La alargada permanencia en el poder es campo abonado para los codiciosos. La experiencia de la manzana podrida en la cesta de manzanas sanas está demostrada. Puede que un acto corrupto por un personaje corrupto sea puntual, pero sin quererlo implica a varios cómplices que son colaboradores necesarios o tienen conocimiento. Cuanto más tiempo esté un partido en el poder surgirán más codiciosos tejiendo una red, primero de amistades y simpatías, luego de colegueo y lo que haga falta para birlar el dinero público, el de todos nosotros, el de la gente que les ha confiado su buena administración. Por un lado circulan los podridos y por otro los que lo saben pero no pueden hacer nada porque se juegan su puesto o no tienen acceso a pruebas, o las órdenes vienen directamente “desde arriba”.
Pasó en la Junta de Castilla y León con las instalaciones eólicas y puede que esté pasando con las fotovoltaicas. Casado está de los nervios por muchas razones (Ayuso, Vox, que baja el paro, que llega mucho dinero de Europa y él no está para repartirlo, que el gobierno “comunista” trata con sus feudos: empresarios e Iglesia…) y ahora saltará la sentencia de la Gürtel que con 17 acusados confesos se está cociendo en la Audiencia Nacional. En Castilla y León 35 años de Partido Popular han propiciado que la maraña abarque incluso al ámbito funcionarial, quién no está conmigo está contra mí y como levantes el dedo te lo corto. En tan solo 15 años se repartieron 75 millones de euros en mordidas entre 16 personas que responderán por “prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, extorsión y contra la Hacienda Pública”. Tras cuatro años de investigación, el juicio comenzará en unos días. ¿Y si entra un gobierno de otro color y se pone a rebuscar en los cajones? Más de uno debe de estar de infarto.