Es que son putas…

codigobarras--644x362“Un causa penal contra proxenetas vegeta seis años en la mesa del juez”

            En 2010 dos registros realizados en un club de alterne de Cabezón de la Sal la policía topa con una red de traficantes de mujeres procedentes del Este europeo para ser destinadas a la prostitución. Una de ellas, rusa, presenta denuncia y se abre un proceso penal contra los responsables. Acreditados los hechos y realizadas las pruebas el fiscal califica y pide penas que suman 81 años de prisión y una indemnización de 20.000 euros para la víctima denunciante.

            No se sabe qué pasa pero el procedimiento permanece paralizado durante seis años en un ignoto agujero negro sobre las mesas del juzgado. Cuando se decide terminar la causa los delincuentes apelan a la atenuante de dilaciones indebidas acogiéndose al derecho a que los órganos judiciales resuelvan y hagan ejecutar lo resuelto en un plazo razonable. Controvertida atenuante que pretende proteger a los órganos judiciales de las irresponsabilidades de sus desidias y negligencias y proteger al reo de la llamada pena de banquillo, por el sufrimiento que padece ante la incertidumbre de lo que será de su vida cuando se dicte sentencia. Pero lo que puede ser razonable para el acusado de robo o el simple homicida no debiera aplicarse al terrorismo machista del indolente proxeneta que mientras espera la sentencia se ríe, se burla y sigue ejerciendo.

          Argumentar como justificación del retraso el atasco en los juzgados por la falta de medios, cuándo estamos hablando de sufrimiento humano, no deja ser una simplificación patética e inadmisible. El artículo 24 de la Constitución, que consagra el derecho a un proceso público sin dilaciones indebidas, también es para la víctima, pero ésta tendrá que presentar una compleja reclamación reducida a dinero ante el Estado, mientras los funcionarios causantes de los retrasos se van de rositas y duermen plácidamente sin afectarse por los dolores que causan su dejadez y la falta de diligencia debida de todo servidor público.

        La denunciante era mujer, puta y rusa, parece decir la negociación del fiscal con los seis proxenetas, les rebaja la pena inicial de 81 a 10 años de prisión entre todos y la indemnización a la víctima de 20.000 a 6.000 euros por daños morales. Han ganado la negligencia judicial y la perversión del sistema. Ha perdido la víctima, como siempre, mujer, aislada, sin idioma de comunicación, intimidada, sometida a la prostitución y ahora perseguida por chivata.

«Diario Palentino, 15/05/2016»

 

Poner nombres a las calles

Calle de una vez“Siempre post mórten y neutrales, que no alteren la convivencia social”

            Hasta que nos inserten un chip con GPS y nos tengan localizados a nuestro pesar, los datos de la calle en que vivimos parecen imprescindibles para que nos encuentre nuestra gente, el taxista que nos lleva,  Amazon, Correos, o Hacienda. Y, como está demostrado que el poder de las palabras consiste en traer imágenes a la mente, es importante que estas sean placenteras, agradables o como mínimo neutras.

            Hay ciudades y pueblos que corren mucho para pelotillear a sus políticos y magnates de turno con el fin de conseguir mejores prebendas y cortar más cintas de foto, para luego, a la vuelta de pocos años, no saber cómo contribuir al deterioro de la maldita placa, en qué hora, y volver al nombre tradicional, el de toda la vida. Igual ocurre con las lápidas conmemorativas, que plagan las obras pagadas con el dinero de todos; puros narcisismo, megalomanía y vanidad.  Más de lo mismo ocurre con las medallas para méritos inconsistentes, véase en reciente la retirada del título honoris causa a Mario Conde por la Complutense. Otro día tocará a Marhuenda y a las vírgenes del actual Ministro de Interior. Hacer y deshacer todo es labor, entretenimiento y motivo de discordia. Si una cosa está clara es que la asignación de nombres de políticos o politizados siempre produce alteraciones y malestares en la convivencia pacífica, no hay motivo para premiar a quien cumple lo que ha prometido porque se ofrece de forma voluntaria y cobra por ello.

