¡Vaya latazo de prófugo!

        Cada cierto tiempo el prófugo de la justicia española, buscado para ser juzgado por delitos de sedición y malversación, monta un espectáculo para decir aquí sigo yo. Con su premeditada huida traicionó a sus compañeros que por ello fueron condenados a cumplir prisión para evitar más riesgos de fuga. Vive como un marqués a cuenta de ignotos benefactores y mete toda la bulla que puede para desestabilizar España. Llamar president y vitorear a un fugitivo no deja de ser chocante. Lo curioso del caso es que mucho ruido, pero hoy el 52% de los catalanes con derecho a voto no votarían sí a la independencia en un referéndum. Mucha bronca y la casa por barrer, porque el lío catalán tiene su mayor exponente dentro de sus fronteras, como ya se vio entre familias que se tiraban los turrones a la cabeza en aquellas navidades siguientes a la fallida declaración de Repúblic Independent de Catalunya, que duró un suspiro, como suele ser habitual cada cierto número de años en su historia. No se entiende como no se cansan de fracasar y victimizarse. Ganas de vivir siempre con ansiedad. Lo peor es que con su terquedad incita a sus seguidores al radicalismo. Allá donde haya políticos proclives a negociar salidas prácticas, que lleven poco a poco a ganar más autonomía, entra con su caudillismo y algarabía callejera para romperlo todo. Y que no se le ocurra a nadie de Esquerra moverse del guion porque el griterío le acusará de traidor, como vemos a menudo. Burguesía, empresarios locales, abogados y otras clases, digamos poderosas, están encantadas con que la gente de a pie salga a la calle indignada, con banderas, gritando las consignas que les mandan, mientras ellos, los señoritos, juegan al golf en su club privado, y el prófugo se pasea por Europa sacando la lengua a la Constitución, a las leyes y a la Justicia española y europea.

«Diario Palentino, 25 de septiembre de 2021.

 

Macho blanco miedoso

          ¿Qué ocurre en la mente de un racista homófobo, xenófobo, misógino, etc.?  Miedo, puro miedo al diferente, al que nos es como ellos, a quién les crea inquietud, y no quieren incertidumbres ni zozobras, nada ni nadie que les haga peligrar la seguridad en la que viven instalados. Es la reacción territorial, la más primaria y animal, nuestra casa, nuestras cosas, nuestras creencias, nuestras mujeres, nuestros hijos. ¿Reconocen el discurso? Nuestros, nuestras. En la uniformidad reside la claridad, en las disidencias anida el peligro. La falta de empatía, de admitir que el planeta está repleto de seres humanos con peculiaridades propias, seres que son personas con los mismos derechos. Quién odia a los otros es porque los teme, porque los desconoce, por ignorancia o porque necesita de ellos y no lo quiere reconocer. Habría que investigar cuantas empleadas de hogar inmigrantes tienen los voceros xenófobos en sus casas. A la hora de ser servidos no se plantean que su “criada”, su jardinero, el camarero o la cocinera del restaurante tengan costumbres, creencias o idiomas diferentes con tal de que les sirvan bien y sean obedientes y discretos. Las religiones echan su leña al fuego a base de bien. Cruzadas, yihad, guerras santas contra el infiel… Homofobia por el temor a la propia sombra, todo hombre tiene un cromosoma X y un cromosoma Y. Aunque lo niegue en el cadalso ha tenido sus sueños homo en alguna época de su vida. Odian a las mujeres porque las necesitan y no pueden soportar la dependencia de ellas, por eso las degradan y cosifican como una propiedad más hasta el punto de pretender hacer desaparecer la protección legal ante los malos tratos machistas. Se trata de mentes planas, cerradas, que se asientan sobre cerebros reptilianos, es decir, poca inteligencia, mucho miedo y más ignorancia.

Diario Palentino, 12 de septiembre de 2021

El Constitucional y el Alcalde de Zalamea

            Como parece que estamos de teatrillo vamos a hacer un parangón. En la obra de Calderón de la Barca, Pedro Crespo, a la sazón alcalde de Zalamea, da garrote a D. Álvaro de Ataide, capitán del ejército real, que estaba de paso y alojado en su casa, por raptar a su hija y violarla. Llega el rey Felipe II y escucha las explicaciones del alcalde, y padre agraviado, para justificar el castigo. Al tratarse de un militar de sus ejércitos el rey cuestiona el poder del alcalde para ajusticiar a su capitán y en la forma que, por ser noble, debiera haber sido degollado. Después de sopesar pros y contras el rey concluye: “…, aquesto ya es hecho. Bien dada la muerte está; que no importa errar lo menos quien acertó lo demás”.

