En la sabiduría oriental se considera que el destino de cada Ser es encontrar y seguir su senda. Pero durante la ruta, en la mayoría de las ocasiones, es el camino el que nos encuentra y nos sorprende con algo inesperado. Tal vez sera el atractivo de la vida, el misterio del azar que salpica la creencia ingenua de que el destino está en nuestras manos.
El médico habló en tono circunspecto y al mentar la palabra leucemia seguida de una apremiante necesidad de ingreso hospitalario inmediato, fue como entrar en un tunel sin tiempo. La figura de un personaje de bata blanca que se recortaba en el contraluz de una ventana, hablaba y explicaba en tono profesional y rutinario, retazos sueltos del mal descubierto, la premura, la incertidumbre del grado de gravedad, las pruebas que seguirían, los tratamientos terapéuticos inmediatos, la punción, todo seguido, sin puntos ni comas… Sigue leyendo