Millennials versus “pollaviejennials”

          En esta ocasión el detonante de la guerrilla generacional desatada en las redes sociales entre millennials, nacidos entre los años 80 y 2000, y un representante de los autodenominados héroes de La Transición, ha sido un artículo publicado en El País por Antonio Navalón. Durante varios días se ha desatado en Twitter un divertido rifirrafe dejando al atacante bastante mal herido, sobre todo porque ahora los millennials han descubierto que existe ese señor maldiciente con su pasado nada ejemplar, imputado junto a Mario Conde en el saqueo del Banesto, inversionista offshore con Juan Luis Cebrián y listado en Hacienda como moroso. Todo un ejemplar que osó titular su columna como “Millennials, dueños de la nada”, en la que se cebó con cierta carga de rabia tasándolos de indiferentes, carentes de valores cívicos y responsabilidad, sin más proyecto que “vivir con el simple hecho de existir”, incluso al culparles de la llegada de Trump y hasta de “ser el eslabón perdido de esta crisis mundial generalizada”. Parece que El País y Navalón chochean.

          Nuestros jóvenes millennials están hartos de escuchar vanaglorias y autobombo de los artificieros de aquella legendaria Transición mientras sobreviven con contratos basura, infratrabajos de mierda para su excelente formación, no pueden pagar un alquiler, no cobrarán pensión cuando acabe su vida laboral y viven en la inseguridad de este mundo indolente, cruel, corrupto y contaminado que les hemos dejado los de la generación de Navalón, ahora llamados “pollaviejas” en desagravio a tan injustas acusaciones. La burla y el humor ácido han sido la respuesta más inteligente y coherente a semejantes desvaríos. Un hackeo en su página de la Wikipedia lo definió, hasta que lo quitaron, como: “periodista, empresario y pollavieja español”. Cada uno con sus armas. Ahora la alusión a los pollaviejennials se ha quedado como definitoria de una generación soberbia y desfasada.

 

La revelación Montero y el chabacano Hernando

En plena revisión de cómo fue hace cuarenta años la Transición española hay que destacar lo que significó el diario El País en la formación de la nueva conciencia ciudadana a través de la voz de los más ilustres intelectuales y pensadores del momento. Quién te ha visto y quién te ve. Un catedrático de Derecho Constitucional denuncia la última tropelía contra la libertad de expresión y el pensamiento democrático por parte de este medio. Octavio Salazar vio publicada su colaboración, “Rafael Hernando: el hombre que no deberíamos ser”,  en El País digital y vio también como, a las pocas horas y más de trecientos comentarios, se había eliminado bajo la siguiente excusa: “»Si ese artículo se hubiera revisado antes, no se hubiera publicado». Reproducido en otros medios digitales más dignos aún se puede leer.

        La cuestión es que la revelación de la joven Irene Montero como oradora magnífica que ha cantado las cuarenta al gobierno del partido más corrupto de la historia, ha hecho pupa a los narcisistas políticos de la derecha española, y también a muchos socialistas que no tuvieron valor para dar al PP su merecimiento en vez de su abstención. Rafael Hernando no necesita mucho estímulo para provocar repulsa ante su soez discurso. Esta vez las vísceras se le salían por la boca, como siempre, por el gesto estreñido, como siempre, pero también por los ojos. Un hombretón como él y los suyos no podían permitir que una joven mujer les mandara heridos a las tablas, y le salió, cómo no, lo que le hervía dentro dando una lección magistral de cómo se comporta un macho en la tribuna. Octavio Salazar resume: “…con su chulería misógina, Rafael Hernando demostró que uno de los ejes esenciales de la subjetividad masculina dominante es el desprecio de las mujeres, la negación de su individualidad y autoridad, así como la necesidad de empequeñecerlas a ellas para que nosotros podamos vernos el doble de nuestro tamaño natural”.

«Diario Palentino, 18/06/2017»

 

Estudiantes franceses/estudiantes españoles

            Pasan los años y persiste la diferencia abismal de pensamiento entre la nación de las libertades y la que se mantiene como “reserva espiritual de occidente”. Ante el aumento de actos de acoso, agresiones y otras formas de violencia contra las mujeres, las reacciones han retratado las mentalidades opuestas de dos países vecinos: Francia y España. En el primero, los sindicatos estudiantiles han acordado instaurar el ‘Día de la falda’ en los institutos de enseñanza media con la pretensión de generar conciencia de la desigualdad y denunciar el sexismo que victimiza a las mujeres en todos los ámbitos de la vida desde el hogar hasta la calle pasando por el medio educativo y el laboral. Los jóvenes convocantes alegan que la edad de los estudiantes es el momento de forjarse una opinión adecuada sobre la igualdad y proponen acudir a clase con falda un día al año, o para los más cortados ponerse una pegatina de solidaridad en las piernas.