            La mano en el corazón debieran haberse puesto los seis magistrados del Tribunal Constitucional que, con irresponsabilidad y en perjuicio de la salud pública futura, han puesto a los pies de los caballos a un gobierno sorprendido por lo nunca visto, una pandemia agresiva,  descontrolada y sin medios jurídicos ni recursos materiales para hacerle frente. En un mero debate teórico, más de fábula que de juristas serios, han pasado dos días enteros discutiendo sobre si son galgos o son podencos. Entre si procedía estado de alarma o estado de excepción. Ya sabían ellos y los indecentes promotores del recurso (VOX vota a favor y luego recurre contra sus propios actos) que la opción sería tan difícil de explicar a los ciudadanos como fácil de lanzar confusos titulares y oscuras explicaciones por parte de la prensa adepta. Suerte hemos tenido que hayan tardado un año en dictar sentencia o ¿lo han retrasado aposta para que el gobierno siguiera protegiendo la salud de los ciudadanos y decir después qué mal lo has hecho? Cualquier perversión es posible. Lo cierto es que “no importa errar lo menos quien acertó lo demás”.

Diario Palentino, 18 de julio de 2021

 

Ni loco ni monstruo

       Tomás Gimeno es pura y simplemente un delincuente psicópata que disfruta haciendo daño. Hay quien aún está buscando posibles causas precedentes en la vida anterior de su matrimonio con la madre de las niñas, sus propias hijas asesinadas. O lo que es lo mismo, hay quien aún pretende buscar una justificación a tan atroz venganza y de paso deja revictimizada a una de las víctimas. Solo les falta decir: ¡Qué le habrá hecho para que responda así! Ese sigue siendo el punto de vista machuno. Hemos aprendido lo que significa violencia vicaria, la más cruel e indescriptible violencia machista contra las mujeres, golpearlas donde más les duele, la prole. Desde 2013 cuarenta niños y niñas han sido asesinados por sus padres para hacer daño a sus madres.

              El repugnante padre de Anna y Olivia preparó con todo detalle la forma de asesinarlas, incluso disfrutaría imaginando el dolor insoportable que condenaría de por vida al manicomio a la madre de las pequeñas. ¿Qué mente puede hacer tan meticulosos preparativos para quitar la vida a sus amorosas niñas? La de un psicópata narcisista que no puede soportar que le lleven la contraria y que una mujer se rebele, le abandone y contraríe su capricho. ¡Aquí mando yo! Es el mensaje transmitido. Yo te puedo ser infiel, y te aguantas, tú no tienes derecho a ser feliz ni a rehacer tu vida sin mí (tú y tus hijas sois de mi propiedad, como la casa, como los muebles, como mi barco). Es la cúspide del machismo en grado extremo. Matar a sus preciosas hijas y condenar a la más horrible de las peores muertes en vida a la mujer que le amó, la que compartió con él sus ilusiones y esperanzas, cada día, durante años. La que siguió creyendo en él desde el primer minuto de su desaparición, y en que era un buen padre que las estaba cuidando bien. Es el machismo, amigos. Empiecen a estudiar por ahí.

Diario Palentino, 13 de junio de 2021.

Vacunados versus egoístas

          Escuchar a Fernando Simón decir que pronto podremos prescindir de la mascarilla en exteriores ha sido una bocanada de aire fresco, una barrera derribada hacia la deseada normalidad. Mascarilla, normalidad, distancia social, espacios ventilados… son términos y expresiones que han cobrado todo un significado para conservar la salud. Hacia el 20 de agosto se espera llegar, en España, a la inmunidad de rebaño. Cuanto antes y más personas nos vacunemos mejor será para beneficio de la población. Pero, el egoísmo y la insolidaridad son unas de las peores lacras que anidan en la condición humana. Que se vacunen otros, así no me contagian ni me tengo que arriesgar yo al inocularme. Es lo que en silencio tienen pensado los que, sin motivo ni causa grave justificada, se niegan a recibir el tratamiento inmunizante sin pensar en hijos, padres, familiares y personas del entorno que pueden verse afectadas. Otra especie son los antivacunas, que se confían a la protección de santos o gurús y variopintas divinidades. Por último, asoman naturistas, homeópatas y otras hierbas que son capaces de padecer graves malestares por no meterse en el cuerpo sustancias químicas de laboratorios que, a su modo de ver, trabajan para causarnos otros daños corporales y ganar mucho dinero a costa de vendernos cada vez más remedios. Lo cierto es que, gracias a los avances médicos, farmacéuticos, a la higiene y vida saludable, nuestra esperanza de vida casi se ha duplicado. Cuentan los virólogos que a raíz de la gripe de 1918 se extendió la costumbre de comer con cubiertos. Ojalá, a partir de ahora se ponga mascarilla quien esté enfermo para no contagiar a los demás, como los japoneses. En cualquier caso, eliminar la mascarilla será todo un símbolo que beneficiará a la economía española, tan dependiente del turismo exterior.

Diario Palentino, 22de mayor de 2019.