Ese hombre gris…

rajoy-barcenas“Ya no salía agua pero…, seguía dando vueltas a la noria, era lo que sabía hacer”

            En un país no muy lejano había una vez un hombre gris, vestido de gris, con cabello gris y barba gris. Llevaba consigo su vacua oratoria por él mismo escrita en papelitos que luego no sabía leer, atragantándose en su verbo gris. Como a los búhos, se le guiñaba un solo ojo cuando mentía, porque ni tan siquiera tan sencilla y tentadora técnica se le daba bien. En pleno discurso sufría el ataque descontrolado de un duende inconsciente que le negaba los argumentos que pretendía esgrimir. Y cuando decía “No es cierto”, el malvado le hacía pronunciar “salvo alguna cosa, que es lo que han publicado los medios de comunicación…”. Si conseguía recuperar las riendas de sus palabras del insolente intruso, remachaba de nuevo  y guiñando el ojo, repetía “es total y absolutamente falso”.

            El hombre gris quiso darse a valer resaltando en autobombo sus cualidades de imperturbable empollón, sus tempranos méritos académicos conseguidos a base de muchas horas de codos sobre la mesa, culo sobre el asiento y ojos en los libros, muy meritorio esfuerzo, por supuesto, siempre que no quedara solo en eso toda su virtud. Por doquier presto destacaba sus dotes de “fuerza, coraje y determinación”, ciertamente, pero que resultaron ser, en su versión más procaz, tozudez, testarudez, terquedad y carencia total de imaginación, creatividad, planificación,  capacidad de respuesta ante situaciones dificultosas y de gestionar tan ingente tarea como le habían encomendado sus conciudadanos. Y es que resultó un gobernante gris rodeado de “marrones”.

            Como para muchos otros políticos que, a falta de más potentes virtudes, ponen por delante sus muchas horas de dedicación, el burro parecía ser su mejor imagen, animal altamente estimado por su constancia, capacidad de aguante y sacrificio, tan trabajador… que aunque ya no salga agua sigue dando vueltas a la noria, es lo que sabe hacer.

            Espero disfrutar como agua de mayo el ingente número de querellas que contra todo lo que se menea va a interponer la Sra. Cospedal, contra el mundo en general y nadie en particular, tan solo por mencionar el affaire Bárcenas.

            El ridículo internacional no puede ser mayor, tal vez desde aquél asuntillo de La Armada Invencible nunca se hayan reído tanto de nosotros, los sufridos españoles.

            Algo habremos hecho mal para merecer este gobierno. «Diario Palentino, 10/02/2013»

 

La justicia en la balanza

La Sanidad pública cuida nuestra vida, y la Justicia los Derechos que  nuestra vida conlleva.

      Si hay algo imprescindible en la vida de las personas, junto a la salud, es la seguridad. La seguridad en la supervivencia, en el entorno individual, familiar y social. La mayor parte de los quebrantos en la salud física o mental proceden de zozobras, traumas o carencias acumuladas durante la historia personal de cada cual.
    Que nos fallen algunos políticos, en los que hemos depositado nuestra fe y nuestra encomienda, es algo asumido ya con sumisión y paciencia como un obstáculo insalvable de la vida en común, pero nos crea mucha desazón que nuestra salud pueda ser desatendida por unos servicios médicos deficientemente equipados. Y a continuación viene el temor a que la administración de justicia se convierta en una amenaza para inocentes y una puerta grande para culpables. La Sanidad pública cuida nuestra vida y la Justicia se ocupa de los Derechos que  nuestra vida conlleva.
    El mar judicial está revuelto y abre cada día un titular de noticias. El encausamiento del Juez Garzón divide a la sociedad, según de qué asunto sea juzgado, según ideologías o simplemente según “caiga” personalmente al opinante. Su debate también divide a la judicatura, el ex Fiscal general Anticorrupción, Jiménez Villarejo, cree que es un linchamiento. El fiscal de la causa contra los crímenes del franquismo no lo puede creer y pide su archivo. En el caso Gürtel, la Derecha no tiene ningún interés en que lo investigado sirva para condenar a sus “socios”.
Por otro lado el juicio por el asesinato de Marta del Castillo consigue unir cuarenta mil personas en manifestación protestando la sentencia y pidiendo su revisión. La Audiencia Provincial de Málaga pide a la Fiscalía que aclare los motivos del indulto al Dr. Montes, etc.
    El Partido Popular decide unilateralmente poner orden y otorgar a los jueces su autogobierno cargándose el actual “método Acebes” que tan buen servicio ha prestado a la causa conservadora (Informe Estatuto catalán, falsedades sobre ácido bórico en los atentados del 11-M, etc.)

     El consejo General del Poder judicial tiene tres funciones principales: emitir informe no vinculante en algunos proyectos de ley, sancionar las infracciones que cometan los jueces y nombrar los componentes de los órganos judiciales. ¿Cómo van a utilizar la Justicia contra sí mismos? ¿Cómo en los “juicios” contra Garzón? ¿Los cinco mil jueces no afiliados que no ocupan altos cargos, lo quieren así? «Diario Palentino, 29/01/2012»

¿Por qué no nos gusta la clase política?

Un sistema, en la práctica, bipartidista como el nuestro es lo más cercano a una semidictadura con el sobrenombre de Democracia.

