Apasionante y temible


el-nuevo-camino-1“Vamos desbrozando un nuevo camino, con sus claros y su maleza”

      A trompicones. A trompicones va la vida de cada cual, y a trompicones la Historia de la humanidad. El buen vivir anda danzando de un escenario a otro, no sabe dónde quedarse y a quiénes llevarse por delante. Las noticias se pisan los talones unas a otras; no hay sequía informativa, apenas dan las horas para atender tantas novedades.

    Cada suceso es una pequeña célula de algo viejo que muere y algo que nace. Los sistemas políticos también envejecen. Las democracias son más vulnerables que las dictaduras, y enferman cuando los gobernantes se olvidan de los poderdantes, cuando la ambición no frena ante ninguna ética. Vivimos un auténtico espectáculo de escándalo y no nos damos cuenta, ya cansados y remisos.

    Escuchamos palabras en bocas que nunca imaginamos; los rostros y los mensajes se confunden y se intercambian, no distinguimos quién es quién. Para los creyentes ciegos en su ideología se abren abismos de incomprensión. ¿Por qué hemos dicho eso? ¿Es Monedero comparable a Bárcenas, y Podemos al PP? Hasta hay quien osa asegurar que muchos jóvenes son del PP, aunque no lo saben; y recordamos aquello de “crees en Dios, aunque no lo sepas”.

    El bipartidismo se va a pique y los nuevos profetas saltan sobre ascuas ardiendo. La vieja Europa es relegada por las sacrificadas potencias geopolíticas que consiguen descollar a base de duro trabajo, pero el diablo no descansa, el Capitalismo solo ve ganancias inmediatas, aunque desaparezca el mundo mañana, aunque millones de humanos sufran y mueran miserablemente, solo cuentan los resultados bursátiles. Las macro empresas se fusionan comadreando para estafarnos. El gobierno del PP mociona en favor de Telefónica para atracarnos aún más y eliminar competidores. La Justicia es maltratada con ignominiosas presiones,  pucherazos, fatuos nombramientos, y recortes.

    Un Papa revoluciona la multinacional más poderosa y antigua bajo la mirada contrita de muchos clérigos convencidos de que lo estaban haciendo conforme a cánones. El Arzobispo Cañizares se acuerda de los pobres y quiere vender patrimonio eclesiástico, lo tiene mucho más fácil: que la Iglesia pague el IBI y así puede devolver a los españoles lo que les pertenece, la sanidad, la educación, la vivienda y el alimento mermados porque los fondos comunes se han ido a paraísos fiscales propios e interiores con la bendición de Dios y de los políticos que vamos arrastrando.

   Apasionante y temible, el tiempo que nos ha tocado en la rifa.

«Diario Palentino, 07/02/2015»

 

Crisis y limpieza étnica

“Un abismo de alarmantes dimensiones  se va abriendo en la estratificación social ”

Decía Darwin que ante las dificultades de subsistencia no sobrevive ni el más inteligente ni el más fuerte, sino el que mejor capacidad de adaptación tiene, pero ésta suele venir unida a la tenencia de medios materiales. La crisis, es el tema que todos repetimos constantemente. Bajo su capa se esconden confusas contradicciones. Los pequeños vendedores la culpan de sus bajas ventas y sin embargo crecen las grandes superficies. El Ibex 35 (es decir las 35 empresas cotizantes en bolsa más punteras de España) siguen en subidón constante, las Cajas de Ahorro no cumplen con las reservas que exige el Banco de España pero su número desmesurado de directivos y consejeros sigue cobrando sus jugosos emolumentos. Las grandes firmas continúan repartiendo los famosos y temibles “bonus” entre sus ejecutivos a pesar de las presuntas pérdidas. La venta de coches de alta gama alcanza unas cotas insospechadas. ¿Quién lo entiende?

Y lo cierto es que constan cuatro millones largos de trabajadores desempleados, aunque se hable de cifras negras de empleo sumergido que al no cotizar para el futuro no sirve más que de parcheo momentáneo para que las familias no perezcan de hambre. Otros tantos trabajadores viven en el temor y la incertidumbre de perder su puesto de trabajo.

Ya vamos conociendo jóvenes emancipados o solteros o recién casados que vuelven semiavergonzados a la casa de sus padres pidiendo un techo bajo el que vivir, universitarios que no saben si podrán acabar sus estudios en las mismas condiciones que disfrutaban, padres y madres de familia que lloran en silencio porque no quieren que nadie se entere de su escabrosa situación, disimulando y como si nada pasara.

Los inmigrantes, que vinieron arriesgados e ilusionados, se van volviendo a sus países de origen en los que al menos se come y la estructuración social les permite buscarse la vida con más posibilidades y menos constreñimiento que aquí.

Es además el momento de los buitres negros (inversores), grandes empresas nacionales o extranjeras apostadas ojo avizor para adquirir muy por debajo de su valor real inmuebles de todo tipo, desde viviendas de insolventes desahuciados hasta hoteles, solares y edificios hoy a precio de saldo. También es el momento de los gestores que otean para estos buitres.

Un abismo de alarmantes dimensiones  se va abriendo en la estratificación social, resulta que la crisis se remedia con la deslocalización de puestos de trabajo y la rebaja de los sueldos de los que trabajan, en el Tercer Mundo la mano de obra es mucho más barata y no hay sindicatos. Las capas altas sobrevuelan por encima del bien y del mal, de los comedores sociales, de las ayudas públicas de supervivencia, como si una inmensa sima hubiera separado dos esferas que no convergen, que no se tocan aun viviendo con los pies en el mismo suelo. «Diario Palentino, 27 de marzo de 2011»