“Ley de Responsabilidad Personal para Políticos Dilapidadores, Derrochadores y Malos Gestores”
Los gobernantes nos hacen las leyes (por Decreto) y dicen que por nuestro mandato. Leyes que jamás hubiéramos autorizado de haberlo sabido, pero que una vez depositado en la urna el voto algunos interpretan que ese, y solo ese, gesto les otorga patente de corso para mortificarnos, maltratarnos y expoliarnos, Véase Contrarreforma Laboral, Contrarreforma Educativa, Contrarreforma Sanitaria, IRPF e IVA, todo va enfocado contra los ciudadanos “nominados” de ingresos tasados para quienes la expresión “dinero B” no existe, ¿O sí?
Además cada nueva ley prohibitiva y mermadora de derechos, de los que afectan directa e imperativamente a la ciudadanía, suele traer en el consabido “Anexo” un elenco, es decir, un amplio listado de sanciones leves, graves y muy graves para dar cobertura a otro “Anexo” en el que se determinan las correspondientes infracciones también leves, graves y muy graves.
Las ciudadanos y ciudadanos, hartos ya de tanto vándalo desalmado camuflado bajo banderas institucionales, PROPONEMOS:
PRIMERO: Que por las alturas gubernamentales deje de considerársenos como tontos de remate que no entendemos a dónde nos llevan las resoluciones emanadas cada viernes de ese Consejo de Ministros que parece la Casa de los Horrores en una feria provinciana.
SEGUNDO: Que dejen ya ese idioma que entre ellos solos entienden y que llaman “lenguaje de políticos para políticos”, y se quedan tan anchos, llamándonos indirectamente imbéciles, porque no entendemos que para subirse los sueldos, aumentarse los privilegios y los “carguitos” innecesarios es para lo que están absolutamente todos de acuerdo, como el ciego y el lazarillo comiendo uvas, si yo como dos te dejo comer tres.
TERCERO: Que a modo de simbólica colleja por mentirosos, cada que vez que sus líderes suspendan una encuesta del CIS, den una rueda de prensa, por supuesto con derecho a ruegos y preguntas, y asuman su mea culpa repitiendo la ya famosa e institucional frase de “Lo siento, me he equivocado, no se volverá a repetir”.
CUARTO: Como en ninguna carrera universitaria se aprueban o se suspenden los cuatro años al mismo tiempo ni toda la clase a la vez, sino asignatura por asignatura, el castigo “político” de las urnas pierde su ejemplaridad y se diluye en el conjunto de gobernantes a partes iguales cobijándose unos a otros (hoy por tí, mañana por mí), pero como es preciso individualizar las culpas, exigimos que se apruebe una Ley de Responsabilidad Personal para Dilapidadores, Derrochadores y Malos Gestores acompañada de sus respectivos “anexos” de faltas leves, graves y muy graves, y consiguientes sanciones a cargo de su patrimonio personal al completo, lo que tenían antes y lo poco documentadamente añadido.
QUINTO: Que se apliquen con todo el rigor que a los demás paisanos, los artículos del Código Penal que califican y castigan con penas de prisión, inhabilitación y pecuniarias, los delitos y faltas de apropiación indebida, malversación de fondos públicos, prevaricación, etc.
Afortunadamente en éste punto no tienen que trabajar mucho nuestros legisladores porque el marco ya existe, solo falta que los jueces lo apliquen y se lo apliquen, como muy bien dice la portavoz del Consejo General del Poder Judicial, “La Justicia es Igual para Todos”.
SEXTO: A los recalcitrantes que se burlan de las leyes, de la justicia y de los mismos jueces, se les puede imponer un tratamiento a modo de la Naranja Mecánica pero en suave, condenándoles a soportar delante de su casa enormes carteles con fotografías de sus aeropuertos, polígonos industriales fantasmagóricos, líneas de AVE, esqueletos de macroedificios grandilocuentes de autobombo, “Bankias” y demás injustificados atracos a las arcas públicas, dinero de todos.
Para empezar es suficiente por hoy. Otro día más.
«Periódico CARRIÓN, 1ª quincena de junio 2012»