8 de marzo y declaraciones políticas. No se lo pierdan

¿A que suenan esos discursos?

Mas bla, bla, bla.. en boca de políticOs.
Para simular: «actos de sensibilización», «compromiso», «declaraciones», «conmemoraciones». ¡Jua, jua, jua!
A la caza del voto preelectoral. No olvidemos que las mujeres representamos el 50% del censo. ¡Pánico! es lo que les da.

La FEMP llama a los Ayuntamientos al compromiso con la igualdad de género

La FEMP ha hecho un llamamiento a los Gobiernos Locales a sumarse a la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, mediante actos de sensibilización y aprobación de declaraciones en las que se refleje el compromiso local con las políticas de igualdad de género.

El encaje roto

Plataforma por los Derechos de las Mujeres. Palencia

desde que se declaró oficialmente esta tramposa crisis, se ha difundido una simbología social sin mujeres…Demasiadas señales que nos alertan de posibles retrocesos si consiguen hacernos creer que la igualdad entre los seres humanos es sólo un lujo accesible para los tiempos de bonanza pero algo perfectamente prescindible para el futuro inmediato.

CONCHA CABALLERO 05/02/2011. elpais.com

En uno de sus relatos, Emilia Pardo Bazán cuenta la historia de una mujer de clase acomodada que plantó a su novio en el altar, ante el asombro y el escándalo de todos los invitados. Durante años, los vecinos especularon sobre las verdaderas razones por las que Micaela había tomado esta sorprendente decisión.

Mucho tiempo después contó a una amiga los auténticos motivos de su fuga. Micaela estaba ilusionada con su boda y avanzaba por el pasillo central hacia el altar ataviada con el clásico vestido blanco y un largo encaje que había pertenecido a la familia del novio. En mitad de su recorrido, el velo se enganchó con algún saliente y ella tiró levemente de él. El viejo encaje se desgarró y en el momento en que ella recobraba la compostura advirtió la mirada airada del novio y sus labios contraídos. Sintió en su pecho, mucho más que si la hubiese pronunciado, la completa desaprobación del que iba a ser su marido. En ese momento, Micaela, comprendió la vida que le esperaba y decidió pronunciar un rotundo no que dejó petrificados a los invitados. Sigue leyendo

El encaje roto

Plataforma por los Derechos de las Mujeres. Palencia

desde que se declaró oficialmente esta tramposa crisis, se ha difundido una simbología social sin mujeres…Demasiadas señales que nos alertan de posibles retrocesos si consiguen hacernos creer que la igualdad entre los seres humanos es sólo un lujo accesible para los tiempos de bonanza pero algo perfectamente prescindible para el futuro inmediato.

CONCHA CABALLERO 05/02/2011. elpais.com

En uno de sus relatos, Emilia Pardo Bazán cuenta la historia de una mujer de clase acomodada que plantó a su novio en el altar, ante el asombro y el escándalo de todos los invitados. Durante años, los vecinos especularon sobre las verdaderas razones por las que Micaela había tomado esta sorprendente decisión.

Mucho tiempo después contó a una amiga los auténticos motivos de su fuga. Micaela estaba ilusionada con su boda y avanzaba por el pasillo central hacia el altar ataviada con el clásico vestido blanco y un largo encaje que había pertenecido a la familia del novio. En mitad de su recorrido, el velo se enganchó con algún saliente y ella tiró levemente de él. El viejo encaje se desgarró y en el momento en que ella recobraba la compostura advirtió la mirada airada del novio y sus labios contraídos. Sintió en su pecho, mucho más que si la hubiese pronunciado, la completa desaprobación del que iba a ser su marido. En ese momento, Micaela, comprendió la vida que le esperaba y decidió pronunciar un rotundo no que dejó petrificados a los invitados. Sigue leyendo

Cada vez que una mujer…

Todo poder radica en la libertad e independencia personal.

Cada vez que una mujer renuncia a su poder, otras muchas han perdido la partida, porque el poder tiene un efecto de reflejo, como en un juego de espejos de feria que despista al espectador hasta el punto de no poder llegar a saber cual de todas las visiones es la fuente original.
¿Y donde reside el poder de las mujeres? En el mismo lugar que el de los hombres, en su libertad personal, en su independencia, en su yo único, intransferible, inembargable y fuera del mercadeo.

La tradición judeo-cristiana, escrita a sangre y fuego sobre la piel de toro del mapa de España, no es tan fácil de extirpar. En nuestro país, frente a los otros europeos, a la sazón protestantes o de otras creencias más respetuosas con la libertad y la igualdad personales, las mujeres siempre hemos sido consideradas un cero a la izquierda, un elemento familiar secundario y subordinado.

