¿Sobran las diputaciones?

Vuelve una y otra vez el debate sobre si son útiles o necesarias las diputaciones provinciales. La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Palencia, Dña. Celinda Sánchez, ha vuelto a poner voz, valga la redundancia, al papel que estas instituciones tienen en la actualidad, siendo resquicio de una rancia organización administrativa.

En el propio Partido Popular, al unísono y con megafonía, el principal líder de la oposición, D. Mariano Rajoy y una de sus portavoces, la Sra. Sáenz de Santa María, reiteran en estéreo sus discursos fundados en la necesidad de “reordenar el sector público”, “evitar duplicidades administrativas”, “corregir la inflación de cargos elegidos a dedo” y “emprender una reforma estructural, institucional y administrativa en profundidad”.

Relanzar un nuevo diseño que, en palabras del propio Rajoy, elimine “una administración excesiva en la que se solapan los ámbitos de decisión, se multiplica la complejidad y se lastra la capacidad competitiva de España”. “No puede haber tres ventanillas para trámites similares, porque se aumenta la inseguridad jurídica y es antieconómico” ¡Qué bonito!

¿Qué dirán tantos y tantos votantes conservadores que ocupan cargos “a dedo” o “semidedo” en las consejerías autonómicas, órganos y organillos de ellas dependientes? ¿Y en las asesorías personales de los altos cargos de todas las administraciones? Recordemos que el Sr. Gallardón se llevó consigo nada menos que ochocientos cargos de su confianza cuando pasó de la Comunidad a la Alcaldía madrileña, ahora pide árnica por la inconmensurable deuda.

Pero sobre todo ¿qué dirán quienes se están sacando la vida desempeñando puestos políticos en las inoperantes y sobreras Diputaciones Provinciales, dedicados en cuerpo (no hay más que verlos) y alma a las promociones taurinas y  gastronómicas, totalmente despistados de su verdadero objetivo y su encomienda consistente en una tarea callada que no otorga premios, ni titulares, ni fotografías de autobombo?

Los ediles locales siguen preguntándose ¿Por qué se derrocha tanto dinero que tenía que ser directamente de los municipios? Y los empresarios y comerciantes se preguntan ¿Por qué se entretienen las diputaciones en asuntos que son competencia de las autonomías? ¡Y venga  a pagar impuestos!

D. José Blanco lanzó un globo sonda y como un resorte unificado se le echaron encima propios y ajenos. ¿Cómo se iban a “compensar” entonces los servicios prestados para el aparato de los partidos?

El líder popular y sus voces aledañas lo dejan caer como si nada, pero no señalan a nadie y miran al techo con disimulo. ¿Por qué no lo afrontaron durante sus ocho años de gobierno? ¿Sentirá de corazón, el Sr. Rajoy, sus lloriqueos, o son solo un cartel electoral más? «Diario Palentino, 21 de noviembre de 2010»