             En el otro extremo, los estudiantes españoles protagonizan sucesivamente polémicas con los mensajes que muestran su forma de ver la relación con la mujer. En la macrofiesta universitaria valenciana, que reunió a 25.000 jóvenes, la colección de camisetas que vestían los varones es preocupante: «Hoy follo, mañana juicio», «Fisio por vocación porque me gusta la palpación», «Si te pillo te cepillo», «Dame una señal y te lo como todo», «Si quieres trabajo, cómeme lo de abajo», «En tu ojete, mi cohete», “Curso rápido de diseño, agáchate y te enseño”. Pero no es un caso aislado. En La Rioja la fiesta universitaria de Barras ha tenido que retirar el cartel debido a las denuncias recibidas por su alto contenido sexista como reclamo. Lo mismo ha ocurrido con la Fiesta Erasmus de Granada o la capea de medicina en Murcia. Todo esto con la imagen de fondo de la repugnante y brutal conducta de los jóvenes de la Manada, para quien el fiscal pide  22 años por cabeza. Se ve que los chicos franceses gozan de sana autoestima y no necesitan humillar a las mujeres para sentirse más hombres.Juzguen ustedes.

«Diario Palentino, 21/05/2017»

El PP en la ciénaga y el PSOE a por uvas

        Los jóvenes del PP se esfuerzan en mantener el ánimo y sudan intentando disculpar la enfangada situación en la que heredan el partido de sus mayores. Y es que los jueces de los casos de corrupción no dan abasto con el entorno del Partido Popular. Rajoy, un presidente de gobierno, tendrá que declarar en sede judicial;  el exministro Gallardón es investigado por autorizar una compra de 83 millones de euros siendo su precio real de 8; El fiscal jefe Anticorrupción se esfuerza hasta el ridículo en proteger a los presuntos delincuentes de la formación que le buscó el asiento; vemos fotos públicas de personajes que charlan juntos pero declaran no conocerse; desaparecen pruebas inculpatorias; jueces presionados y amenazados de ser removidos; indemnizaciones millonarias para empresarios que accedieron a contratos bajo investigación, como el caso Castor, 1.350 millones que pagaremos los españoles en los recibos de la luz. Cada día salta una liebre a cual más preocupante. Menuda salsa para ser aprovechada por el PSOE si no fuera por lo bien que se autojustifican con su oposición útil. En el PP se frotan las manos  mientras en el PSOE sigan descabezados y encriptados en las primarias.

            EL CIS dice que el PSOE (19,9%) se acerca más al PP (31,5%) pero de lejos.  A la zaga Podemos (19,7%) baja dos puntos que recoge Ciudadanos (14,9%). El PP sigue primero a pesar de que el 53% de los españoles no aprueba al gobierno del Rajoy, pero es que el 61% no ve con buenos ojos la oposición útil socialista. El próximo lunes los tres candidatos socialistas tienen la difícil tarea de hacerse entender en una doble dirección, una para que sus afiliados les voten y otra para que los ciudadanos perdidos recuperen el entusiasmo y puedan creer en el líder que salga el día 21 de mayo. Tres digo, si no se trata de una estrategia en la que Patxi López decline y ceda sus seguidores a uno de los otros dos. 

«Diario Palentino, 14/05/2017»

 Envidia: mirar con malos ojos

La persona madura no envidia a nadie, vive y disfruta lo que tiene”

     Del latín invidia, “el que no ve con buen ojo”. Según la RAE, tristeza o pesar del bien ajeno. Como ya enuncio Aristóteles, “La envidia es el dolor que causa la prosperidad de los otros”. En el catolicismo pertenece a los siete pecados capitales porque de él derivan otros. Ha estado presente en todas las culturas y se la ha representado destrozando un corazón con un perro al lado o como una cabeza de la que emanan serpientes. Minerva y Saturno querían proteger el Arte y la Ciencia de ella. Unamuno, Azorín y Machado la señalaron como el pecado nacional de los españoles, aunque en realidad no hay ser humano que se libre de ella, todos la sentimos alguna vez. El problema surge cuando se convierte en obsesión persecutoria y el envidioso no puede dejar de serlo, siempre va a necesitar alguien a quien importunar sea con calumnias, mentiras o persecuciones de cualquier tipo, porque, como el alcohólico, no es consciente de su problema y ante sus carencias internas siempre está al acecho a ver qué tienen los demás y él no. Suele estar cerca de la víctima, amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo y pareja, lugares desde donde el envidioso camuflado ve de cerca los valores, éxitos o prosperidad del envidiado porque se suele centrar en bienes inmateriales, alegría, estima, proyección social, etc.

El envidioso se amarga, sufre mucho, le ofende el triunfo ajeno, se ve inferior y fracasado en algún aspecto de su vida. No es que carezca de algo es que quiere lo de otros precisamente por ser de otros y empeña sus energías no para obtenerlo si no para que el otro lo pierda en la creencia de que eso le dará la mayor satisfacción, piensa que los demás gozan de más suerte o que no lo merecen. En psicoanálisis se habla de la “envidia masculina del poder sexual, emocional y procreador de las mujeres que alimenta el machismo. La envidia que sienten algunos hombres por la capacidad reproductiva de las mujeres se considera un motivo inconsciente para  denigrarlas”. En el maltratador psicológico, que para evadirse de su baja autoestima se ha creado una imagen idealizada de superioridad, la reacción es atacar con psicoterror a la víctima para anular en ella los atributos, cualidades y capacidades que le muestran de frente su sentimiento de inferioridad. Y, es que la envidia es muy mala consejera.

«Diario Palentino, 07/05/2017»