En Palencia capital, el agua del pozo de la Cripta de San Antolín atrae ingentes colas de fieles que esperan recibir el beneficio de beber de su agua el día del Santo. Pero seguramente, al igual que los Reyes Magos son los padres, el agua que se reparte es más responsabilidad de Aquagest que del Santo. Ningún alcalde ni ningún obispo se iban a arriesgar a intoxicar a ciudadanos tan buenos creyentes y beatos. Sigue leyendo
De las aguas milagrosas
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