Vuelve la quema de brujas

Brujas en la hogueraQué pintan capillas católicas en espacios públicos, y el art. 525 C.P.  en una democracia laica S.XXI

            En la persecución, desde la derecha, abierta contra las mujeres progresistas toca el turno a Rita Maestre, por ser joven, mujer y política, por un acto que no debiera haber tenido ocasión si la religión no invadiera espacios públicos ajenos a su fe. La derecha, con apoyo y connivencia del clero católico, alienta e impulsa juicios inquisitoriales contra mujeres que no obedecen sus credos machistas; juicios que anticipan lo que llegará como siga la derecha gobernando este país. Detenida en su casa y llevada a comisaría como si fuera un peligro público, diez horas de juicio en solitario sin que nadie haya podido explicar dónde están los otros 58 del grupo presuntamente blasfemo, y todo aderezado de un ingente despliegue mediático concienzudamente incitado para su escarnio público.

             Esto no hubiera tenido lugar en un país civilizado, es más propio de ISIS o del medioevo, como lo es haber resucitado, con otro nombre, el viejo delito de blasfemia vigente durante el franquismo y contemplado, desde 1995, en el artículo 525 del Código Penal, cuya derogación urge por ser jurídicamente inadmisible en un estado laico.

             Soportamos que Esperanza Aguirre, cobijadora de una tribu de presuntos atracadores del fondo común de los españoles, hable de “código ético”. Que la otra Rita, la Barberá, ocupe un sillón privilegiado en el Senado, cuando ambas han consentido arrebatar el plato a muchos niños y niñas españoles. Que se dé altavoz al beato Sr. Ministro de Interior quien, después de besar mantos de vírgenes y lujosos crucifijos, permite disparar contra seres humanos indefensos, hambrientos y ahogándose, entre otras muchas crueldades nada cristianas. Y D. Mariano, que hace a todo, se presentó en París para apoyar a las víctimas de Charlie Hebdo. ¡Hay que ver!

          Pero, cuánto cinismo ocultan los se llaman cristianos y piden hogueras para quienes les repudian mientras ellos excusan, sin moral y sin vergüenza, a sus propios malhechores causantes de tantísimo daño material, emocional y de salud a millones de familias. Por la calle andan sueltos los Rato, los Gürtel, los Púnica, la interminable lista de indeseables con su carnet del PP y su credo cristiano. Flaco favor para la honra de la propia Iglesia católica que, contra sus propias enseñanzas, permite y alienta estas bufonadas sabiéndose okupa de espacios que no le corresponden.

«Diario Palentino, 21/02/2016»

Titiriterismo y corrupción

Cayf9K7WwAAaj6P“Aquél teatrillo, excusa perfecta para bajar el telón y distraernos de la corrupción”

            Sobre el incidente de los títeres de cachiporra ya está dicho casi todo desde todos los ángulos de opinión; el rechazo de exponerlo para niños, los discordantes vaivenes de la reacción municipal, los curiosos antecedentes policiacos del juez y, sobre todo lo bien que le ha venido al PP tenernos entretenidos unos días con el espectáculo grotesco de la detención, encarcelamiento y absurdo fichaje de unos actores de marioneta mientras los “investigados” del PP se desmemorian.

            Los maledicentes son especialistas en aprovechar la ignorancia del pueblo que con tanto esmero cultivan mediante recortes económicos y pedagógicos. A los corruptos viene al pelo que las sensibles mamás se echen las manos a la cabeza ante el bien preparado mensaje del atentado a las mentes de sus pequeños, esos que en su tiempo libre se dedican a jugar, con o sin sus papás, a juegos bélicos de armas y matanzas en escenarios gore en todo tipo. 

         ¡Eh, que era un teatrillo, una puesta en escena!, ¿Alguien escucha ahí? Con ese mismo criterio debieran estar en la cárcel Tom Cruise y todos los actores que representan temas de nazis, dónde las banderas y esvásticas inundan la escena, y los clérigos que prodigan honores al terrorista régimen franquista cada 20N, y los restaurantes que alojan las cenas de exaltación del franquismo colgando, incluso, la bandera del aguilucho para mejor ambientación.Exaltación franquista y nazi en colegio público

        Para su zozobra, la judicatura, que ya bastante tarea tiene con corregir en su aplicación los desmanes cometidos por decreto y la mayoría tiránica e instruir y encausar a los corruptos, tiene también que responder de la actuación de controvertidos colegas con no menos controvertidas resoluciones. Organizaciones de jueces han salido al paso de semejante exceso, e incluso uno de ellos, Manuel Conde-Pumpido, ha registrado en Change.org una petición de firmas para  “Encausar al juez Ismael Moreno por prevaricación en el caso de los títeres del carnaval” en virtud del artículo 447 del Codigo Penal: «El Juez o Magistrado que por imprudencia grave o ignorancia inexcusable dictara sentencia o resolución manifiestamente injusta incurrirá en la pena…” y poniendo como precedente a tener en cuenta que “El juez Elpidio Silva fue inhabilitado durante 17 años por decretar prisión provisional sin fianza para Miguel Blesa por «motivaciones insólitas», según el TSJ de Madrid”. La Justicia tiene una grave responsabilidad y debe poner orden, sin libertad la democracia no existe.