         Si hasta los nombres de investigadores y científicos están en duda, a Fleming le disputa el antibiótico la Universidad de Oxford, a Tesla le robaron sus inventos Marconi, Edison y Graham Bell. Es difícil asignar a las calles nombres de personas que gusten a todos sus habitantes y que hayan mantenido una vida modélica y coherente. Cantantes, futbolistas, víctimas de algo, las propuestas por el mundo son del todo variopintas. La dificultad se dispara si se trata de una pequeña localidad donde los personajes locales se conocen hasta en su genealogía y andanzas, y que nadie sabrá quiénes son a la siguiente generación. Luego se añade la tendencia a poner nombres de ilustres hombres porque mujeres, dicen que no hay, y comienza otra razonable disputa. Nunca producen encono los nombres de flores, aves, insectos, lugares públicos o identificadores del paisaje que representan. Para qué marear. 

«Diario Palentino, 08/05/2016»

Carmen Lomana y la “economía de las mujeres»

carmen lomana“Otra lista en un papel de pija tonta que le da mucho rendimiento”

             La verdad es que no estoy muy puesta en los mundos que frecuenta esta mujer, veo poco la tele y nunca la Cinco porque me gusta lo bueno, sin embargo el otro día sus declaraciones se colaron en la Sexta y me impresionó esa manera de hablar y su gesto al expresarse, junto al deje pijo y el afectado porte de Barbie herida se explicó como una completa estúpida de manual para tontos.

            Dice Google que es hija de un banquero vasco, que ella misma trabajó para el Banco Santander en Londres y en la prensa la llaman “la empresaria leonesa”, pero eso no parece óbice para que ignore lo que es una empresa offshore, porque “hice la típica economía de las mujeres”, “que dos más dos son cuatro” y “no quiero líos”, dice. Además, añade con toda esa sabiduría de que hace gala, que “en este país la gente se queda con el titular” y que se trata de “una caza de brujas”. Bruja no sé, pero avispada es un rato. En su discurso mezcla un poco de queja de gata melosa con un alarde de ingenuidad impostada, y todo aliñado con toque de sentimentalismo de duelo hacia el marido muerto que ya no puede explicar la aciaga tesitura en que ha dejado envuelta a la viuda. Verdaderamente virtuosa.

            Escribe libros que enseñan trucos para ser mujeres glamurosas, cuenta lo que hay que comer, lo que hay que tener de fondo de armario y “como utilizar la seducción” dice vivir al límite como una adolescente, pero luego se queja de que la critiquen, para mal, se entiende, solo gusta de alabanzas y mucho Photoshop, pero “vivo absolutamente desacomplejada”. En dos palabras, “im-prezionante”, que diría Jesulín de Ubrique.

       Desde luego es un talento, un fenómeno, una vendedora nata, lo mismo promociona sus  maquillajes que cacharros de cocina antiadherentes, lo que la pongan. Parece que su opinión cuenta en el mundo de la moda, ese sector económico que las mujeres movemos con tantos millones de euros…, como para que no la quieran modistos y diseñadores. La prodigan atenciones los amantes del melifluo cotilleo, lo mismo sabe lo que piensa la reina que va de candidata en las listas del Senado.

      Es una pena que mujeres como ésta, como la infanta, y tantas otras podrían aprovechar su proyección para dignificar el mundo de las mujeres, en vez de echar una mano al machismo poniendo la simpleza y a la superficialidad como virtudes icónicas.

«Diario Palentino, 01/05/2016»

¡Ojo, no caigamos en la trampa!

unicef-pakistan“Demasiados poderes interesados en que todo se enfangue para venir a salvarnos”

      Es el viejo cuento, los salvapatrias aparecen cuando los grupos humanos se desalientan, cuando el desánimo parece más fuerte que la voluntad de vencer. Voceros, santones, iluminados, profetas y portavoces de cualquier divinidad inventada encuentran su caldo de cultivo en la falta de esperanza. Nos quieren presentar un panorama de derrota, un campo lleno de cardos convertido en erial improductivo bajo un cielo ceniciento y sin agua para regar. Quieren que dejemos caer los brazos, nos arrodillemos llorando y supliquemos que los dioses nos envíen un salvador, como las ranas del charco pidiendo rey.

