…que estrena Rajoy ignorando Palencia
Repasando en la memoria reciente, y de ahí a la hemeroteca, encontramos jugosas declaraciones, en las voces del Partido Popular, incriminando al entonces Presidente, D. José Luis Rodríguez Zapatero, el empeño en gastar los dineros para construirse un tren directo a su casa.
¡Hay que ver cuántas palabras crudas se comen algunos políticos! Ahora, fijadas ya las elecciones generales para la víspera de Navidad, a D. Mariano Pasodetodo le ha entrado una febril euforia inaugurativa. Cómo si se desmaterializase, recorre la geografía española descubriendo placas con su nombre aquí y allá. Eso sí que se llama llegar a tiempo sin rondar un año.
No obstante, a D. Mariano, que se le va cayendo el gesto de los ojos en oblicuo y hacia abajo, no le gusta el compadreo paisanil. Aguantar alcaldes de provincias y atentos ediles le pone un rictus de fastidio difícil de superar. A paso veloz recorre las estaciones, posa para las fotos de precampaña y sale espitado hasta la próxima parada a velocidad del AVE.
Menuda lotería. Sin pelearlo, sin programarlo, sin contratarlo y habiéndolo menospreciado tan duramente, el actual presidente se tira el moco y recoge la cosecha que otros sembraron, eso sí que es buena herencia. Pero, D. Mariano, tan amigo de repetir hasta aburrir sobre las malas herencias, no ha incidido en ésta porque de haber sido su obra hubiera hecho fiesta con ágape incluido por cada kilómetro adelantado, como hiciera el PP con la autovía Burgos-León, con fiestuqui cada mes, hasta el punto que cuando veíamos las fotos de autoridades en la prensa pensábamos que se trataba de una carretera nueva cada vez.
El Sr. Presidente apenas se ha enterado de que estaba en Palencia. Doce minutos con sus pies puestos en la estación de la ciudad y ni una palabra dirigida a nadie. Tampoco una mención en su discurso leonés. Pobre e ignota Palencia, invisible para el PP a pesar de su omnipresencia en la Diputación y gobernando en el Ayuntamiento. Y, es que, en la mente del supercicuta popular solo existe un horizonte, el 20 de diciembre, fun, fun, fun. Con el pavo en el horno y la esperanza de recuperar, durante unos días, a nuestros jóvenes catapultados al exterior, nos pondremos las bufandas e iremos a votar. A votar a unos y a botar a otros. Fun, fun, fun.
«Diario Palentino, 05/10/2015»