En el tercer lugar, por detrás del desempleo y de la crisis pero antes que el terrorismo y la inseguridad ciudadana, se alza la clase política en la desconsideración que los ciudadanos tenemos de ella.

Seguramente la crisis económica que nos aterroriza no es imputable en puridad a quienes nos gobiernan. En todas las épocas históricas hay crisis, son cíclicas. Pandemias, malas cosechas, guerras, desastres naturales, cambios climáticos, revoluciones sociales, todo movimiento que altere la estabilidad de un sistema estructurado es una crisis y también el comienzo de una evolución.

Con toda contundencia podemos decir que la clase política está en crisis, en crisis aguda. ¡Se lo han buscado!, dicen las voces opinantes. Tal vez. O tal vez hemos desgastado torticeramente lo que entendemos con el término DEMOCRACIA.

¿Existe la Democracia en USA? ¿Y en los países de la UE? En la carrera desatada por quien presume de ser más demócrata los políticos de cada país van arrastrando tan sobadas expresiones como participación, colectivos, representación, solidaridad, etc. Palabras que de por sí suponían un compendio inestimable de valores personales y sociales han sido ultrajadas, prostituidas, instrumentalizadas y confundidas. “Quien te puede engañar con la palabra también puede robarte la cartera”.

Cuando se acercan las fechas de la precampaña, los ciudadanos-electores asistimos pasivos a la batalla interna en los partidos por ocupar las plazas sustanciosas que conllevan poderío económico y social. Se nombran padrinos y se fechan duelos. La prensa se llena de noticias de autobombo, honores y distinciones hilarantes, ingentes gastos en publicidad sobre promesas que recuerdan el discurso de los maltratadores: “Te quiero y te prometo que a partir de ahora voy a portarme bien contigo”.

Pero la rehabilitación de la imagen de la clase política, la recuperación de la estima por parte de los ciudadanos solo depende de quienes se han empeñado en perderla. Si fueran capaces de remangarse y meter mano a sus propios desmanes, de afrontar decididamente una REGENERACIÓN INTEGRAL DE LA DEMOCRACIA, empezando por el funcionamiento interno de sus partidos para seguir con las instituciones, todo cambiaría. ¡Y es tan fácil! Solo falta un poco de voluntad y renuncia al interés personal en favor del prestigio colectivo.

Un sistema, en la práctica, bipartidista como el nuestro es lo más cercano a una semidictadura con el sobrenombre de Democracia. De Herodes a Pilatos y vuelta la pelota al juego. Cuando hay solamente dos contendientes lo más fácil es repartirse el pastel aunque se simule la adversidad de cara a la galería. Los pequeños a callar cuando hablan los mayores, así me lo aprendí yo. «Diario Palentino, 13 de marzo de 2011»

¿Un país de tontos?

Llega un momento en que ya es difícil distinguir si es que somos un país de tontos o hacemos dejación de la inestimable función humana de pensar.

Los ciudadanos esperamos una campaña electoral limpia en la que los portavoces de las diferentes tendencias nos expliquen sus programas y soluciones ante las graves circunstancias que estamos viviendo, a cambio solo oímos descalificaciones, improperios y acusaciones cuando no vergonzosos olvidos o delictivas imputaciones.

En los últimos días hemos asistido a declaraciones del principal líder de la oposición, D. Mariano Rajoy, que luego se han vuelto y revuelto en penosos desdecires. Así, ante la protesta “organizada” por los hosteleros frente a la Ley del Tabaco, D. Mariano, no sabemos si ya un poco por debilidad senil, agotamiento mental o premeditación y alevosía, aseguró que su grupo se había abstenido en la votación, lo que obligó a todas las cadenas televisivas a enmendarle la plana con la foto del hemiciclo votando a favor. Un día antes tuvo que retractarse de otra paranoia, la de que 1.200 jóvenes españoles emigraban a Argentina en busca de trabajo.

Por su lado, la Sra. Cospedal, negando con sus gestos corporales lo que dice por su boca, acusa de ser espiada por los socialistas manchegos, pero como siempre no aporta pruebas, porque el PP por sistema aplica la máxima de “difama que algo queda”. Supongo que será la malquerida de todos a los que ha cubierto de sombras imaginarias, incluidos jueces, policías, funcionarios, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal e instituciones del Estado en general.

Sacar a pasear al viejo presidente, Sr. Aznar, para provocar es ya un truco que quita más que pone. Y ¡vuelta la burra al trigo! con el 11-M y el terrorismo de ETA, ignorando totalmente a la Justicia que ya se pronunció sobre ello. Al Sr. Arenas le tocó esta vez soltar la píldora, mera chispa para dar cuartelillo y que ardan los comentarios en sus cadenas adeptas y prensa adscrita de todo el mundo consabidas.

¿Pero que esconde este tupido velo? Mucha corrupción. La lista de presuntos corruptos en las filas de los políticos del PP aumenta por días, las pruebas crecen. A cambio los líderes del partido los jalean, festejan y apoyan sus candidaturas para que puedan repetir en sus actividades. Aparecen sonrientes, casi burlones, algunos incluso jactándose de su buena suerte para eludir la justicia y salir ilesos. «Diario Palentino, 30 de enero de 2011»