     Hay políticos corruptos, y empresarios, y mangantes de todo tipo y en todas partes, incluso los ciudadanos, todos colaboramos con nuestro granito de arena, ese de no me des factura y quítame el IVA. Hay gente malvada, hay asesinos y sádicos, y acosadores, hay ponzoña por doquier, pero la mayoría de los seres humanos son solidarios con el grupo y compungidos ante la maldad, la mayoría de los campos son fértiles o sirven para producir alimentos a variadas especies o humedad para que llueva en otro lugar. Es cierto que el pesimismo viene servido en las bandejas de las noticias cotidianas, la corrupción de nuestros gobernantes nos hace rabiar, la situación a la que estamos sometiendo al pueblo sirio nos hace llorar, la destrucción interesada de las sociedades que vivían organizadas, a su manera  en Afganistán, Iraq, Libia y demás países impunemente intrusados, no llena de ira. La destrucción del planeta nos desazona. Y todo tiene un solo origen en los aciagos intereses crematísticos de gobernantes vendidos a multinacionales, ahora llamadas corporaciones, para despistar.

     Quien se rinde da por perdida la batalla, pero en el fango que nos han hundido siempre luchan mejor los malignos, los inhumanos, las gentes sin corazón, los mundos financieros que inflan y desinflan economías familiares de rebote, esos que solo miran números en constante movimiento queriendo ignorar que detrás de cada pantalla hay niños buscando en las basura urbana, contaminándose con residuos tóxicos, perdiendo su infancia miserable tejiendo alfombras hasta sangrarles los deditos, esas que luego pisan los mandamases en los foros internacionales que tanto se publicitan para no arreglar nada. Estamos en manos de gentuza, y… somos cómplices.

«Diario Palentino, 24/04/2016»

Los olvidos imperdonables

tierra-plana-recortes-en-investigacic3b3n“La investigación y la infancia tampoco han contado en la agenda de este gobierno”

            Al igual que olvidan sus múltiples cuentas en paraísos fiscales, sus sospechosas vacaciones con amistades peligrosas y su consentir y no ver las corruptelas, han olvidado también labrar un futuro de progreso para España. Dos columnas clave de lo que pueda ser una sociedad en avance son la investigación y la infancia. La innovación tecnológica es el patrimonio por excelencia de los países punteros. La segunda pata es el relevo generacional, sobre todo en una sociedad envejecida que ya solo espera seguir cobrando la pensión y tener buenas residencias para vegetar bien los últimas días de la existencia.

            El 14 de abril, además de conmemorar la República cada día más promocionada por la propia monarquía, se celebró también el treinta aniversario de la primera ley reguladora de la investigación en España bajo el impulso del gobierno socialista de Felipe González en 1986. Penita daba ver ayer en la tele a los jóvenes y brillantes investigadores españoles explicar como aceptaban trabajos de hostelería para poder sobrevivir en  un país que les niega el pan y el agua. Se nos cae el alma a los pies cada día que una joven investigadora española sale en los titulares de la prensa internacional como artífice de un descubrimiento fantástico para la humanidad pero de la mano de otro país que supo reconocer su valía y la importancia de su proyecto. No se qué dirán de esto los patriotas. El presupuesto se ha diezmado, nadie puede concluir una investigación bajo un contrato basura que termina antes que el proyecto, el cuerpo de investigadores envejece y las instalaciones se quedan obsoletas.

            En cuanto a la infancia el último informe de UNICEF haría sonrojar a cualquier gobernante decente. Desde cuatro parámetros que miden la igualdad entre los menores: ingresos, educación, salud y satisfacción vital, ocupamos el lugar 36 sobre 41 países desarrollados, solo por encima de México, Bulgaria y Rumania. Un 36,6% de nuestra infancia vive en la precariedad. Más de la mitad de los niños que viven con madres solas, son pobres. Los analistas apuntan a un insuficiente gasto y su ineficiente gestión. El impacto de la LOMCE se vera en los próximos años, como la falta de ayudas al estudio y el negocio de los máster. Un aplauso, por favor.

«Diario Palentino, 17/04/2016»