«Diario Palentino, 14/02/2016»

Padres maltratadores

custodia-compartida-impuesta«Cuando un violento es el referente para un menor, la cadena de terrorismo machista no se rompe»

            “Puta”, “zorra”, “inútil”, “hija de puta”…, son los apelativos cariñosos que suelen escuchar, a diario y con voces atronadoras, los hijos e hijas de los maltratadores. Eso, si no se les va la mano a las agresiones físicas. Se dice y repite, hasta una absurda y no practicada saciedad, que las decisiones sobre custodia compartida y régimen de visitas del progenitor se resuelven en beneficio del menor. Curioso parapeto que solo esconde que quienes aprueban las leyes son hombres-macho en defensa de los propios privilegios, y que quienes las aplican también lo son.

             Desde que nacemos comenzamos a aprender todo con los sentidos puestos en lo que nos rodea, asumimos como normal lo que vivimos alrededor, lo que nos trasmiten, con hechos o palabras, quienes se supone que cuidan de nuestra supervivencia y bienestar. Cuando un niño está viendo a su madre recibir palizas, desprecios e insultos, y reaccionar con lágrimas y sufrimiento, entiende que esa es la forma normal de relacionarse con la pareja, aunque no le guste, aunque le cause desasosiego y congoja, y le costará abandonar ese carril en sus reacciones primarias, y acabará insultando y despreciando, incluso, a su propia madre. Cuando una niña ve a su madre consentirse en víctima de insultos, agresiones y menosprecios puede asumir que ella también vivirá así o enfrentarse abiertamente y crear una distancia en su relación con los hombres.

               En cualquier caso, no se entiende como después de tanta excelencia en estudios psicológicos y sociológicos que demuestran que la imitación ambiental de lo visto y vivido en la infancia tiende a reproducirse en la edad adulta, pueden seguir vigentes leyes que ponen en manos de  maltratadores y violentos la convivencia con menores. Sometido a la obligación periódica de verse y compartir con un padre que le inspira desasosiego, sino miedo, con un padre que no es protector sino destructor de su tranquilidad y de su confianza, con un padre que le habla mal de su madre, le crea zozobra y destruye su paz infantil, el menor no es un bien protegido, sino un instrumento más que facilita las ardides del machismo dominante.

             Incontables madres queman su juventud soportando lo indecible hasta la mayoría de edad de sus hijos para no tener que pasar, y hacerles pasar, este trance, porque con un violento no es posible el diálogo ni el acuerdo.

«Diario Palentino, 07/01/2016»

Hijas e hijos compartidos

Custodia_compartida-08962“Sobrevivir en custodia compartida ¿mejora la calidad humana de futuros adultos?”

            Recientemente, el Tribunal Supremo ha determinado que en las separaciones matrimoniales, como norma general, se aplicará la custodia compartida o reparto del tiempo de convivencia de los menores con cada progenitor. Cierto es, que algunos padres jóvenes asumen las responsabilidades paternales y se ocupan de sus vástagos, todavía de aquella manera, con más autoritarismo que comunicación y delegando, a ser posible, las rutinarias tareas cotidianas de alimentación, vestido, colegio, actividades y… escuchar, sobre todo escuchar.

            El síndrome de alienación parental, inventado por asociaciones de separados cuyo último doble objetivo es  económico, y maltratar a su ex en diferido quitándole los hijos de sus entrañas, ha cundido en la jurisprudencia de las alturas, ocupada, como no podía ser de otra manera, por hombres. Las mujeres nos chutamos el embarazo, un parto, una lactancia, muchas horas de molestias y/o sin dormir, perdemos nuestra carrera profesional, nos privamos de tiempo para nosotras, lo sacrificamos todo a la maternidad. Ellos, se limitan a echar un polvo placentero para vanagloriarse y demostrar que son machos válidos, lo necesita su ego. Pero luego,  hasta tal punto les importa un bledo su prole, que la someten a un estrés de vida irregular que dejará una mella irreparable en su personalidad.

            Como almendreros viajan, los niños y las niñas, con sus mochilitas de ropa y libros, una semana aquí, otra allá, desconcertados, no tienen seguridades de donde abrirán el ojo cada mañana al despertar, si van a ver a su mamá o a la madrastra que les ha proporcionado su papá, o a la abuela paterna, ahora encargada de volver a criar. Más difícil todavía si son madre y padre en alternancia quienes comparten la vivienda en la que se quedan los pequeños, una semana cada uno para que los menores no se muevan. La convivencia infernal, la maledicencia, el malmete y los rebotes sobre quién dejó la ropa sucia, tienen que crear un envidiable y armonioso clima de convivencia, no digamos si alternan también en la misma cama con sus añadidas parejas.

            Tener hijos en común, otra vez, se ha convertido en una grave amenaza de sufrimiento para las mujeres. Otra vez nos quieren de paridoras. A las niñas de mi familia recomiendo una fecundación pagada, que los hijos sean suyos, y luego, ya se echarán pareja/s, o nada.  

«Diario Palentino, 31/01/2016»