Ayuntamientos. Competencias propias y «añadidas», despoblación y financiación I.

Con este prometedor título pretendo iniciar una serie de capítulos de un tema tan confuso, complicado y difícil cual es la pervivencia de los pequeños municipios como unidad básica de organización territorial contemplada en nuestra Constitución.

Permítaseme para esta presentación, tomar prestada una somera introducción para señalar sobre todo la idea del actual Gobierno (PP) sobre el tema, como un avance de lo que parece se va a pretender: «cuatro mil ayuntamientos son económicamente inviables»

, 20/03/2012   ANTONIO MIGUEL CARMONA

El Secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, señala que más de cuatro mil ayuntamientos son económicamente inviables. A partir de esa declaración una oleada contra el municipalismo recorre de nuevo España.

Los ayuntamientos, las corporaciones locales, son las administraciones más sufridas de la democracia española. Por un lado sufren, a veces con virulencia, el centralismo de unas comunidades autónomas que ponen el mismo empeño en pedir competencias al gobierno central como negárselas a las corporaciones locales.

Por este motivo podemos encontrarnos con cierta profusión administraciones municipales que tienen que asumir competencias impropias para poder cubrir las necesidades de sus habitantes. Así, a falta de una casa de niños, ante la imposibilidad de que pueda construirla quien la tiene que construir, es decir la comunidad autónoma, es el ayuntamiento quien pone en marcha el servicio.

Del mismo modo desarrollan centros de mayores y ambulatorios, todos ellos competencias autonómicas y que tienen que hacer los ayuntamientos si desean tener el servicio. Obras y servicios, gasto público, que presentan sin competencias, ante la desidia de algunas administraciones autonómicas y, sobre todo, sin la correspondiente financiación.

Financiación cuya transferencia o cesión hace que la comunidad autónoma se comporte como el ente más centralista de la historia de España. Falta por lo tanto un nuevo mapa competencial, que distribuya las cargas, redactando un catálogo de competencias impropias y reordenando la Ley de Haciendas Locales.

No le quito razón a Antonio Beteta cuando dice que hay cuatro mil municipios, diminutos la mayoría, que no pueden soportar las cargas de un gobierno municipal demasiado grande proporcionalmente al tamaño o a la población del pueblo.

Pero el problema no es ese. El problema es el de las competencias impropias, en primer lugar, funciones que convierten a los municipios en garantes afortunadamente de unas competencias que no tienen. En segundo lugar el estropicio se debe a los propios gobiernos municipales, en algunos casos, capaces de derrochar y gastar en aquellas partidas menos necesarias (como la Administración Central o la Autonómica).

Es el caso del ayuntamiento más endeudado de España, el de Madrid (PP), con 7.000 millones de euros, posiblemente de Europa, donde el dinero ha ido a parar a la tumba de los faraones. O, en la Comunidad de Madrid, si lo medimos en términos de PIB o per capita, como el municipio de Navalcarnero (PP). También los municipios de otros partidos, si bien, los que baten todos los récords son, ciertamente, los mencionados.

El déficit de los municipios tiene dos razones, señor Beteta, y usted lo sabe: la mala gestión (Madrid, Navalcarnero) o las competencias impropias. Estamos a la espera, por lo tanto, del catálogo de las mismas y, por supuesto, de la reforma de la Ley de Haciendas Locales.

La lotería del FEIL

Lo que para unos son lágrimas para otros son respiros. La crisis ha servido para que los alcaldes hayan podido descubrir que hay caminos llanos por los que hacer llegar íntegro, sano y salvo, dinero público para financiar las necesidades que los asfixiados ayuntamientos no pueden cubrir, porque entre unas y otras administraciones intermediarias (Autonomías y Diputaciones) se van quedando  con la coima y con la hijuela en el trasiego.

El Plan E consiste en un programa de ayudas extraordinarias arbitrado por el gobierno de Zapatero con un doble objetivo, impulsar importantes proyectos municipales y crear o mantener puestos de trabajo con un mínimo de burocracia y un máximo de agilidad. Sigue leyendo

La lotería del FEIL

Lo que para unos son lágrimas para otros son respiros. La crisis ha servido para que los alcaldes hayan podido descubrir que hay caminos llanos por los que hacer llegar íntegro, sano y salvo, dinero público para financiar las necesidades que los asfixiados ayuntamientos no pueden cubrir, porque entre unas y otras administraciones intermediarias (Autonomías y Diputaciones) se van quedando  con la coima y con la hijuela en el trasiego.

El Plan E consiste en un programa de ayudas extraordinarias arbitrado por el gobierno de Zapatero con un doble objetivo, impulsar importantes proyectos municipales y crear o mantener puestos de trabajo con un mínimo de burocracia y un máximo de agilidad. Sigue leyendo