El PP, acorralado

corrupcionPP_thumb[2]“Desbandada de votantes a Ciudadanos y a Podemos. Los jóvenes ni están ni se les espera”

             A pesar de las sólidas convicciones de la derecha española, el cambio revolucionario que vivimos y la pésima gestión de gobierno llevan al PP a hacer aguas por todos sus flancos. Las encuestas oficiales y oficiosas le empujan a la deriva, sus portavoces endurecen el discurso en un intento desesperado de sacar la cabeza, respirar, agarrarse a lo que puedan y atacar antes de volver a hundirse en el torrente que les arrastra.

            Los datos en su contra se acumulan cada mañana, cien mil votantes del PP (8,6%) se fueron a Podemos en las elecciones europeas, uno de cada tres que le apoyaron en el 2011 están arrepentidos, los votantes fieles van siendo minoría, agricultores, autónomos, pequeños empresarios y comerciantes, las antiguas clases medias, pierden en titulados superiores (tienen un 10%), y solo se mantienen en zonas rurales de poca población, mermando en centros urbanos de más de cincuenta mil habitantes. Sus votantes treintañeros se van Ciudadanos, su grueso electoral fijo se queda en mayores de 65 años y comparte con el PSOE los de la cincuentena, jubilados y amas de casa. El hombre joven, urbano, de las nuevas clases medias y con formación votará a Podemos, el bicho del siglo.

        No obstante para el PP, el verdadero enemigo a batir es Ciudadanos, al que se enfrenta armado hasta los dientes bajo el lema, “Hay que desnudar a Albert Rivera”, ya lo hizo él solito en su primer cartel electoral. Ahora, desde el PP pretenden echarle hacia el centro-izquierda y atribuirle carencia de programa económico, le atacarán con argumentos reales o inventados, así son ellos.

            Ideológicamente, los incondicionales del PP votan pensando en defender restricciones de derechos sociales y conseguir o mantener beneficios personales, no en la clave de colectividad e interés general. Muchos de ellos están enfurruñados porque no se han atendido sus expectativas, pero a pesar de estar hundidos hasta el gorro en la corrupción se defienden y excusan con disciplina a sus líderes: “Rajoy debería haber sido un poco más contundente con el caso Bárcenas, pero bueno, es gallego”, y se queda tan ancha la vecina del Barrio de Salamanca.

            El siglo XXI está muy interesante, las redes ganan por la mano en cualquier iniciativa o novedad, y la mitad de los votantes del bipartidismo no están enganchados, ni tan siquiera tienen correo electrónico, el resultado está servido.

«Diario Palentino, 22/022015»

Aventurando para el 2015

decoracion-mesa-muy-mediterranea-blanco-azul-L-j_Yf5x“El fin de los grandes partidos inmersos en la corrupción (PP) y en guerras intestinas (PSOE)”

             ¿Quién manda aquí?, pregunta burlona que nos hacía la monja cuando recurríamos sus órdenes injustas. La pregunta del siglo es: ¿Quién gobierna hasta el más diminuto resquicio de nuestras vidas? La respuesta no es tan sencilla, pero deja una cosa clara, nosotros no, los ciudadanos no, nuestro voto…, por supuesto que no.

            Por allá arriba hay políticos que elegimos y que no pintan una mona, están para decir sí, buana, a los destacados poderosos en Bruselas y Berlín, a los banqueros, a los lobbys de la electricidad, o a quienes les convencen con prebendas.

            Los viejos partidos, PP y PSOE, se habían estructurado para una democracia casera dentro de las fronteras familiares, la entrada en Europa trae competidores adustos, recios, indolentes e incansables que chocan con nuestro variopinto carácter latino, pesadilla para cualquier gobernante que lo quiera todo atado y bien atado en rígida una cadena de ordeno y mando.

            Nuevos partidos, como Podemos o Syriza, nacen con la vocación de hacer valer nuestro carácter y nuestros valores, que no son trabajar más y disfrutar menos. Andando el siglo veremos como la Europa del sur, tan envidiada como denostada por los países del Norte, va abriéndose camino en una economía propia y adecuada a los recursos naturales, productivos y humanos del Mediterráneo, nada se nos ha perdido en el Báltico.

            Si el desplome del nivel de vida vino con el euro, a medio plazo habrá que hablar del euro, analizar a quién ha beneficiado, quién gana y quién pierde, para exigir compensaciones. El sudor de los trabajadores de casa debe quedarse en casa. Y los jóvenes españoles no tienen por qué ir a dejar beneficios para goce y disfrute de las familias alemanas.

            Lo que queda de siglo aventura una revolución silenciosa. El voto de castigo a los partidos que han obedecido ciegamente consignas dictadas desde cumbres de poder que nos fustigan, va a ser monumental, un descalabro, es a lo que lleva la ineptitud y la inoperancia.

            Revolución pacífica pero contundente; política, porque hace falta que corra el aire y se lleve los ácaros; social, porque las laboriosas clases medias nunca mueren, están latentes y desarmadas pero son la base histórica de cualquier progreso social y democrático; religiosa, porque el nuevo Papa se lo ha propuesto; económica, porque así no se puede seguir. Un nuevo orden mundial se avecina. 

«Diario Palentino, 21/12/2014»