“La sequía imaginativa acompaña a los rostros y a las voces del fracaso”
Demasiados dilemas acuden simultáneamente al PSOE, sus simpatizantes, votantes y afiliados estamos absortos en la confusión, intentamos desenredar la madeja para poder tirar del extremo de una hebra y comenzar a devanar un nuevo ovillo con la misma lana ideológica, la única hasta el momento que vela por el Estado de Bienestar, la democracia en avance y la igualdad de oportunidades. Por ahora no se ha enunciado teoría mejor que sirva a una mayoría social.
Para empezar, no hemos sabido decidir a tiempo si era mejor atacar al adversario o callar esperando que se quemase en su propia hoguera de los recortes mientras soportábamos la cantinela de la herencia. Resultado: varios millones de ciudadanos afectados de una fuerte sensación de orfandad y abandono sin saber a dónde mirar.
Cuando nuestros portavoces deciden intervenir activamente, algo tarde, lo enfocan en la crítica a toro pasado, comunicando lo que ya todos sabíamos, sufríamos y habíamos comprendido a duras penas, en solitario y en las propias carnes. Muerto el burro, la cebada al rabo. Llegamos tarde otra vez.
De pronto, nuestros iluminados dan la vuelta a la parrilla y consignan que denigrando al Partido Popular tampoco se da buena imagen, ahora consideran que es el momento de las ideas, de las propuestas en positivo y piden a voz en grito aportaciones.
Pero… ¡ah!, eso es precisamente lo que les falta, ideas. La sequía imaginativa acompaña a los rostros y a las voces del fracaso. Nuestros coroneles son un ejército de perdedores en sus feudos y en sus comicios, cuanto más perdedores más medallas. Así somos, así hemos sido, lo sembrado es recogido.
Y seguimos paso atrás. Los gerifaltes que deciden sobre el destino de sí mismos y el futuro de millones de españoles que creyeron un día en el PSOE, acuerdan por unanimidad que ni hablar de cambiar nada, o todo para que nada cambie, qué más da. Hay quien dice que “refundar” o “reinventar”, unos se refieren al PSOE, otros al socialismo democrático, confundiendo al asno con las alforjas, como si fueran una misma cosa. Y nos suena a pantomima de entretenimiento. Otra vez, otra más.
www.DiarioProgesista.es, 4 de noviembre de 2012