“Baratito, que estamos tiesos” Cospedal

De veras me encantaría sentarme a escribir mi colaboración dominical y no tener nada que decir del Partido Popular, pero es que no me dan tregua, cada día salta un titular en el que algún miembro del PP ha hecho algo que no debía o ha lanzado algún improperio ofensivo contra el pueblo español a través de sus representantes. Para reírse, por no llorar, es la trascripción de la grabación sobre el encargo que hace el marido de Dolores de Cospedal al presunto pluridelincuente excomisario Villarejo para que investigue a Javier Arenas y prepare un “dossier”, pero «baratito, porque estamos tiesos»; a lo que el hábil expolicía responde: «Cómo le voy a cobrar al partido», «Otra cosa es que cuando venga algún pago, o algún empresario o lo que sea, en un momento determinado digáis: «Oye, contratad a este que es de confianza».” Queda patente que en el Partido Popular ni los propios compañeros están a salvo de las insidias de la dirección. Pero en eso que se entiendan ellos, si es que pueden. Lo peor fue el otro encargo, el de los “trabajos puntuales” para desmontar o entorpecer la investigación sobre la trama Gürtel; “Los gastos me los pagaréis” “Ella dijo: «claro».” Pero nadie consiguió estropear el pendrive que contenía la información comprometida. Y, esa señora, con su tentativa de delito expuesta a plena luz, sigue ahí, Y Casado, aunque cuatro días después y con la boca pequeña, la defiende, porque si cae se le viene abajo el chiringuito que ella capitanea en el sector del partido que le apoyó frente a los sorayistas. Y, de qué manera se aparta la atención del público de la podredumbre del PP, inventando noticias falsas, lo que ahora llaman fake news que con la ayuda de la prensa amarilla se proponen inducir a error, crear duda y manipular la opinión pública.

Diario Palentino, 3 de noviembre de 2018

La corrupción que nos une

       Las comparaciones nos parecen odiosas salvo que procedan de concienzudos análisis. Cada día escuchamos en qué comunidad autónoma hay más lista de espera, menos profesores, más parados, menos nacimientos, más despoblación rural, etc. Hoy hablaremos de la lamentable cadena que más une a los españoles, la corrupción. Mantenemos un ejército de políticos podridos insertados como gusanos en nuestras instituciones, en casi todas, porque si lo hacen los de arriba, los de abajo presumen estar dispensados. Si el jefe de gobierno representa a un partido tildado de organización criminal para delinquir, que opera desde una sede pagada con dinero negro, y que tiene a punto de rebasar los mil investigados repartidos entre más de sesenta tramas abiertas, los alcaldes de pueblo, e incluso los presidentes de juntas vecinales, por qué van a ser menos. Así lo vemos cada día, y lo que no vemos, y lo que está por ver. Pero no pasa nada. ¿Por qué? Porque en los viejos partidos hay de todo, como en botica, y aunque es cuestión de grado, el  PP saca distancia maratoniana, al final mejor no hablar. Tuvo que llegar Irene Montero y cantarle al PP lo que el PSOE nunca osó. Los españolitos nos preguntamos: ¿Por qué de los mil cuatrocientos investigados (imputados)  hay en la cárcel menos de cien? ¿Por qué no se aprueban leyes que endurezcan las penas para los corruptos? pues fácil, por previsión, porque mañana pudieran ser tratados con su propia medicina. Y así nos va. Puigdemont se nos sale por la orejas, pero detrás de tanto telonero hay un mapa de corrupción que en julio pasado ponía a Cataluña en cabecera (303) con el doble de políticos investigados que Madrid (145 ) y que Andalucía(153 ), y eso no es persecución

«Diario Palentino, 28 de enero de 2018″

La transparencia de los corruptos y los «delitos del pasado»

ladron¿Acaso se pueden juzgar delitos futuros?

        En el PP los adalides de la transparencia son los mismos que los propios corruptos, tal cumbre alcanza el cinismo en el partido político más corrompido de la historia de la democracia española que es capaz de simultanear dos discursos contrapuestos con un cuajo de impresión. Por un lado, se autoerige en adalid de la transparencia enarbolando un discurso grandilocuente que se contradice con sus propios actos cuando vota en contra de reducir el escandaloso número de aforados, Por otro lado, y al mismo tiempo, no para de sembrar dudas sobre la actuación de la Justicia e intentar zafarse de ser juzgado. Reniega de las investigaciones de la Policía, de la integridad de los jueces, no se priva de poner en duda su profesionalidad con hirientes argumentos con tal de salir inerme de los desfalcos causantes de onerosos perjuicios ocasionados a tantas familias españolas que han sufrido la merma de servicios elementales básicos, encarecidos por la prevaricación y la manipulación de precios en los contratos que pagamos todos con nuestros dolorosos impuestos.

       Esos invitados en el bodorrio “aznariano” son los mismos que hoy, desde el banquillo de los indecentes, quieren zafarse de ser juzgados como malhechores, y para ello vale todo, igual para delinquir que para librarse de las penas. Hipocresía en grado superlativo que no les provoca ni tan siquiera sonrojo, insistiendo con la tozudez que les caracteriza en difundir el torticero argumento de que lo que se está juzgando hoy “son delitos del pasado”. Definitivamente nos tratan de subnormales. ¿Acaso se pueden juzgar hoy delitos que aún no se han cometido? Vamos, esto ya no es manipulación del lenguaje, es un ataque frontal a la inteligencia de los españoles, nos quieren ofuscar, enredar en la confusión, hacernos perder el tiempo y distraernos para que no estemos atentos a lo gravísimo que está ocurriendo en estrados judiciales.

