados a la hora de considerar que el enchufismo, el amiguismo y las relaciones familiares se superponen al esfuerzo y a la preparación a la hora de encontrar empleo. ¡Qué pena!
Tenemos suerte de que los jóvenes españoles tengan más madurez y más sentido común que los que emiten las voces públicas que tenemos que soportar cada día. No están confusos, tienen las ideas claras, saben lo quieren, pero…, tienen que irse a buscar la Tierra Prometida que les niegan quienes debieran velar por la prole generacional.
Y es que la forma de hacer política y la credibilidad de los ciudadanos son como uña y carne. Una democracia sana nunca debe envejecer, su valor principal ha de ser la continua renovación para que todo funcione debidamente. En nuestro país multitud de culos ocupan asientos que les vienen grandes con otras tantas cabezas anquilosadas que cuando gobiernan hacen lo que les parece y cuando están en la oposición se oponen sistemáticamente a lo que hace el que está en el gobierno. Los ciudadanos-espectadores y víctimas huérfanas asistimos al espectáculo más deprimente de nuestra era.
Injusto e inmoral es que el gobierno nos imponga sacrificios y persecuciones exhaustivas y al tiempo beneficie a sus “congéneres” políticos como el sangrante trato a las eléctricas, una ley de costas que protege el intrusismo y la exclusividad, etc.
Pero… y ahí nos duele, tampoco es de recibo oponerse a reformas necesarias que se debieran haber afrontado hace muchos años, ni alzar una voz en defensa de algo inoperante y que a nadie preocupa salvo a quien tema perder algo, léase la desaparición de los juzgados de paz, el control y la regulación de esa cueva de Alí Babá que son la mayoría de las mini Entidades Locales Menores, una reforma local que pide a gritos una reforma eficaz y la adaptación a la realidad social de los partidos judiciales y no a los intereses partidistas. Ahí seguimos, en la grada, asistiendo al espectáculo.
«Diario Palentino, 25 de agosto de 2013»