¿Quién defiende a los ciudadanos?

“Nuestros gobernantes nos desprecian, por su mandato las fuerzas de seguridad nos apalean, los bancos y cajas se quedan con los ahorros y hasta la propia casa”

            La tensión aumenta día a día en los hogares españoles porque alguien ahí fuera, o también desde dentro, quiere minimizarnos, hacernos sentir poquita cosa, vulnerables, apaleables, despedibles, desahuciables, mindundis. Distraídos que andábamos, nosotros los ciudadanos del mundo llamado civilizado y occidental, rico, el del bienestar y el sumo consumo, con nuestro enorme ego crecido reíamos felices satisfaciendo el capricho de culo veo, culo quiero, y ahora ¿qué hacemos con la cagalita en la boca?

            Cierto es que la crisis ha llegado para el mundo más sobrado, pero cierto es también que hay muchas formas de hacer frente a sus dolorosas consecuencias. La respuesta ciudadana no puede ser más unánime, protestas, manifestaciones, concentraciones, solidaridad, voluntariado, etc. La inseguridad nos invade. Si no nos ha ocurrido ya, tal vez mañana mermen o desaparezcan nuestros ingresos.

            En los buenos tiempos creíamos en los políticosen la seguridad que nos proporcionaba la policía, unos ahorritos en los bancos y un presente increíblemente divertido y descuidado. Adornados de más o menos argumentos críticos, caminábamos confiados en los pequeños mundos que nos rodeaban, trabajo, familia, amigos, vecinos y paisanos. Un paraíso comparado con aquella etapa predemocrática en blanco y negro.

            Pero no hay mal ni bien que cien años dure. En poco tiempo nos vemos atacados por todos los frentes. Se recrimina a un juez que alude a la decadente “clase política” mientras todos los titulares de prensa dan noticia del desafecto ciudadano hacia esa “casta” que nos pone sobre la mesa un menú incomestible; de aperitivo el paro, de primer plato la crisis, de segundo los políticos y sus partidos, y para postre la corrupción y el fraude, todo ello aliñado con las virutas de los tajazos en sanidad, educación y cultura.

            Ahora vemos la película del revés, nuestros gobernantes nos atacan, las fuerzas de seguridad nos apalean, los bancos y cajas nos roban los ahorros y hasta la propia casa, no tenemos hacia dónde volver los ojos. Se intenta culpar de sediciosos a manifestantes desarmados con los brazos en alto, se gasta enmaterial antidisturbios lo que se quita de atenciones sanitarias a inmigrantes y dependientes, se incluye en la sanidad pública gratuita a todos los profesionales libres que NUNCA cotizaron a la Seguridad Social y a cambio se expulsa de ella a los inmigrantes que pagaron sus cuotas mientras tuvieron trabajo. Con los mineros en la desesperación se siguen gastando cientos de miles de euros de Fondos Miner en instalaciones que ni crean empleo ni reconvierten industrias ni forman operarios cuál es su función.

Tan del revés está el paisaje que aprovechando que el río pasa por la puerta se riega la huerta y emerge de nuevo aquella Derecha arcana, católica, apostólica y romana de fauces insaciables, devoradora de derechos individuales, ciudadanos, sociales, laborales y hasta humanos, inseparable de aquella misma Iglesia insolidaria, inquisitorial y ansiosa de poseer más y más poder, riqueza y lujo a costa del pan de los pobres del que solo usa para los pregones. «Periódico CARRIÓN, 16 de octubre de 2012»