          Lo peor de todo son las tragaderas que tenemos, nos echan los delitos, las mentiras y las trampas a paladas y abrimos la boca para no perdernos nada. Y, después, sumisos, vamos a las urnas y votamos a esa panda. Y el PSOE…, vaya papelón, me duele el PSOE, peor no lo puede hacer, no hay margen. En resumen, si la mayoría de los españoles quiere entregar su poder ciudadano a esos especímenes, tendremos lo que merecemos, que nos den

«Diario Palentino, 16/10/2016»

 

Ascazo  

 

monis-pp“Tantas noticias desagradables causan desaliento colectivo”

            Los escándalos en el fútbol se suceden cada día; dos futbolistas publican un vídeo porno y se disculpan porque hacen daño al club, al pueblo, al fútbol y por último, al escurrir, a la “tercera persona”, mujer que les denuncia. La fiscalía se cansa de investigar y pedir cárcel para los tongos en las contrataciones futboleras y sus evasiones fiscales; las deudas de los equipos a la Seguridad Social alcanzan cifras desorbitadas mientras el gobierno atraca la hucha de las pensiones. En el PSOE se autoinmolan en guerrillas tribales en un espectáculo sin precedentes en nuestra democracia, dejando desamparados e millones de votantes que no saben dónde volver los ojos para no vomitar. Los corruptos del PP, además del inconmensurable menoscabo económico causado por la susodicha corrupción, dilapidan recursos policiales, judiciales y burocráticos mediante un sinfín de triquiñuelas procesales para ralentizar, entorpecer y confundir a la Justicia. Y, con esos mimbres quieren gobernarnos. Indecencia es poco decir.

            Desde que se desató la crisis y emergió la corrupción latente no levantamos cabeza, cunde el desánimo, todo parece inútil. Los pueblos son felices si tienen buenos gobernantes, si se aprecian buenas gestiones, si las políticas se adaptan a lo que la gente espera y desea para vivir tranquilamente en colectividad sabiendo que lo que aporta cada uno es bien gestionado y revierte eficientemente en beneficio de todos. Buenos gestores consiguen pueblos satisfechos ¿Alguien identifica estas características en el actual gobierno? ¡Bingo! Cero patatero.

             Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, acaba de afirmar contundentemente que «Es mejor no tener gobierno que la certidumbre de una mala política». Ahí queda eso. Pero nadie se da por aludido, ni el PP que sigue erre que erre sin que le pesen sus indecencias delictivas, ni el PSOE que entretenido en sus cuitas no ha tenido tiempo aún de pensar la gravísima responsabilidad de dejar de ser alternativa de gobierno y pasar a la irrelevancia cuando acabe de enfangarse. En las alternativas no pinta mejor; Ciudadanos se espita por descollar en la derecha intentando poner un orden medianamente sereno en el guirigay de fondo, mientras tanto Podemos se desliza por una espiral de fuertes excentricidades aliñadas también con luchas tribales y chulería de garrapundia.

«Diario Palentino, 09/10/2016»

 

Cuándo la palabra era ley

avaro“Quién se come los propios compromisos tira por el desagüe su honor y su crédito personal”

            Tengo un amigo, oriundo de Villarramiel para más señas, que emigró a Barcelona casi adolescente para encontrar lo que su tierra le negaba, como ahora hacen nuestros hijos. Durante cuarenta años trabajó duro y entró en el negocio de la moda hasta conseguir una solvente empresa familiar con tiendas, incluso en las Ramblas, qué no es poco. Pero, lo más admirable de mi amigo es que no se jacta de sus triunfos comerciales ni económicos, sino de su buen nombre; de la satisfacción que le produce ser querido y creído por todos aquellos con quienes ha mantenido negocios y tratos a lo largo de su trayectoria empresarial. Decir su nombre es seña de seriedad y de solvencia. Ah, y mi amigo apenas tuvo ocasión de ir a la escuela.

            Mi abuelo decía que más vale tener crédito que tener dinero, si tienes lo primero, lo segundo vendrá cuando lo necesites. Pero hay quién tira por la borda su nombre familiar y deja que se lo pisoteen los acreedores a quién no paga porque se comprometió con palabras que luego se traga argumentando que por escrito no hay nada. Son muchos los que corren la suerte del avaro al que sangraban las uñas de tanto contar una y otra vez la calderilla en solitario; malvivía, malcomía y le encontraron tieso enterrado en su dinero.

            Quién falta a los propios compromisos puede llegar a convertirse en un ser peligroso que no se atiene a sus principios ni a sus valores si se le cruza otro interés más rentable en su camino. No se sabe qué sería capaz de hacer, hasta dónde llegaría si las circunstancias se presentaran; mataría, robaría, denunciaría al vecino para arrimarse sus bienes, mentiría, cambiaría de bando… ¡Quién sabe! Saltada la barrera de la lealtad, todo cabe.

            La corrupción que nos rodea tiene campo abonado sobre la flojera moral y aligera las conciencias de la pesada carga del mal hacer. Para aquellos jóvenes, y no tanto, que solo aman el dinero fácil, la trampa y la mentira son instrumentos cotidianos. No les valen los acuerdos concertados después de las negociaciones; si no está escrito y firmado, si no es exhibible ante un juez de lo dicho no hay nada. Pobres hombres sin palabra, con dinero y sin honor. Quién hablará bien de ellos en su entorno social, quién se sentirá orgulloso de sentarlos a su mesa, quién lisonjeará su persona cuando les llegue el día de las alabanzas. Salud a discreción. 

«Diario Palentino, 13/09/20152