Pero en pleno siglo XXI no podemos ya consentir que algunos curas, aún, nos susurren al oído el “débito conyugal”, la sumisión al varón, la maternidad como sumun de realización personal intrínseca convirtiéndola de hecho en suprema trampa de esclavitud intrafamiliar.
Cada vez que una mujer abandona o renuncia, más o menos voluntariamente, a su puesto de trabajo económicamente remunerado para dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de lo que ellas denominan su familia, está renunciando no solo al sueldo, del que tal vez puede prescindir, si no a su mundo profesional propio, a un entorno laboral del relación personal con otras personas, a una experiencia cotidiana alejada de la familia, a una conversación diferente, a un espacio vital exclusivo, pero sobre todo a la independencia que da el ser dueña de sus propios medios de vida.
Son muchas, peligrosamente en aumento, las que instigadas o sugeridas por sus propios maridos bajo falsas cuentas o menosprecio del trabajo desempeñado, caen en la tentación de quedarse casa para cuidar de los suyos. Y como en una suave pendiente, la claudicante se deja deslizar dulcemente por la peligrosamente pendiente de la generosidad de mimar a sus polluelos y ateclar a su compañero.

¡Qué bonito al principio! Hasta que un día alguien la recuerda que es una mantenida, o se encuentra pidiendo permiso para comprarse un abrigo nuevo, o percibe una mirada de conmiseración cuando emite una opinión, o es abiertamente excluida de encuentros sociolaborales.
Incluso no llegará a ser extraño que sea considerada por sus propios hijos como un personaje secundario en escena, porque es papá quien trae el dinero y “los posibles” para vivir, es papá quien tiene amigos que cuentan o hacen cosas más o menos importantes, tiene un jefe, le suben el sueldo, no está siempre en casa…

Mamá no tiene nada eso, ni círculo profesional, ya tal vez ni ánimo de superación, y pronto le fallará la autoestima seguida de la soledad que produce el “síndrome del nido vacío” cuando vuelen sus pajaritos y no quede casi nadie para quién cocinar y a quien organizar la tarea, pero ya no será momento de retomar el camino en la bifurcación equivocada. ¡Alea jacta est!

«Periodico CARRIÓN, 1ª quincena febrero 2011!

Primeras mujeres fotógrafas

Ellas cambiaron la mirada sobre el mundo circundante


Una vez más se pone de manifiesto que el mundo del arte es de tardío y de difícil acceso para las mujeres.

Hasta que la primera mujer se puso detrás de un objetivo con calidad e intención artística, los hombres fotografiaban sus hazañas, sus retratos de pater familias, corporativos, héroes, egocéntricos y dominantes del entorno. Las mujeres eran para ellos un objeto de imagen útil como en los demás aspectos de la vida. Madres, amantes, figurines comerciales,…

Pero las primeras mujeres fotógrafas, aunque tardíamente incorporadas y mucho más tardíamente reconocidas artísticamente, cambian el rumbo de la imagen. Nos ponen delante de los ojos otra versión del mundo y comienzan con fuerza a mostrar marginales, fenómenos, enfermos, la pobreza en todas sus caras, los campos de internamiento, los efectos de la Gran Depresión. “Quiero producir temor y vergüenza en el espectador”, decía Diane Arbus (1923-1971).

En manos de ellas, la imagen de la mujer es rescatada de ser el objeto de deseo, comercial, mercantil, ideológico para ser tratada como persona, mujer relacionada con su mundo rural o urbano, en sus relaciones personales, profesionales, familiares. Se arranca a la mujer de los dulces falsos hogares y se las incrusta en una vida cotidiana real donde nada es lo que se pretende que parezca en las imágenes anteriores. Ellas incorporan a la fotografía una función social alejada de la instrumentalización del ojo masculino dominante. Cindy Sherman echa una mirada crítica al “estereotipo de mujer utilizado en los medios de comunicación”, aunque algo confusa y variable.

Tal vez la primera y pionera fotógrafa artística fuera Julia Margaret Camerón (1815-1897), tía abuela de Virginia Wolf, pero aún su perspectiva de género no estaba madura. Helen Levitt (1913-2009) se centró en documentar zonas populares de New York y colaboró con Luis Buñuel en los “cortos” que apoyaban a los norteamericanos en la II Guerra Mundial.

Pero la más llamativa, comprometida y por tanto reconocida fue Dorotea Lange (1895-1965); los dramas sociales, las situaciones límite, la fotografía denuncia en todo su contexto, no cuadros para colgar en el salón ni rimbombantes manifestaciones de poder y autoridad. La crueldad cotidiana, el dolor, las guerras, la otra cara que no gusta contemplar.

Aún el acceso de la mujer al mundo de la fotografía sea artística, periodística o documental es ardua tarea. En la Agencia de Fotoperiodismo Magnun, la más internacional, con casi un centenar de fotógrafos de plantilla, menos de diez son mujeres. La primera fue la austriaca Inge Morath, que nos dejó un legado fantástico de los años cincuenta bajo el franquismo en España, verdadero acervo para rescatar nuestra Memoria Histórica.

Hoy, tal vez la más representativa documentalista gráfica sea la, aún en activo, fotógrafa de “El País” desde 1976, Marisa Flórez, española. En su haber cuenta la transición y la formación de la democracia en los difíciles comienzos de la libertad de expresión y los cambios políticos.  También Queca Campillo comenzó con la transición cuando el número de mujeres fotógrafas de prensa era muy escaso. Actualmente trabaja para la revista “Tiempo”.

Periódico CARRIÓN, 2ª Quincena enero 2011.

* Dedicado a mi amiga Merche de la Fuente, fotógrafa palentina por excelencia.